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Tour nocturno Palma de Mallorca

Tour Nocturno Palma de Mallorca

A veces este tour es gratuito pero cuando nosotras lo cogimos había que pagar, pero no nos importaba si está bien. En este caso me pareció un poco soso, nos gusta la historia, podemos perdonar que no haya leyendas, pero hubo mucha publicidad. Sí, suena raro, pero cuando el guía comenta en varias ocasiones otros lugares que visitar en la isla o se dedica a vender la visita a la catedral con guía en vez de explicar más sobre Palma, pues normal que no me haya entusiasmado tanto como otros. En general, no estuvo mal, pero tampoco me impresionó, podía haber pasado sin la visita. Empezamos el recorrido en la plaza de España, donde por fin conocemos quién es él de la estatua, Jaime I rey de Aragón, cuando el guía nos da una explicación de la historia de Palma, empezando por los pueblos atayalicos hasta la historia de Medina Mayurca (así se conocía en época árabe la ciudad de Palma) hasta su conquista cristiana en el siglo XII por Jaime I. que nos dice el guía que fue tan querido porque permitió al pueblo mallorquín mantener sus costumbres y no imponer las de fuera. Bajamos hasta la plaza de las Cortes donde está el Ayuntamiento y el centenario olivo, además del consell. Por el camino pasamos por los mismo lugares por los que hemos pasado durante el día (iglesia de San Miguel, casas modernistas, etc), y el guía nos habla sobre esos lugares (podéis leer más en la entrada sobre Palma). Es en este tour donde descubrimos que la iglesia de Santa Eulalia tiene restos templarios en sus muros, y hasta tenemos la oportunidad de entrar a verla. También nos lleva el guía hasta la iglesia de las puertas de Sion, y este lugar no lo habíamos visto antes. Aquí nos encontramos papelitos entre sus muros pues quiere significar para los judíos de Mallorca lo mismo que el muro de las lamentaciones de Israel, y al igual que en Jerusalén nadie toca los papelitos hasta que llega el rabino una vez al año para retirarlos, como hacen en tierra santa. Y es en este camino a la iglesia de las puertas de Sion donde el guía nos muestra una imagen dorada en el suelo, que parece tener forma de península ibérica pero que en realidad forma la palabra hebrea de Sefarad y que a través de una asociación marca la red de juderías de toda España. Desde aquí nos acercamos hacia al Convento de Santa Clara, donde en su interior tuvo lugar el asombroso despertar de una dama mallorquina fallecida. Aunque aquí el guía nos cuenta sobre el oscurantismo que todavía hay dentro y esa sensación de haberse transportado en el tiempo y que podemos vivir si lo visitamos más adelante (lo dicho, mucha publicidad). Y justo al lado es donde se localizan los baños árabes. Aquí no hemos estado, lo más cerca que estuvimos es cuando regresamos del puerto al hotel el primer día en Palma, que callejeando vi los carteles que marcaban los baños árabes, pero mi google maps dejó de tener señal y seguimos el de mi amiga, porque como no hay nadie a quien preguntar uno puede acabar perdido por las callejuelas del casco histórico. El guía nos dice que si hemos llegado hasta ahí es que nos hemos perdido y por aquí vemos más patios mallorquines, que me recuerdan a otros patios que ya he visto varias veces, así como las techumbres de madera de las casas que me recuerdan a las de Aragón, en fin, que noto mucho de la historia y costumbres de Aragón por la ciudad de Mallorca, lo que no me lo esperaba, es un poco como estar en casa, se siente bien oír hablar de cosas tan comunes. Por último, caminando por sus calles aledañas, nos desplazaremos hasta la Catedral de Santa María de Mallorca o La Seu (del castellano Seo), que es como en Aragón se conocía a las catedrales sede del obispo (más de uno habrá visto mis entradas sobre La Seo de Zaragoza). Lo dicho, es como estar en casa. Aquí aprendemos que partes de La seo están construidas por Gaudí, así como vemos la torre que anteriormente era el minarete de la mezquita, que como en La Seo de Zaragoza, aquí se convirtió en torre de La Seu de Palma.

Visita: Noviembre 2019

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Información para viajar: Tour Misterios y Leyendas de Mallorca

