Diario 2021: España - Alquezar y sus pasarelas sobre el río Vero (Aragón)

Repetimos con Aragon Xperience, con una de sus excursiones fijas pero que no había realizado. Salimos de Zaragoza camino a Huesca a recoger a otros clientes y vamos hacia Alquezar. Al llegar al pueblo hay un aparcamiento, por el pueblo he leído que no se puede circular por el centro así que toca aparcar antes de comenzar la ruta. Hay unos cuantos coches y furgonetas, parece que hay bastante gente pero por lo que dice Adrián el guía esto no es nada con la cantidad de gente que hubo en Semana Santa. Hay que recordar que debido a la situación en Semana Santa estaba Aragón cerrado así que tocaba hacer turismo de interior. Adrián nos guía por el pueblo hasta la entrada a las pasarelas, de camino hasta aquí he podido ver las casas y las calles y los carteles sobre la entrada para la Colegiata. Paramos en un bar con terraza hacia el barranco para desayunar algo e ir al baño antes de empezar la ruta.

 
 
 

Comenzamos la ruta y ya hay fila, asique esta primera parte la hacemos despacio e intentado llevar distancia, lo bueno es que al final no es tanta la gente, solo que este primer tramo de las pasarelas es estrecho y os juntamos todos los que iniciamos el camino. El inicio del camino consiste en descender atravesando el Barranco, es una zona frondosa con algunas pasarelas de madera que por los huecos que dejan me hace pensar que en otras épocas del año pro aquí discurre el agua, también hay zonas rocosas por las que hay que caminar con cuidado porque resulta fácil resbalar dado que es este tipo de piedra que se pule con el paso y se hace muy resbaladiza sin estar si quiera mojada. Lo bueno de esta parte del recorrido es que es muy frondosa por lo que hay muchos árboles y hojas que tapan el sol, hoy dan pronóstico de calor veraniego y la ruta se puede hacer muy dura con mucho calor.

 
 
 

Así llegamos a una zona donde se abre la vegetación y tenemos un cartel marcando los caminos. En vez de continuar hacia las pasarelas nos desviamos un momento hacia la Cueva de Picamartillo, la cueva no es muy profunda ya que parece que se ha formado pro la erosión del río, pero desde aquí a nuestra espalda podemos ver los huecos que hay en las paredes del barranco. Según sea la abundancia del agua es posible pasar a una pequeña ensenada de piedras entre la cueva y la orilla del camino que la lleva hasta aquí. Por esta época no hay mucha agua por lo que se puede cruzar por diferentes caminos de piedras sobre piedra sin mojarse los pies para hacerse la foto obligada. Regresamos por el mismo camino, con diversos tipos de flores en los laterales, hasta el inicio de las pasarelas metálicas.

 
 
 

Antes de comenzar tenemos una imagen de las pasarelas pegada a la piedra sobre el río Vero, que se nota que baja con poquita agua dado que se ve mucha cantidad de piedra y cantos rodados. Tras el primer tramo de pasarelas bajamos otra vez a tierra y podemos, debido al bajo cauce del río acércanos a ver de cerca el agua azulada y verdosa, según la luz del sol, que pasa junto a la roca del barranco erosionándola. Aquí podemos ver sobrevolar al buitre leonado, que resultan impresionantemente grandes, mientras una nueve de polen nos inunda y parece que este nevando. Seguimos el camino por tierra, entre árboles y junto a la orilla del río, de un color amarillo verdoso con el que se confunde entre la intensa vegetación verde que lo rodea. Y así llegamos de nuevo a las pasarelas metálicas, junto al azud, construido para generar electricidad de un edificio que veremos al final de las pasarelas y que ya está en desuso.

