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Cuevas de Arta - España

Cuevas de Arta

Salimos de las cuevas dels Hams y nos montamos en el coche para ir a la costa marítima a visitar las últimas cuevas. Para llegar pasas por la carretera de costa y tienes unas preciosas vistas de las montañas junto al mar. Cuando nos estábamos acercando a las cuevas vimos el parking del autobús (supongo que el que según la web es el que para en las cuevas) y más espacio de parking de coches. El autobús en invierno no era una opción dado que con los intervalos de horarios que tiene hubiera sido imposible ver todo lo que vimos en dos días si no fuera por el coche, si se tiene más tiempo en la isla se puede plantear el usar el autobús, pero con solo dos días no es factible, solo decir que no conseguí ver ni un autobús cerca de las rutas, así que a saber a qué horas hubiéramos llegado. Dejamos el coche ahí y bajamos la carretera andando unos cinco minutos y entonces vimos que en la misma entrada de las cuevas hay otro parking, así que mi amiga subió la cuesta de la carretera para coger el coche y bajar hasta ahí. El parking es muy pequeño por lo que supongo que en verano tienen que usar los huecos del parking junto al autobús, pero como era invierno solo había dos coches aparcados. Mientras mi amiga iba a por el coche me acerqué a la taquilla y tras hablar en español (este viaje o nos hablaban en inglés en Cuba o en alemán o catalán en Mallorca) y me dijeron que había entrado un grupo y que había que esperar media hora para volver a entrar. No había problema, era la una o una y media, así que en la cafetería del sitio nos cogimos algo para comer y aprovechamos para disfrutar de las vistas. Como decía la carretera está junto al mar por lo que si te asomas tienes una vista de todo el litoral y los acantilados que dan al mar, con la lluvia y el color azul claro del mar con las casas plagando las montañas, la imagen era de postal. Y la escalera artificial que sale de la cueva da directamente al mar, por lo que es una buena zona de fotografías. Cuando salió el grupo anterior eran unas seis personas pero cuando nos tocó entrar solo estábamos mi amiga y yo en español y una pareja de alemanes. Así que tuvimos a un guía para nosotras y los alemanes (supongo que entre que es invierno, estas cuevas están en otro municipio y que era la hora de la comida…). Aunque uno esperaría que al ser solo cuatro hubiera más tiempo para disfrutar y hacer fotografías (sin flash) me dio la sensación que iba corriendo a todos los lados, o por lo menos la mujer alemana y yo éramos siempre las ultimas, ahí tenía al guía esperando para dar la explicación. La entrada a la cueva se hace por un acceso nivel planta calle (dejando a un lateral las escaleras) y tras pasar unos túneles por lo que parece (y es que lo estás haciendo) que entras en el interior de la montaña. Y ahí te encuentras con su majestuosidad. El motivo por las que las tenía en el itinerario es porque de mis lecturas de otros viajeros la mayoría decía que aunque menos visitadas que las de Manacor, estás les habían gustado más. Y mi amiga fue la misma opinión, dijo que le habían gustado más. No sé si porque al estar solos se disfruta mejor o porque son inmensas, pero teniendo en cuenta que son más baratas que las del Drach y dels Hams (las dels Hams me siguen pareciendo carísimas) al final la vista compensa más. Lo primero que sorprende es su altura y amplitud, no son unas cuevas pequeñas en el fondo de la tierra sino que te encuentras dentro de un hueco en la montaña que parece tener inmensos salones de estalactitas, estalagmitas y pilares, y galerías que los conectan. Tras la sorpresa de este inmenso salón de formaciones seguimos un camino hasta llegar a otro salón, el de las columnas, porque aquí abundan columnas naturales semejantes a las que se harían en iglesias. El Salón de la Reina de la Columnas resalta por la columna que se sitúa en el centro, conectando el suelo y el techo. Y cruzando una formación rocosa con forma de dosel el guía nos indica que pasemos por esa “puerta” que da paso del purgatorio al infierno. En el Infierno no encontramos lagos ni ríos interiores pero hay un espectáculo de luz y sonido sobre las imágenes de las columnas, estalactitas y estalagmitas de esta sala. El guía apaga todas las luces y quedamos los cuatro en la más absoluta oscuridad, y entonces empieza la música y van cambiando los colores sobre las piedras como si fuera el infierno. De vuelta a la senda hay que caminar entre columnas para llegar a otra sala donde algunas de las formaciones recuerdan a bambalinas y bastidores. De aquí pasamos a la sala de las banderas, donde es importante no dejar de mirar hacia arriba donde se pueden ver unas banderas anchas desplegadas al viento. Otro de sus elementos destacables es una enorme columna de veinte metros de altura, así como figuras que va señalándonos el guía, como el elefante o la oveja al revés. Durante todo el camino no dejas de sorprenderte por la grandiosidad de sus formaciones, sobre todo si en el mismo día, como nosotras, has visto las cuevas de Manacor que bonitas pero más pequeñas. Y finalmente toca ir hacía la luz del final del túnel y salir de la cueva donde te encuentras con la espectacular vista del mar Mediterráneo y el cielo. Y aquí están las escaleras artificiales que te sirven para bajar y salir de la cueva (por eso no entramos por ahí, porque se hace un recorrido semi-circular por dentro de la montaña). Sin duda la mejor vista del mar es desde lo alto de las escaleras. Y en definitiva, aunque menos visitadas y más baratas estas cuevas nos han gustado bastante, por lo que sin duda no puedes irte de la isla sin verlas.

Visita: Noviembre 2019

 Mis imágenes: España I - Cuaderno Fotográfico & Instagram

 Información para viajar: Cuevas de Arta

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