Palazzo Reale de Napoles
Visita: Mayo 2019
Mis imágenes: Fin de semana napoleonico en Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Me alojaba en la zona de Chiaia a unos cinco o diez minutos andando del Palacio Real. Sobre las cinco y media salí para ir caminando lentamente (las zapatillas de cintas planas no son el mejor calzado para andar por las calzadas de Nápoles, por lo que tranquilamente fui andando hasta el palacio, en las torres de vigilancia de la puerta se encontraba la guardia imperial Napoleónica hacia guardia a las puertas del Palacio, tras la puerta en el primer pasillo de entrada al Palacio encontré más gente (y yo que pensaba que había llegado pronto) que estaba esperando la llegada de la familia Murat-Bonaparte. Aprovechando mientras los turistas se entretenían haciendo fotografías me dediqué a atar una cinta de mi zapatilla que se había deslizado hacia abajo (no se desata sino que al ser raso al llevar medías se desliza hacia abajo) al atármela se me cayó el broche, me coloqué el broche y se me soltó la peineta, parecía un chiste. Finalmente, conseguí recolocarme y esperar fuera, por la cantidad de gente ya parecía que estábamos todos los asistentes al baile. Y así llegaron Joaquim Murat y Carolina Bonaparte. Tras la familia real y su comitiva fueron cubiertos por la guardia real, y tras ellos los invitados fueron entrando en la Palacio en fila. Yo me quedé al final y Oxana me llamó e hizo que Dimitri me diera el brazo, a su derecha Oxana, yo a la izquierda, para así desfilar entrando al palacio. Tras la primera puerta central uno accede al patio del Palacio, desde el patio central y sus corredores se ven las ventanas, es muy curioso pero hay ropa colgada en una de las ventanas, muy napolitano, cuyas calles están llenas de ropa colgada (después descubríamos que era una pequeña tienda de ropa y complementos de época para que las damas aprovecháramos si algo se quedó olvidado en casa). Caminando por los porches del patio llegamos a la puerta que da acceso a la gran escalera central del Palacio, completamente blanca e inmensa me recuerda a la del Hermitage en Rusia, esas escaleras son imperiales. Fuimos subiendo poco a poco tras la familia real, y aún en las escaleras en la última fila la vista era impresionante. Una vez arriba fuimos pasando por las diversas salas-museo del palacio. En teoría teníamos una media hora para visitar el palacio real pero al final todos estábamos pasando por las salas del palacio en fila india, sin saber muy bien que hacíamos, siguiendo a la familia real. Así que en un momento rompimos filas y nos acercamos a la gran escalera, para disfrutar de ella con luz, es un lugar impresionante pero si a eso le sumas todos nosotros vestidos de época napoleónica es fácil imaginarse cómo era el Palacio en la época de Murat. Después de las grandes escaleras de acceso al Palacio eche un vistazo a algunas de las salas como el teatro del Palacio o la iglesia, y cuando entré en otra de las salas vi al grupo en la terraza y llegué justo a tiempo para oír las explicaciones del guía. Teníamos una visita guiada en inglés a la terraza jardín restaurada del Palacio. Desde aquí hay unas vistas del mar, el puerto y el Vesubio impresionantes. Entre el palacio de Capodimonte y el palacio Real me quedo con el palacio real por dos razones: sus escaleras de acceso y su terraza jardín colgante. La terraza es una auténtica maravilla, es cierto que todavía no está completamente restaurada, la fachada todavía no está en perfecto estado pero el lugar tiene esas vistas tan magnificas, con esos pasillos de jardín cerrado y esos suelos de mármol blanco, que uno se quedaría paseando por esos pasillos verdes o sentándose en uno de los bancos de piedra admirando las vistas. Tras acabar el guía se puso a llover así aunque la familia real salió a la terraza yo entré dentro para terminar de ver las salas del palacio que me faltaban, a las ocho el museo cerraba las puertas y solo tendríamos abierto la sala d’ercole donde se haría el baile, la salita al lado sería el salón de juegos, y tendríamos todos los pasillos y escaleras para nosotros (para pasear y airearse porque dentro de la sala tras un baile hacía mucho calor. Como decía una vez cerrado el museo nos reunimos en la sala ercole donde Carolina Bonaparte y Joaquim Murat abrieron el baile, el primero después de hace cientos de años. Uno de los inconveniente de ir sola es que a veces tengo pareja de baile y muchas otras no, en cualquier caso baile unos cuantos bailes, y tras un par de baile ya se estaba sudando, era una sola donde hacia bastante calor para mantener los muebles y decoración de la sala. Tras los bailes pasear por el salón abanicándose o escapar a la sala de juegos es una opción tan buena como salir a pasear por los pasillos del palacio o disfrutar de las escaleras, como me gustan esas escaleras. Tras acabar uno de los bailes, cuando todavía estábamos en el centro de la sala aplaudiendo nos sorprende una profunda voz cantando, y es que tenemos a un cantante para deleitarnos esta noche como sorpresa. Tras el canto toca un descanso y la cena de buffet frío en los pasillos del palacio y el área Ambulacro (pasta y más pasta, acabé harta de tanta pasta). Tras la cena volvemos al baile, esta vez la sala tiene una buena acústica para la música en directo y también es amplia para que podamos movernos todos. Después de otro baile tuvimos otra de las sorpresas de la noche con la presencia de las attitudes de Lady Hamilton. Usando unos pocos chales, posaba como diversas figuras clásicas; como Medea, la reina Cleopatra, la maja desnuda de Goya, la Venus de Canovas, Madame Recamier, y otras más. Realmente no sé decir los nombres de los cuadros o esculturas pero excepto uno reconocí haber visto todos, realmente un gran talento que con solo telas y los gestos corporales consiguen recrear una obra de arte. Continúa el baile y pruebo a entrar en la sala de juegos, al menos una de las ventajas de no tener pareja de baile es poder cotillear todos los demás rincones y entretenimientos que se pueden encontrar en el palacio. A medianoche el baile termina y espero en la escalera ver como poco a poco los asistentes bajan la gran escalera y dejan el palacio entre las tenues luces que alumbran el lugar, los pasillos del patio exterior están ya oscuros y apenas un guardia se encuentra en la salida del palacio.
Mis imágenes: Fin de semana napoleonico en Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
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