De Palma a Soller en tren - España

Tren de Palma a Soller

Llegamos a tiempo de coger el tren centenario que va de Palma a Soller, algunos se quejan que es muy caro pero lo cierto es que hemos pagado cosas más caras (como el bus turístico) que compensan mucho menos que esto. Lo más recomendable del viaje son las vistas, dado que si vas en coche no tienes las mismas. Por eso la idea inicial era ir en tren, coger el tranvía por Soller y luego volver a Palma en autobús, pero dados los problemas de horarios que nos han ido surgiendo no nos fiamos de poder regresar en el bus que según los horarios de la web sale por la tarde, y a las siete tenemos contratado un tour nocturno de leyendas y misterios por Palma, por lo que no podemos arriesgarnos a que no se cumpla el horario (y por ahora no están siendo muy cumplidores) así que cambiamos de planes y cogemos ida y vuelta en tren. A la ida solo somos nosotras dos y un par de chicas polacas, no es una hora en la que la gente suela cogerlo dado que no se tiene mucho tiempo libre por Soller, pero para nosotras es suficiente dado que no somos de pasear por el puerto marítimo o sentarse a tomar algo, sino más bien de ir de un sitio a otro viendo lugares (hay que aprovechar al máximo los dos días que tenemos, sobre todo es mi primera vez en las islas Baleares, ya solo me queda una comunidad autónoma, Ceuta y Melilla por ver). Como es invierno hay menos horarios de trenes así que este es el último tren que va a Soller y de vuelta cogeremos el último también. En 1912 se inauguró un tren que unía la capital de Mallorca, Palma, con el pueblo de Sóller y en 1929, se electrificó el tren, convirtiéndose en el primer tranvía eléctrico de Mallorca. Desde entonces el ferrocarril no ha parado y hoy en día sigue recorriendo su trayecto una y otra vez, utilizando las mismas vías y las locomotoras originales , conservando los vagones con el mismo estilo, por ello, como estamos solas en el tren podemos ir en primera clase; un vagón con sofás como asientos, pero no acabamos de decidirnos cuál es el mejor lugar para las vistas, leí que unos turistas dijeron que de Palma a Soller la mejor vista es del lado izquierdo pero la verdad es que yo estuve cambiándome de lado constantemente, dado que a veces es a la izquierda y otras es a la derecha. Para poder hacerlo mejor nos cambiamos de vagón, a uno de segunda clase con asientos de madera y con calefacción, lo que se agradecía porque el día había estado muy raro (sol, lluvia, viento, granizo…menos nevar nos hizo de todo). Todo perfectamente cuidado como si estuviéramos en pleno 1929. Cuando el tren comenzó el viaje pudimos comprobar que efectivamente lo mejor del viaje son los paisajes que se tienen desde las ventanillas del vagón. El trayecto que une Palma con Sóller dura aproximadamente una hora. Tras recorrer un tramo urbano, el tren deja atrás la ciudad y se adentra en el campo mallorquín. El paisaje se llena de bosques de encinas, campos de almendros, olivos y otros árboles desconocidos por mí, y de fondo las montañas. Se ve alguna casita de piedra, y tras pasar algunos apeaderos se llega a Bunyola, el primer pueblo de la ruta, al pie de la sierra de Alfàbia. Su estación es de estilo antiguo, a un lado está la montaña y los limoneros, al otro lado está la estación, y enfrente de nosotras y tras los arboles podemos ver el pueblo con sus casas. En el andén a varios viajeros que suben al tren. El tren inicia desde allí la subida las montañas que íbamos viendo a lo lejos mientras pasábamos junto a campos, y empezamos a atravesar varios túneles, puentes y viaductos, el más conocido es el Viaducte dels cinc-ponts, debido a que está formado por cinco grandes arcos y atraviesa la sierra de Tramontana, que es patrimonio mundial de la Unesco. Aquí el paisaje se vislumbra solo entre las ramas de los árboles, pero igualmente bonito. Tras el último túnel llegamos al valle de Sóller, parada final del tren. Bajamos y nos dirigimos con rapidez a la salida, gracias a ello conseguir ver el tranvía, aunque no montamos porque no tenemos tiempo para luego regresar a Palma en hora. El recorrido del tranvía pasa por el pueblo hasta llegar al puerto marítimo, dado que Soller comienza en el interior de la montaña pero crece hasta llegar al mar y tiene un puerto marítimo, para visitar un día con calma. Tras pasar por las vías del tranvía llegamos a ver el frente de la iglesia de Sant Bartomeu que mezcla elementos del barroco al neogótico, muy del estilo modernista, que afortunadamente está abierta y podemos entrar. Dentro no llama la atención tanto como exteriormente, donde su diseño y piedra gris resaltan sobre el resto de las casitas del pueblo, y es tan grande que parece que sea una catedral en vez de una simple iglesia de pueblo. Lo más llamativo que vimos dentro de la iglesia fue el órgano. Tras salir de la iglesia nos encontramos con otro edificio de interés, de completo estilo modernista como es el Banco de Sóller y la Can Prunera. Desde aquí callejeamos buscando un lugar donde comprar una ensaimada, Si hay un producto que sobresale en la gastronomía mallorquina es sin duda la ensaimada y las de Sóller tienen fama, encontramos un lugar pero no tienen ensaimada lisa, así que cogemos una de chocolate y pregunto por les garrovetes del papa, un dulce que leí era típico de Sóller, pero en el lugar me dicen que ya no los hacen y que pregunte en la pastelería que hay cerca de la iglesia que a veces hacen, lo intento pero tampoco hay, seguramente lo del dulce típico es tan falso como lo de las vistas a la izquierda (porque es a ambos lados). Como cerca no hay nada más interesante esperamos a que salga el tren de regreso, esta vez, como es el último y está anocheciendo, va lleno y acabamos en vagones de tercera (los clasifico según el tipo de asiento), aun así disfrutamos de otras vistas espectaculares, las del anochecer sobre la sierra de Tramontana. Si se tienen varios días por la isla lo recomendable es disfrutar de un día entero de esta excursión, caminando con calma y parando a tomar algo.

Visita: Noviembre 2019

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Información para viajar: Tren Soller