 
 
 

Desde el azud tenemos unas vistas espectaculares del cañón y del río, que forma una cascada de agua transparente de color azul verdoso. También desde aquí podemos ver las pozas naturales que forma el río por donde hay gente remojando los pies en este día tan caluroso, según nos cuenta Adrián en esta zona permiten el baño y tras ver el agua cristalina y el calor que hace hoy me acuerdo de mi compañera de viaje extremeña y a la que le gustaría meterse en este río. Hay zonas, como esta donde la piedra hace que tengas que encorvarte para poder pasar, antes daban casco para hacer esta ruta (por los despistados que no saben agacharse) pero por el covid ya no lo hacen. De las pasarelas volvemos al camino de tierra que sube paralelo al río, desde aquí tenemos vista de la cascada, el barranco y el río Vero hasta llegar a una cavidad rocosa por la que hay agacharse para pasar y tener cuidado de no resalarse pues en el suelo tenemos las piedras de antes, que resbalan con solo mirar, y retomamos el camino de pasarelas metálicas para ir por encima del barranco y de las aguas verdosas del río Vero, aquí visible sin tanta vegetación y que nos lleva hasta la antigua caseta de la central eléctrica.

 
 
 

Aquí volvemos al camino de tierra con alguna ligera cuesta protegida del sol con la frondosidad de los árboles y desde donde tenemos una vista de las impresionantes paredes del barranco y así llegamos al último tramo de pasarelas metálicas y el más largo, estas están más altas sobre el río Vero y abajo queda el agua verdosa discurriendo entre la vegetación, aquí más lejano por la altura la distancia nos permite tener una panorámica del curso del río entre los árboles y las paredes rocosas a ambos lados. Las pasarelas acaban cuando el camino nos lleva hasta el mirador, una plataforma metálica desde donde podemos ver Alquézar, el barranco, el río Vero, y las pasarelas por las que hemos pasado. Debido al intenso calor ya he bebido más agua que en todo el día en las excursiones anteriores, ya que no estoy acostumbrada a andar en verano (no es verano, pero tenemos temperaturas superiores a treinta grados).

 
 
 

Como veréis en mis entradas del blog en verano suelo hibernar y luego vuelvo a mis viajes y recreaciones (cuando mucha gente coge vacaciones yo me quedo en casa) pero este año habrá que cambiar la rutina ya que pocos países están abiertos al turismo (ya sea para entrar o para entrar sin dos semanas de cuarentena), así que no creo que viaje muy lejos. El mirador tiene paisajes a todos los lados, así que aparte de para hidratarnos disfrutamos dando una vuelta al mirador. Hasta aquí llega gente que viene de otras rutas, Adrián nos comenta que hay una ruta por puentes medievales también interesante. Ahora ya solo queda la parte final de la ruta que es subir al pueblo por una cuesta de tierra que según el cartel es 1km hasta alquezar. Con el sol pegando bastante fuerte la subida se hace bastante dura ya que no hay apenas arboles que den sombra al camino, en cada espacio con algún olivo hay gente parada reponiéndose, porque la cuestión no es la subida, sino la subida con este calor directo, al inicio aún hay vistas de Alquezar que me permiten parar a hacer fotografías y respirar antes de continuar, luego solo veo piedras del camino, gente agotada y yo ya quitándome una de las dos mascarillas que llevo (¿he dicho que volaba polen como si nevara?) .

 
 
 

Al final llegamos al pueblo y aquí tenemos tiempo libre para visitar el pueblo y comer. Yo llevo bocadillos así que no tengo que preocuparme de encontrar hueco, ya que, aunque hay muchos bares y restaurantes, hay también bastante gente. Adrián el guía me hace un recorrido por rincones del pueblo hasta uno de los miradores. Como todavía es pronto para comer decido volver a callejear por el pueblo. Alquézar forma parte de la asociación de Los pueblos más bonitos de España, como se puede ver en un cartel a la entrada del pueblo, por lo que no es extraño que un sábado este lleno de turistas, las calles están repletas de gente y también de grupos con guías. Cerca de la entrada la ruta de las pasarelas se puede bajar hasta un mirador que da al barranco y permite ver la roca con sus agujeros como huecos, continuando un poco más nos encontramos con la Cueva o mullon, una roca con una grieta que crea una entrada natural con un pequeño mirador al fondo, y donde en la pared del interior se puede apreciar que se usa para practicar la escalada.