Palma de Mallorca - España

Palma de Mallorca

Tras dejar el coche de alquiler en el puerto marítimo como eran las siete de la tarde decidimos volver al hotel andad y cenar en algún sitio de camino. El puerto marítimo es enorme pero entre mástiles se ve la iluminada catedral de Palma. Fuimos andando junto al mar (aprovechando que ya no llovía) y vimos el curioso carril bici, que acaba en un canal que daba al mar y luego seguí, no había ni puente ni nada, no creo que vayan muchas bicicletas por ahí. De camino hacia la catedral cruzamos al otro lado para poder ver La Lonja por fuera, estaba iluminada y con su pórtico y gárgolas se veía un edificio muy bonito, y la verdad es que me gustó mucho más de noche que de día. De aquí llegamos a la zona donde se encuentra un lago con una fuente parecida a la de Ginebra que da al muro sobre el que se asientan el palacio de La Almudaina y la catedral de Mallorca. La mejor vista de noche de la catedral es desde ahí dado que una vez subes o está rodeada de edificios o la tienes demasiado cerca para apreciar toda su amplitud. De aquí hay unos túneles con escaleras para poder subir a nivel de la catedral y La Almudaina y desde aquí caminamos entre callejuelas, dentro del casco histórico de Palma, hasta llegar a alguna calle con tiendas y casi vacía de personas, y luego a la plaza Mayor, completamente vacía, y así seguimos subiendo hasta llegar a la plaza donde se encuentra el Ayuntamiento iluminado de color morado, donde hay un antiguo olivo con el tronco todo enredado. El ayuntamiento tiene techumbre de madera pero con esa iluminación no se distinguen los detalles, al lado está otro edificio con gárgolas y torres de estilo gótico que no tenemos claro que es. Vuelve a llover así que nos damos prisa por seguir avanzando y llegamos a la plaza de España, donde podemos encontrar varios sitios para comer, así que decidimos cenar antes de volver al hotel sobre todo ahora que ha decidido ponerse a llover con fuerza. Otra cosa que nos pareció muy curiosa fue que la ciudad parecía casi abandonada, nos daba bastante miedo porque no eran ni las nueve de la noche y todas las plazas y calles con tiendas estaban casi desiertas. Al parecer en cuanto se hace de noche en invierno, al menos, los habitantes de Palma se esconden en sus casas. Cuando hicimos un tour nocturno pro Palma al día siguiente el guía nos confirmó esto. Por eso no había forma de ver a nadie por las calles a las siete de la tarde. Junto al hotel había ferias de atracciones y algodón de azúcar pero no estuvieron mucho abiertas. Nos fuimos a dormir pronto porque al día siguiente íbamos a madrugar, dado que queríamos ver muchas cosas y los horarios de inviernos y las distancias nos complicaban las visitas. Empezamos en la plaza de España, donde se encuentra la estación intermodal, la estación de tren de 1900 a Soller y una escultura en la plaza de España que no conseguimos averiguar quien era hasta el tour nocturno con guía. Aquí comienza nuestro paseo por el Casco Histórico de Palma, más pequeño de lo esperado dado que teníamos que estar antes de las diez de la mañana en la puerta del palacio de La Almudaina para visitarlo (compre las entradas en internet para hacer nuestro itinerario programado en horas) y aún nos sobró tiempo. Como decía desayunamos y salimos por la plaza de España para bajar hasta la Plaza Mayor, donde antiguamente se alojó la sede de la Inquisición auqnue no encontramos nada relevante, solo una plaza cuadrada con dos pórticos de entrada y casetas cerradas. Desde aquí nos metemos por una calle que escaleras abajo nos lleva a la Plaza de Weiler para ver un edificio con una preciosa fachada llena de elementos decorativos muy variados, arcos, balcones, capiteles, molduras, cerámicas policromadas de estilo modernista y que hoy es sede de la Fundación la Caixa, y que en su día fue el Gran Hotel. Justo enfrente está el Forn des Teatres, donde dicen que se puede comprar una exquisita sobrasada y ensaimadas, aunque a estas horas está cerrada. Al lado tenemos los Juzgados de Palma y por aquí llegamos a la plaza del Mercado donde nos encontramos con los edificios Casasayas y la pensión Menorquina con una simetría en sus curvas y con un estilo entre Art Noveau y modernismo. En la plaza se encuentra la Iglesia de San Nicolás, y en una de sus fachadas tienes la figura del santo y una placa curiosa que nos advierte que si saludamos a la imagen de San Nicolás tendremos “cuarenta días de perdón”. Después de rodear la iglesia en busca de la estatua para saludarla nos dirigimos callejeando entre su casco histórico a la Plaza de las Cortes, sede del Ayuntamiento, el Consell de Mallorca y el Parlamento de las islas Baleares (sí, ya descubrimos que era el edificio de estilo gótico al lado del ayuntamiento). De día podemos disfrutar más de los detalles de los edificios de la plaza. El Ayuntamiento tiene una fachada barroca un gran balcón y un reloj, pero lo más interesante es el tejado de madera y las figuras labradas en lo alto, y cada una es distinta. Al lado está el edificio que es el consell de Mallorca, y en su interior hay unos gigantes expuestos a la vista. Este edificio tiene cuatro torres octogonales, con escudos y motivos heráldicos de la isla y curiosas gárgolas. De aquí nos acercamos a la iglesia de Santa Eulalia, donde fue coronado Jaime III rey de Mallorca y resulta enorme, y de aquí vamos al Convento de San Francisco, formado por la iglesia y el claustro, que está junto a una figura de San Francisco y un niño indígena, que casualmente es la misma que vimos en La Habana. En la iglesia es destacable la figura de San Jorge a caballo sobre un dragón y un gran demonio. Y de aquí volvemos a callejear para acabar saliendo a la catedral y el palacio de La Almudaina, mucho antes de la hora prevista. Así que dimos unas vueltas por los alrededores. Hacía sol y a ratos viento y mucho frío, estaba el día indeciso si hacer una cosa u otra. A ratos con el abrigo en la mana a ratos con el abrigo puesto. Abrieron las puertas del palacio un poquito más tarde de las diez, pero como habíamos estado mucho antes de las diez fuimos las primera en entrar. La última vez (en Aranjuez) nos dijeron que en los palacios de patrimonio nacional no se podían hacer fotografías pero nada más entrar preguntamos y nos dijeron que sin flash sí que se podía dentro del palacio, así que seguimos visitando y haciendo fotos al palacio. Lo cierto es que me decepción bastante, esperaba que hubiera algo más pero básicamente son muros adornados con tapices y muebles modernos, nada resaltable. Lo más resaltable fue el techo de uno de los balcones, de negro y blanco estilo ajedrecístico, el balcón que da al puerto de Palma y desde el que se ve muy bien el castillo de Bellver en lo alto de la montaña a lo lejos, y un salón con grandes arcos interiores, muy curioso. El resto son salas sin nada resaltable, al igual que la capilla con resto de algún santo, y el patio interior del palacio. Tras salir del palacio nos acercamos la entrada de la catedral (no la principal sino una lateral que es por donde entran los turistas), también tenía las entradas sacadas por internet por lo que nos evitábamos posibles colas. Como había empezado la temporada de invierno la visita a la terraza de la catedral estaba cerrada y hasta abril no volvían a abrir, aunque con el día que hacía tampoco era conveniente salir fuera.La catedral tiene dos rosetones. El mayor está colocado sobre el altar y dibuja una gran estrella de seis puntas y por pocos días no alcanzamos un evento curioso, los constructores del calcularon la orientación del edificio de forma que en el día de la Candelaria y en la festividad de San Martín de Tours, el 11 de noviembre, los dos rosetones de la catedral, al pasar los rayos del sol, se reflejaran en el suelo formado un ocho. Dentro de la catedral nos sorprende el altar mayor con una lámpara enorme de Gaudí, y la Capilla de San Pedro con un mural del artista mallorquín Miguel Barceló. El mural es muy bonito pero destaca con respecto al resto de la catedral porque es demasiado moderno en comparación con el resto de la catedral. Hasta el altar, obra de Gaudí, tiene un toque más clásico para que no llame la atención dentro de todas las demás capillas, columnas y espacios de la catedral. La catedral de Palma me gustó mucho, es muy bonita con esos estilos eclécticos y sobre todo las luces de colores que dan los rosetones de la catedral. Si no tienes mucho tiempo en Palma creo que es indispensable ver el interior de la catedral frente a todo lo demás. Tiene muchos rincones pro ver, un pequeño patio, el tesoro, y una grandiosidad inesperada. Tras salir de la catedral nos dirigimos a La Lonja, la entrada era gratuita (aunque yo había leído en internet que el acceso tenía precio), y si por la noche me había gustado mucho por la mañana me decepcionó. Se veía mucho más bonita de noche iluminada que iluminada por el sol. Su interior tampoco me dijo mucho, si es cierto que es como un jardín de palmeras con esas columnas pero personalmente, el interior de la lonja de Zaragoza es mucho más bonito. De aquí fuimos camino de una parada de taxis para ir al castillo de Bellver (si íbamos andando no tendríamos tiempo para ver la sierra de Palma a Soller) peo en el camino vimos el bus turístico y decidimos cogerlo, había fila pero las otras veces que lo he cogido la fila se acorta rápidamente, el caso es que paró un autobús, con asientos libres pero no dejaron subir a nadie, luego empezó a llover con viento, pero ahí nos mantuvimos en la cola (ya teníamos el billete de autobús comprado) y luego empezó a granizar, mi abrigo negro se llenó de pequeñas bolitas de hielo y como lo hacía con viento al final la cola desapareció y acabamos todos los turistas debajo de los arcos de la Almudaina refugiados de la granizada con viento que estaba cayendo, cuando pasó a llover y con menos intensidad empezamos a salir, pero paró otro autobús que no dejó subir a nadie y tras oír a unos turistas de la fila como que ese era el tercer autobús que no abrí aun teniendo asientos libres decidimos irnos a la parada de taxis y coger un taxi porque no teníamos tiempo para estar esperando. En seguida conseguimos llegar al castillo, el taxi nos dejó no en la puerta de entrada sino en las taquillas de venta de entradas, que estaba plagada de turistas esperando que dejara de llover para bajar o buscar un taxi para salir de ahí. Sorprendentemente el taxi no nos salió tan caro como esperaba así que fue una lástima haber cogido el billete de autobús turístico, porque es carísimo (como en Barcelona pero solo una ruta frente a las cuatro que tiene la capital condal). Lo cierto es que si no puedes subir andando hasta el monte donde se encuentra el castillo o vas falto de tiempo la mejor opción es un taxi. El bus turístico solo es interesante si planeas visitar toda la ciudad en coche en vez de a pie. La gran cantidad de turistas que estaban en la fila es porque llovía y con ese tiempo apetece poco ir andando por la ciudad. Entramos al castillo que es el único que hemos visitado que tiene forma circular. Es un castillo con cuatro torres y de forma circular, diferente a cualquier castillo de su época. Por dentro las salas tienen algunas exposiciones y un patio central, pero no tiene nada resaltable excepto su curiosa forma redondeada y su terraza. En la entrada ponía que por la situación climatológica la terraza estaba cerrada pero paseando por las salas del castillo vimos las escaleras que llevan a la terraza que tenían la puerta abierta y había gente subiendo, así que subimos y descubrimos que no solo estaba abierta sino que era lo mejor de la visita al castillo. Desde la planta circular se tiene una vista completa de todo Palma, desde las montañas verdes a un lado, como la catedral y el puerto a otro lado, como el mar y la costa de otro lado. Además, como había estado lloviendo teníamos arco iris surgiendo de diferentes lugares. Aunque la vista desde el monte es igual de bonita que desde la terraza del castillo, lo que tiene el castillo que no tiene cualquier otro rincón del monte es la vista de 360 grados de Palma, porque cuando subes andando o en taxi puedes ver una parte, pero no toda la isla como se puede apreciar desde la terraza del castillo. Sin duda merece la pena entrar al castillo por lo original de su diseño y pro las increíbles vistas de su terraza redonda. De aquí bajamos hasta la planta baja para salir del castillo pues ya lo habíamos visto todo. Al salir fuimos directas a la parada de taxis pero no había ni uno, sabíamos que no nos iba a dar tiempo si bajábamos andando así que decidimos subir a buscar el teléfono para llamar a un taxi desde la taquilla de venta de billetes y entonces llegó el autobús turístico que nos dejó entrar, pero los únicos asientos libres estaban arriba, la zona superior estaba abierta y en movimiento el aíre helador soplaba más fuerte y además las gotas de la lluvia y del techo te caían encima. Vamos, que después de bajar del monte y salir de una zona sin interés turístico estuve esperando a ver un lugar donde parara y nos diera tiempo para coger un taxi e ir hasta la estación de tren. Así que bajamos en el puerto, y sé que aprovechamos poco el viaje pero si hubiéramos seguid hubieran pasado dos cosas. Una: no habríamos llegado a tiempo (hace bastantes paradas antes de llegar a la plaza de España, dos: hubiera pillado un catarro descomunal, porque ya estaba medio helada de solo un ratito a la intemperie bajo el agua y el frio. Así que dije adiós al autobús y cogimos un taxi para llegar a la plaza de España. En taxi llegamos mucho antes y eso nos dio tiempo para parar a comer cerca de la estación de tren antes de coger el de las tres y media de la tarde, justo para ver de día el paisaje de la sierra de palma a Soller. Y aquí acaba nuestro visita por libre a la ciudad de Palma, por la noche haríamos un tour por guía y al día siguiente volveríamos a Madrid. Dos días no dan para mucho más.