 
 
 

Un poco más adelante ya se ve la colegiata dominante desde lo alto y una plaza con una cruz donde convergen tres calles, tomando una de las calles volvemos a entrar al pueblo por donde disfrutar de las calles empedradas y las casas del pueblo. Así se llega a la plaza mayor, con casas con soportales y una distribución uniforme. Por la mañana apenas hay gente y se puede disfrutar de los detalles de las casas, a la hora cercana a la comida está llena de turistas sentados en las terrazas de los bares. Bajo uno de los arcos de los soportales se pueden ver pezuñas de jabalí (no sé qué significa y he buscado en internet y en cada sitio dice una cosa distinta). Cruce la puerta de entrada la ciudad dos veces entre tanto callejear, y volví a pasar por el Pasador de Casa Lailla, esta vez atravesándolo con cuidado ya que aparte de agacharse por tener cubierta el suelo está cubierto de la roca de la montaña, esa tan resbaladiza que he comentado antes.

 
 
 

Volví a la entrada de la ruta de las pasarelas, ahí hay una fuente con agua tratada, como había gente rellenándose las botellas de agua y yo había bebido toda la que traía de Zaragoza decidí aprovechar y rellenarla también, y así además tener agua fría para la comida. Así acabé regresando a la colegiata de Santa María Mayor. Resultaría interesante ver la colegiata por dentro, pero al ir hasta la entrada a las pasarelas he podido leer las restricciones de aforo y horarios que por el covid hay y no voy ni a intentarlo, prefiero disfrutar del pueblo paseando y luego descansar comiendo a la sombra tranquilamente que estrenarme por verlo, hay que tener en cuenta que cuento con la ventaja que es el país donde vivo así que no es tan difícil volver en otra ocasión mejor para las visitas de interiores.

 
 
 

Encuentro que en el mirador junto a la colegiata no hay nadie y hay unos fantásticos bancos de piedra bajo arboles donde sentarme a disfrutar de mi bocadillo y del agua fresca de la fuente. Después de comer voy hasta donde el guía nos ha indicado que hay baños públicos y bajando por la calle veo un cartel que indica mirador de O´Vicón, me acerco hasta ahí y me encuentro que, no solo está completamente vacío, sino que tiene unas vistas fabulosas de la montaña, el río Vero y las pasarelas que hemos completado por la mañana.

 
 
 

Tras disfrutar de esta vista para mi sola me encamino de nuevo hacia la iglesia de San Miguel, ubicada junto al Barrio Arrabal, que me lleva a la plaza donde aparte de tenderetes y terrazas se encuentra el baño público y, ¡oh sorpresa!, resulta que ahí mismo hay un mapa del pueblo. Afortunadamente veo que he visto casi todo lo que había para ver, así que regreso a los miradores para colocarme bajo un árbol, a la sombra, y descansar un rato antes de volver. Hemos quedado a las tres para subir en coche hasta el mirador de la sonrisa. Desde este mirador no encontramos con una vista completa del pueblo y las montañas de la sierra de guara que lo rodean, una vista espectacular e imperdible. Y de aquí regresamos a nuestro lugar de origen.

 
 