Visita: Noviembre 2019

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Santuario de San Salvador (Felantix) - España

Santuario de San Salvador (Felantix)

Si habéis leído las entradas anteriores sabréis que se acerca la noche y que todo lo que habíamos preparado estaba alcanzado (el lugar, las visitas son otra historia…) así que buscando en internet un sitio cercano a Capdepera y que tuviera buenos comentarios encontramos el Santuario de San Salvador (Felantix) que tiene un mirador. Así que nos montamos en el coche y vamos camino del santuario, tenemos a google maps pero una cruz en lo alto de la montaña nos indica que vamos en buen camino. Aunque con respecto al camino, este es una carretera de montaña, en la que afortunadamente no nos topamos con otro coche, y que durante la subida tampoco es que haya vistas porque está plagado de pinos. Cuando nos acercamos a la cima pasamos junto a una bonita ermita en el lateral del camino, en la ladera de la montaña, y finalmente llegamos arriba del todo donde hay un gran parking donde dejar el coche. Aquí arriba, como está atardeciendo y ha estado todo el día nublado con lluvia hace bastante frio y el viento es helador, pero las vistas son espectaculares. Desde el parking podemos ver el santuario, habría que acercarse hasta ahí pero no nos interesa tanto como lo hacen las vistas de las que queremos disfrutar antes de que se haga de noche. A donde sí nos acercamos es al monumento a Cristo Rey donde podemos dar una vuelta a la altísima estatua y tener unas vistas del mar, la costa los valles y la montaña inigualable, lástima que este nublado porque si no podríamos ver mucho más. Cuando el frío puede con nosotras y empieza a anochecer cogemos el coche y marchamos de regreso a Palma. Las recomendaciones tenían razón y el lugar vale la pena por sus vistas desde el mirador.

Visita: Noviembre 2019

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Capdepera - España

Castillo y pueblo de Capdepera

Tras conseguir salir del laberíntico camino de Ses Païses marchamos hacia Capdepera, un pueblo encaramado en una montaña de interior. Google maps nos dijo que siguiéramos con el coche pero las señales de tráfico decían que estaba prohibido así que aparcamos el coche y toco subir andando las cuestas del pueblo hasta lo alto de la montaña donde estaba el castillo. El pueblo es un tipo pueblo de montaña con casas y caminos empedrados y las vistas desde ahí al resto del valle y las montañas que lo rodeaban eran fabulosas, sobre todo porque estaba nublado pero hacía buena temperatura y por suerte solo nos llovía cuando estábamos dentro del coche (todo un detalle) por lo que había unos tonos claros y oscuros. Después de un pequeño rato subiendo comienzas a ver las murallas del castillo y unas pasarelas de madera (para que los turistas vayan por ellas) y cuando alcanzas la cima de la montaña tiene unos carteles y la puerta del castillo que encontramos completamente cerrada. Nos acercamos leer los carteles con los horarios, precios y vimos una nota que decía que “hoy jueves 21… por trabajos…el castillo estará cerrado”, que mala suerte, el horario de invierno es de diez a cinco así que esperábamos poder verlo con tranquilidad pero al parecer era otro sitio que estaba cerrado. Si continuas andando hay un camino que pasa de estar empedrado a ser un camino de montaña rodeado de vegetación que parece dar vuelta al castillo, dado que continua casi paralelo a la muralla y desde donde se tiene unas vistas de otra montaña y del mar, que desde el otro lado no se veía. Sin duda la vista desde la muralla y torreones del castillo (que al menos externamente se veía muy bien conservado) sería fabulosa pero viendo que iban llegando más turistas que como nosotras lo veían cerrado y buscaban a alguien o alguna otra puerta decidimos buscar un tercer lugar que ver antes de que se hiciera de noche (ya eran las cuatro de la tarde). En esto que comenzamos a bajar por donde subimos y mientras vemos a una familia con niños subir hacia el castillo caigo en que las parejas de otros turistas no han bajado y han dado el rodeo y es cuando pienso porqué son más cabezotas que nosotras y es que, y ahora caigo, hoy es viernes por lo que el cartel de cerrado jueves no debería aplicar, pero tras volver a subir confirmo que efectivamente el castillo está cerradísimo, por lo que regresamos al coche para el próximo destino antes de volver a Palma y devolver el coche de alquiler. El lugar parece muy interesante de visitar, pero solo puedo opinar visto desde fuera porque desde las tres de la tarde no hay forma de encontrar nada abierto.

Visita: Noviembre 2019

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Información para viajar: Castillo de Capdepera

Ses Païses - España

Ses Païses

El poblado prehistórico de Ses Païses es un poblado talayótico, uno de los asentamientos más extensos y bien conservados de la isla de Mallorca que datan del 850 AC. Y ya sabéis que nos gusta la naturaleza como la historia, asi que nos apetecía bastante ver este poblado talayótico, algo que no habíamos visto antes. Cuando miré el horario del poblado en la web el horario de invierno era de 10 a 17 horas, pero eso fue cuando preparé el viaje, a la hora de la verdad el horario de invierno cambió (no fue el único que me cambió, con los autobuses de Palma me pasó lo mismo, los horarios en noviembre eran distinto a los que había colgado en septiembre para invierno). El horario final era de 10 a 14 horas. Como no lo tenía planeado cuando llegamos a las tres de la tarde nos encontramos con el cartel de cerrado y un papel puesto sobre el horario habitual en español, inglés, francés, catalán y alemán, indicando que el horario de visita era de diez de la mañana a dos de la tarde. Teníamos muchas ganas de visitarlo pero no se podía hacer nada así que me metí en el coche (estaba lloviendo) y continuamos nuestro camino. Si lo hubiera sabido podríamos haber dejado las cuevas para la tarde y hacer primero el poblado (aunque dado los horarios de invierno es alto probable que no hubiéramos visto las tres cuevas, lo que hubiera sido una pena), pero aun así entiendo el por qué el cambio de horario, no debe ser un lugar muy visitado, sobre todo porque está bastante alejado de cualquier cosa y el camino para llegar ahí es un camino de campo donde solo cabe un coche. Nos costó algo conseguir salir entre tanto camino de campo pero al final llegamos a una carretera asfaltada y tomamos dirección a Capdepera, el otro lugar en la lista de visitas.

Visita: Noviembre 2019

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Información para viajar: Ses Païses

Cuevas de Arta - España

Cuevas de Arta

Salimos de las cuevas dels Hams y nos montamos en el coche para ir a la costa marítima a visitar las últimas cuevas. Para llegar pasas por la carretera de costa y tienes unas preciosas vistas de las montañas junto al mar. Cuando nos estábamos acercando a las cuevas vimos el parking del autobús (supongo que el que según la web es el que para en las cuevas) y más espacio de parking de coches. El autobús en invierno no era una opción dado que con los intervalos de horarios que tiene hubiera sido imposible ver todo lo que vimos en dos días si no fuera por el coche, si se tiene más tiempo en la isla se puede plantear el usar el autobús, pero con solo dos días no es factible, solo decir que no conseguí ver ni un autobús cerca de las rutas, así que a saber a qué horas hubiéramos llegado. Dejamos el coche ahí y bajamos la carretera andando unos cinco minutos y entonces vimos que en la misma entrada de las cuevas hay otro parking, así que mi amiga subió la cuesta de la carretera para coger el coche y bajar hasta ahí. El parking es muy pequeño por lo que supongo que en verano tienen que usar los huecos del parking junto al autobús, pero como era invierno solo había dos coches aparcados. Mientras mi amiga iba a por el coche me acerqué a la taquilla y tras hablar en español (este viaje o nos hablaban en inglés en Cuba o en alemán o catalán en Mallorca) y me dijeron que había entrado un grupo y que había que esperar media hora para volver a entrar. No había problema, era la una o una y media, así que en la cafetería del sitio nos cogimos algo para comer y aprovechamos para disfrutar de las vistas. Como decía la carretera está junto al mar por lo que si te asomas tienes una vista de todo el litoral y los acantilados que dan al mar, con la lluvia y el color azul claro del mar con las casas plagando las montañas, la imagen era de postal. Y la escalera artificial que sale de la cueva da directamente al mar, por lo que es una buena zona de fotografías. Cuando salió el grupo anterior eran unas seis personas pero cuando nos tocó entrar solo estábamos mi amiga y yo en español y una pareja de alemanes. Así que tuvimos a un guía para nosotras y los alemanes (supongo que entre que es invierno, estas cuevas están en otro municipio y que era la hora de la comida…). Aunque uno esperaría que al ser solo cuatro hubiera más tiempo para disfrutar y hacer fotografías (sin flash) me dio la sensación que iba corriendo a todos los lados, o por lo menos la mujer alemana y yo éramos siempre las ultimas, ahí tenía al guía esperando para dar la explicación. La entrada a la cueva se hace por un acceso nivel planta calle (dejando a un lateral las escaleras) y tras pasar unos túneles por lo que parece (y es que lo estás haciendo) que entras en el interior de la montaña. Y ahí te encuentras con su majestuosidad. El motivo por las que las tenía en el itinerario es porque de mis lecturas de otros viajeros la mayoría decía que aunque menos visitadas que las de Manacor, estás les habían gustado más. Y mi amiga fue la misma opinión, dijo que le habían gustado más. No sé si porque al estar solos se disfruta mejor o porque son inmensas, pero teniendo en cuenta que son más baratas que las del Drach y dels Hams (las dels Hams me siguen pareciendo carísimas) al final la vista compensa más. Lo primero que sorprende es su altura y amplitud, no son unas cuevas pequeñas en el fondo de la tierra sino que te encuentras dentro de un hueco en la montaña que parece tener inmensos salones de estalactitas, estalagmitas y pilares, y galerías que los conectan. Tras la sorpresa de este inmenso salón de formaciones seguimos un camino hasta llegar a otro salón, el de las columnas, porque aquí abundan columnas naturales semejantes a las que se harían en iglesias. El Salón de la Reina de la Columnas resalta por la columna que se sitúa en el centro, conectando el suelo y el techo. Y cruzando una formación rocosa con forma de dosel el guía nos indica que pasemos por esa “puerta” que da paso del purgatorio al infierno. En el Infierno no encontramos lagos ni ríos interiores pero hay un espectáculo de luz y sonido sobre las imágenes de las columnas, estalactitas y estalagmitas de esta sala. El guía apaga todas las luces y quedamos los cuatro en la más absoluta oscuridad, y entonces empieza la música y van cambiando los colores sobre las piedras como si fuera el infierno. De vuelta a la senda hay que caminar entre columnas para llegar a otra sala donde algunas de las formaciones recuerdan a bambalinas y bastidores. De aquí pasamos a la sala de las banderas, donde es importante no dejar de mirar hacia arriba donde se pueden ver unas banderas anchas desplegadas al viento. Otro de sus elementos destacables es una enorme columna de veinte metros de altura, así como figuras que va señalándonos el guía, como el elefante o la oveja al revés. Durante todo el camino no dejas de sorprenderte por la grandiosidad de sus formaciones, sobre todo si en el mismo día, como nosotras, has visto las cuevas de Manacor que bonitas pero más pequeñas. Y finalmente toca ir hacía la luz del final del túnel y salir de la cueva donde te encuentras con la espectacular vista del mar Mediterráneo y el cielo. Y aquí están las escaleras artificiales que te sirven para bajar y salir de la cueva (por eso no entramos por ahí, porque se hace un recorrido semi-circular por dentro de la montaña). Sin duda la mejor vista del mar es desde lo alto de las escaleras. Y en definitiva, aunque menos visitadas y más baratas estas cuevas nos han gustado bastante, por lo que sin duda no puedes irte de la isla sin verlas.