Cueva de las Guixas - España

Cueva de las Guixas

Comemos en Villanua porque a las cuatro y media de la tarde tenemos la visita a las Cuevas de las Guixas en Villanua. La visita comienza en la oficina de turismo y centro de interpretación que es justamente por donde pasa el camino de Santiago, antiguo camino original francés. Pese a las horas, que son más de siesta (y sobre todo en esos bancos bajo los árboles y junto al río que hay frente a la oficina) hay bastante gente (17 personas conté). La ruta comienza en la plaza junto a la Oficina de turismo, donde hay una escultura de madera como si fuera un árbol, nos explica la guía que es el homenaje a las quince brujas de Villanua que fueron juzgadas y condenadas. Y que cada rama representa a una de las brujas. Comenzamos el camino hacia la cueva subiendo por el Camino de Santiago. Nos comenta la guía que se conserva parte del camino empedrado del original camino francés a Santiago y que es patrimonio de la Unesco. Después de subir por segunda vez (ya que hemos hecho antes la ruta del camino de Villanua a Canfranc) llegamos a la bifurcación de caminos donde, esta vez, cogemos las escaleras que nos llevan a la entrada de una cueva en la roca. Ahí, junto a la puerta de entrad ala guía nos enseña las semillas que bañan el suelo de entrada del lugar y que asociado a la historia de las brujas de Villanua dio nombre a la cueva, que originalmente se llamaba, simplemente, Grutas de Villanua como indica grabado en piedra un cartel. La verja dice la guía que es original de la época en que se abrió en los años treinta (digo de memoria, igual me equivoco), lo que si es cierto que tiene unas flores de hierro como se hacían antaño, y no como ahora que no se adornan. La guía nos cuenta que esta es una de las cincuenta grutas que hay por la zona, y que es una cueva viva por lo que no siempre se puede visitar. entramos en la cueva bajando una serie de escaleras hasta llegar a una pequeña zona donde paramos para recibir algunas de las explicaciones de la guía. La cueva está formada por la disolución de la roca caliza, y nos explica sobre su antigüedad y como su acceso al hombre inicialmente no fue por el agujero por donde hemos entrado sino por una gatera por la parte superior, debido a los restos arqueológicos que han descubierto pueden saber el uso de la misma. Seguimos la visita hasta llegar a un gran agujero en el techo de la cueva que se formó de manera natural. Aquí es donde comienza la guía con las historia de las brujas del lugar, que claro, ya se sabe, que si sabían de plantas que te curaran que bien pero como murieras, bruja eras, o que para mantenerse jóvenes se desnudaban dentro de la cueva, donde se está fresquito todo el año, aunque he de decir que esta vez no hacía mucho frío, si para una chaqueta pero no para el polar que me sobraba un poco. Puedo contar varias historias que nos dijo, pero lo mejor es hacer la visita y interesarse in situ. Y si además coincides con el festival de las brujas tienes visita teatralizada a las cuevas, pro lo que aún más interesante. Lo que si afirmó la guía es que en esa cueva había reuniones pero no hubo aquelarre. Seguimos caminando por la cueva hasta nuestra siguiente parada, una sala donde nos encontramos estalactitas, estalagmitas, figuras y cortinas de piedra formadas por el agua. Una de las salas más llamativas donde vamos descubriendo figuras e imágenes en las formas de las rocas. De aquí seguimos hasta la sala de la Catedral, con una altura considerable y con las paredes cubiertas de estalactitas alargadas. Hay una serie de escaleras que suben arriba del todo donde habitan los murciélagos y que antes del covid se podían visitar, ahora por el covid no se puede subir hasta arriba así que tenemos la explicación de la guía sobre la cueva y los murciélagos en esta sala. En este rincón la guía nos muestra el sifón y las alarmas para avisar que va a subir el agua. Como ya había dicho antes esta es una cueva viva, eso significa que cuando hay fuertes lluvias o deshielo el agua que circula por ella sube de nivel hasta cubrirse por entero. Nos comenta alguna ocasión en que el agua salía por la puerta de entrada (recordemos que la entrar tuvimos que bajar varias escaleras) y que hay puesto varios avisos para identificarlo porque una vez dentro el agua sube muy rápido y es muy peligroso quedarse dentro. Por eso es habitual que uno intente visitar la cueva y justo ese día se halle cerrada. Es algo que no es fácil de pronosticar y depende completamente de la naturaleza. Me recordó un poco al camino de Sakadang en el parque nacional de Taroko, en Taiwan, donde también es habitual ir y encontrarlo cerrado. Comenta la guía que han ido espeleólogos a intentar marcar la cueva buceando pero tiene tanto movimiento continuo que ha sido imposible, al estar muy viva y las aguas se mueven con mucha fuerza, y al comentarlo nos enseña como hay una piedra redonda incrustada en la forma de las paredes, y es fácil imaginar la fuerza del agua que ha llevado a colocar esa piedra en esa zona tan inusual. La otra parte de la explicación no trata sobre el peligro de la cueva, sino sobre los habitantes usuales de su interior que además son especie protegida: los murciélagos. Estos animales se podía ver más de cerca en las visitas anteriores al covid, están vigilados y revisan que no estén estresados, pues al ser reservorio de virus si s estresan pueden liberar virus (no ha pasado con los de Guixa). Entre los murciélagos existentes en la cueva hay varias especies: de herradura, de oreja de ratón, de cueva, y otros que no recuerdo el nombre. Estos animales además nos libran de los insectos, cosa que aprecio mucho porque esos bichos me tienen mucho cariño (pero yo ninguno). Aquí termina la visita y la guía nos deja salir por nuestra cuenta, ella detrás, por lo que nos da tiempo a parar a hacer alguna fotografía y nos recuerda que al lado de la oficina de turismo, cruzando una verja, hay un camino que lleva a la cascada que se forma al caer el agua de la cueva, y que nos acerquemos a verlo antes de irnos. Al salir nos encontramos con el otro grupo, sin darnos cuenta ha pasado ya una hora completa de visita. Siguiendo las instrucciones de la guía todo el grupo acabamos caminando por un caminito de madera paralelo al río que nos lleva a esa cascada que nace de la roca, el agua cae con fuerza y eso que no hay peligro de inundación, lo que hace fácil imaginar como sería si lo hubiera. Además es una imagen preciosa para acabar el día. Regresamos para coger el coche y retornar a Zaragoza y dar por finalizado el día.