Visita: Noviembre 2019

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Cuevas dels Hams - España

Cuevas dels Hams

De las cuevas del Drach nos dirigimos a otras que hay muy cerca y que por horario era más fácil que las visitáramos sin tener que hacer esperas, aquí compramos las entradas en el sitio dado que no las venden online, y cuando nos preguntaron de donde rompimos las estadísticas, ni alemanas ni de la isla. Una vez pasas de la entrada tienes que bajar por la cueva redonda que en realidad es una zona con vegetación y varias escaleras que van bajando hasta una explanada donde están los baños, y una explanada para esperar. Lo bueno que en esta zona estábamos al aire libre pero protegidos por la roca de forma que cuando volvió a llover no nos mojamos. La visita consta en dos partes, por lo que después de entrar en las cuevas volvemos a salir para volver a entrar por otro lado. Empezamos por la la Cueva Azul, allí hay una proyección sobre la historia de Mallorca y el descubrimiento de las Cuevas dels Hams y cómo se formaron, justo cuando mi amiga decía que en la del Drach había echado en falta precisamente una explicación detallada de ello. Eso sí, como en este viaje no hay forma que nos hablen en español (menos mal que fuimos a Cuba y a España) nos preguntaron en inglés el idioma y cuando dijimos que español el chico se quedó pensando y finalmente nos dijo que era mejor que usáramos los audio-guías porque la proyección era en otro idioma. Que le vamos a hacer, ni en Cuba ni en España conseguimos que nos hablen en español, igual el próximo viaje a Asia nos hablan más en español. Tras la proyección visitamos la cueva subiendo unas escaleras, lo cierto es que se llama la cueva azul porque le ponen una iluminación azul, que aunque muy fantasiosa no te deja percibir bien las estalactitas y estalagmitas. Al final llegar a un pequeño anfiteatro y enfrete hay una roca de la cueva que pasa del azul al color rojo en su iluminación para ver “Genesis” un time lapse desde el origen del Universo. Volvemos al exterior, como decía antes, para seguir el recorrido, esta vez por la ruta clásica de la cueva principal. Un guía acompaña al grupo en todo momento pero en cada sala que visitamos salta una explicación en varios idiomas, por lo que si el grupo no es muy grande solo tienes que esperar hasta que vuelve a saltar el español, la excusa perfecta para hacer fotografías (siempre sin flahs, y aquí si están prohibidos los palos selfies además del trípode). Se va pasando por varias salas, como la de las Lechuzas, así llamada porque en el momento de su descubrimiento estaba llena de estas aves, como pequeñas galerías, algunas con depósitos de agua y con formaciones de todo tipo: estalactitas y estalagmitas, banderas, columnas y sobre todo lo más llamativo y que da nombre a la cueva: los anzuelos, una formación que desciende del techo pero no acaban en vertical o unidas al suelo, sino que se elevan de nuevo tomando la forma de anzuelo (ham), en algunos sitios se dice que es por que crecen con falta de oxígeno por lo que no siguen la gravedad. Lo cierto es que este mes de noviembre tiene bastantes cuevas, desde la de Bellamar y Saturno en Cuba a las de Mallorca, así que es imposible no pararse a comparar, por eso cuando el guía dijo que los expertos no sabían cómo se hacían esas formación en forma de anzuelo (hams) porque caen y luego van horizontal para volver a subir, me recordó la explicación del guía en la Cueva de Bellamar que nos habló de las helictitas, que son de crecimiento horizontal (y que se ven en la cueva de Bellamar) y si comparamos a ojos inexpertos como nosotras nos parecen el mismo tipo de formación. Aquí la iluminación es muy mejor y hace que las formaciones tengan un aspecto mágico. Y además como no se tiene la presión que se tiene en las del Drach se disfruta mucho más. Llegamos al Mar de Venecia, donde las curiosas formaciones rocosas se reflejan en un espejo de agua azul, este lago es más pequeño que el de las cuevas del Drach pero igualmente bonito. Aquí hay un espectáculo audiovisual creado con la música de Mozart y fragmentos de sus óperas “Don Giovani” y “La flauta mágica”, sinfonías, etc. Mientras se ve un video superpuesto sobre la roca mientras una barquita surca las aguas del lago. Aquí sí está permitido grabar, pero no se puede usar flash. Tras el espectáculo vamos a otra sala con estalactitas y estalagmitas, aunque la luz y las imágenes más bonitas están antes del espectáculo musical. Al final resulta una hora de recorrido y también nos han gustado mucho, aunque la entrada resulta muy cara.

Visita: Noviembre 2019

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Cuevas del Drach - España

Cuevas del Drach

Como comenté ya, teníamos alquilado un coche para este día, pero era imposible recogerlo antes de las nueve de la mañana, así que para sacar el máximo partido decidimos hacer el contrato online e ir hasta la oficina antes de la hora para llegar e irnos lo antes posible. A las nueve menos cinco nos abrieron la oficina y a las nueve y cinco ya estábamos buscando el coche (que fue lo que más nos costó). Desgraciadamente el día había amanecido con lluvia, y las nubes nos acompañaron todo el día, pero con la suerte que siempre llovía cuando estábamos en el coche o dentro de algún sitio, así que dentro de lo que cabe tampoco fue tan malo como nos pareció al inicio del día. Tras coger el coche en el puerto de Palma salimos en dirección Manacor para llegar a las cuevas del Drach donde teníamos que llegar antes de las diez y media pues teníamos las entradas para esa hora. Estos dos días en Mallorca fueron un dolor de cabeza para mi programación pro tema de horarios, parece que en invierno no exista el turismo porque lo reducen todo, más concretamente solo hay cuatro visitas para estas cuevas en el día, las diez y media, las doce, la una y las tres y media. Lo que menos nos rompía la combinación de visitas era quitarnos estas cuevas lo antes posible, pues los demás sitios tenían un horario más continuado. Afortunadamente llegamos sin problemas y antes de la hora, así que después de aparcar nos dirigimos a la entrada. Si las habéis comprado la entrada a través de internet (como yo porque así tiene descuento) podéis ir directos a la entrada de la cueva. Cuando llegamos a la puerta de entrada a las Cuevas no esperábamos que hubiese tanta gente pero detrás de nosotras fueron llegando aún más, y por lo visto en temporada alta esto se debe llenar impresionablemente. Comenzamos la visita bajando unas escaleras donde ya empezamos a notar el cambio de temperatura, esperaba que la cueva fuera más fría que el exterior pero al contrario, era más cálida y al final tuve que quitarme el abrigo como el resto de turistas. Continuamos el recorrido todo el tiempo rodeados de bellas estalagmitas y estalactitas aunque apenas hay tiempo para poder mirar a todo los datos, y si te paras a hacer alguna fotografía (las fotografías están permitidas siempre y cuando sean sin flash. No están permitidos los trípodes) acabas siendo adelantado. “Los baños de Diana” son inconfundibles por el turquesa de sus aguas. Mientras vamos haciendo fotos con los guías escoba detrás de nosotros, había bastante gente y te hacía correr mucho, estaba siempre “sigan adelante, sigan adelante” por lo que no había forma de para quieto a disfrutar de las vistas, había leído al respecto pero no esperaba que habiendo menos gente de la que tienen en verano también fuera así. Siguiendo el recorrido tenemos el “Monte Nevado” caracterizado por el color blanco. Avanzamos unos metros más y divisamos un pequeño lago, aunque el agua es tan cristalina que mi amiga piensa que la engaño y que más que lago es todo piedra, porque aunque es profundo solo se ven las piedras como si apenas hubiera agua. Así que llegamos al lago Martell, donde hay una zona del anfiteatro donde te piden que te sientes porque dan un espectáculo de luz y sonido sobre el lago. Cuando llegamos a la sala con el lago, casi las últimas aunque habíamos entrado casi de las primeras, le dije a mi amiga que fuéramos lo más a la derecha y abajo posible, esto lo hice porque había leído que al salir de la cueva puedes coger una barquita y navegar el lago, o puedes hacerlo andando, y aunque fuera por poquito espacio de tiempo queríamos montarnos en la barquita. Avisaron en varios idiomas que al empezar el espectáculo estaban prohibidas las fotografías o las filmaciones y apagan todas las luces de la cueva por lo que te quedas completamente a oscuras hasta que empiezas a ver las luces del fondo del lago que traen consigo una barca con músicos dentro dando un concierto. Casualmente nuestro sitio, pese al haber llegado tan tarde, fue de los mejores porque tuvimos casi todo el concierto a nuestra izquierda sin nadie que nos evitara verlo además de oírlo. Nos estaba saliendo un día perfecto. El espectáculo consiste en apagar todas las luces de la cueva, y luego al fondo del lago aparecen unas barcas aparecen iluminadas con bombillas. En una de ellas hay unos músicos interpretando una pieza de música clásica. La acústica de la cueva es estupenda. Las barcas se van moviendo con remos por el lago, de forma que acaban en un recodo del lago, quietas por unos instantes, y tenemos una vista inmejorable del concierto, luego vuelve a retomar el camino de vuelta sin dejar de tocar mientras se alejan. El pequeño concierto dura unos diez minutos y en cuanto vuelve la luz a la cueva nos ofrecen la posibilidad de seguir el recorrido andando o cruzando el lago en las barcas. Cuando acabó bajamos las escaleras para llegar a la barca, nos montamos en la tercera barca y lo cierto es que las vistas de las estalactitas del techo desde el lago y la claridad del agua del lago vista desde tan cerca vale la pena el corto trayecto en barca. Este concierto de música clásica dentro de las cuevas se ofrece desde el año 1935. Después de salir de la barca y abandonar el lago comienza el ascenso al exterior y se acaba la visita. La cueva es muy bonita, y el lago impresionante, aunque por cuevas no es la que más nos gustó, pero es que hay muchas cuevas vistas en este viaje y es difícil elegir. La visita es muy rápida, pero es complicado conseguir hacerla con calma con tanto turista, y es o le quita encanto al lugar.

Visita: Noviembre 2019

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