Visita: Junio 2021

Cuaderno con imágenes: Ruta Villanua -  Canfranc - Coll de Ladrones - Cuevas de las Guixas

Mis imágenes: Álbum Página de Facebook

Información para viajar: Aragon Xperience

Fuerte Coll de ladrones en Canfranc - España

Fuerte Coll de ladrones, Canfranc

La ruta de Villanua a Canfranc la acabamos en el pueblo de Canfranc y para aprovechar el tiempo el resto del camino hasta Coll de ladrones lo hicimos en coche. Para ello seguimos la carretera hasta la estación de Canfranc y de ahí continuamos subiendo la montaña por una carretera de tierra. Aunque no parece que sea un camino para hacer usualmente en coche vimos que muchos coches habían subido hasta ahí ya que hay varias rutas senderistas que salen o pasan por ahí, así que parece algo habitual. Durante la subida, entre los huecos que dejan los árboles se tiene una vista impresionante de las montañas y del mismo tono gris que la piedra de la montaña se puede ver un edificio con ventanales como los antiguos fuertes (me recuerda al edificio del Morro de La Habana). La pared que se encuentra junto al edificio está libre de vegetación y es muy vertical, por lo que no es raro que cuando nos marchemos veamos a escaladores subiendo por ella. cuando aparcamos junto a otros coches en una explanada cerca, nos acercamos al camino que lleva al fuerte, al inicio del mismo hay un cartel explicativo sobre el fuerte, y cuando llegamos a la puerta vemos que está cerrada. El guía nos comenta que a veces han mirado de hacer visitas por su interior. Mientras dejamos de lado la puerta de entrada al fuerte y subimos sobre la montaña para disfrutar de las increíbles vistas que hay desde el fuerte. desde un lado podemos ver el pueblo y la antigua y larga estación de Canfranc. Girando un poco más tenemos las montañas con sus cumbres nevadas, Otro poco más que giramos y tenemos los edificios que quedan en pie del fuerte. Y yendo hacia el otro lado tenemos la vista de otra montaña y abajo, muy abajo, un hotel. Seguimos girando y tenemos más montaña, rojiza, verde, gris, marrón, blanca, diferentes colores adornando el paisaje. Después de unr ato disfrutando de esas increíbles vistas, ya que no se puede entrar al fuerte, bajamos hasta la Estación para verla por fuera, ahora que está arreglada y pintada (parece otra en comparación con la última vez que la vi). De aquí marchamos a Villanua a comer antes de la siguiente parada del día.

Visita: Junio 2021

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Información para viajar: Aragon Xperience

Ruta de Villanua a Canfranc - España

Ruta de Villanua a Canfranc

Salimos otro día más a hacer una ruta con Aragon Xperience, esta vez vamos camino a Villanua. En el trayecto, aparte de la parada de descanso de rigor, paramos a un lado de la carretera donde hay una panadería, que debe ser conocida porque está a un lado de la carretera y hay varios coches con excursionistas parados haciendo fila para comprar. Una vez terminada esta parada alimenticia nos dirigimos hacia Villanua. Frente a la oficina de turismo y junto a un puente que da al río hay un cartel indicando que este es un punto del Camino de Santiago. Efectivamente al lado de la oficina de turismo hay un camino empedrado por donde se identifica la GR65.3, y que es parte del original Camino francés, y el actual Camino de Santiago. Nosotros subimos lo vamos a hacer al revés y dirigirnos de Villanua hasta Canfranc, donde esta la entrada a la península por Somport. Comenzamos subiendo la calzada empedrada y el guía nos avisa que este tramo del camino lo subiremos dos veces, ya que pro la tarde visitaremos las cuevas de Guixas y para llegar a ellas desde Villanua hay que pasar por este camino. Al poco de subir nos encontramos con unos carteles sobre las cuevas y sobre el camino, aunque está roto y no se lee por completo. Siguiendo un poco más hay un cruce de caminos con varios carteles, uno hacia las cuevas, y otro sigue el camino de Santiago. El camino discurre paralelo al río y al inicio podemos ver la central hidroeléctrica, con una vista de las aguas azules del río y las montañas de fondo. Sigue el camino de piedras junto a trozos de vegetación que nos alivian a ratos del calor, y vistas de las montañas al fondo. Vamos subiendo el camino por un tramo de roca natural con vistas a las montañas al fondo y vistazos al río, momento en el que captamos a un pescador. El camino pasa por debajo de dos puentes modernos, entre puente y puente podemos encontrar un merendero desde donde ver variedad de flores, una antigua locomotora al fondo, y un bunker de la Guerra Civil Española. Seguimos el camino entre el verdor del valle y los paisajes de postal, de vez en cuando alguna flecha amarilla marca que este sendero es el camino de Santiago, y nos cruzamos con algún peregrino, con su identificativa concha colgando de su mochila. Y así acabamos llegando al puente nuevo, un puente de piedra de 1599 según la piedra que puso su constructor, según un cartel informativo el puente es llamado actualmente como el puente de los peregrinos por el uso del mismo de los peregrinos del camino de Santiago. A cada lado del puente tenemos sendas vistas de postal, por un lado el valle por el que discurre el río de agua cristalina, y por otro un antiguo cementerio, muy cuidado. Siguiendo paralelo al cementerio llegamos a la antigua iglesia de la Trinidad, en ruinas, y al lado comienza el antiguo pueblo de Canfranc. La calle principal nos lleva hasta la plaza de la Iglesia donde nos encontramos con la iglesia de la Ascensión, y enfrente el edificio de las antiguas escuelas nacionales. En un lateral tenemos un antiguo vagón de tren, más concretamente un coche salón, y al otro lado un bar con la bandera republicana. Bajando por unas escaleras que empiezan en la fuente que hay junto a la iglesia, acabamos en un camino que discurre paralelo al río, con preciosas vistas.

Visita: Junio 2021  

Cuaderno con imágenes: Ruta Villanua -  Canfranc - Coll de Ladrones - Cuevas de las Guixas

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Información para viajar: Aragon Xperience

Presentación

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