DIARIO 2024: CHILE - Dia 05 - ISLA DE PASCUA - Dia 02 -- Vaihu - Ahu Akahanga - Rano Raraku - Ahu Tongariki - Te Pito Kura - Ahu Nau Nau - Anakena
Empezamos el día con un tour donde visitaríamos lugares esenciales en la Isla de Pascua. Primero visitamos Vaihu, empezando por la reconstrucción de la aldea, donde primero vemos el gallinero, ahí entre todas las piedras hay una que se puede mover y quitar y que era la entrada y salida de los animales. Cuando están puestos todas es difíciles adivinar la salida y entrada, pero una vez quitada la piedra es fácil ver cómo eran guardados los animales dentro libres de robos o daños por otros animales salvajes. Después vemos los lugares donde se guardan los cultivos protegidos también con piedras, aquí vemos el taro y otras plantas típicas de la zona que usaban antiguamente los rapa nui para alimentarse. También tenemos al lado y visitamos un antiguo fogón y una reproducción de una antigua casa barco, que se llaman así porque con piedra construían la base y luego con pajas y ramas construían el resto con forma de barca al revés. Después nos acercamos una plataforma ceremonial de gran tamaño, el Ahu Hanga Te´e cuyo moais se encuentran boca abajo sobre el suelo. Según nos contaron varios guías las guerras entre clanes provocaron la destrucción de muchísimos moais ya que según los guías los moais representaban los espíritus o ancestros por lo que derribarlos o cortarles la cabeza era un símbolo de su victoria sobre la otra persona, así como dejarlo despojado de su protección. Por eso los moais que vemos en pie fueron todos elevados posteriormente en reconstrucciones, y por eso por toda la isla es fácil ver muchísimos moais, pero todos tumbados boca abajo o con las cabezas cortadas.
A continuación, fuimos a Ahu Akahanga, una vez llegamos el paisaje es espectacular, como casi toda la isla, pero como acabamos de llegar todavía no nos hemos acostumbrado a ese impactante color ver y azul que se disfruta en casi todos los rincones de la isla y que parece sacado de una postal paradisiaca. A la derecha de donde entramos y mirando al mar hay una pequeña cueva, llamada Ana Akahanga cuya entrada tiene como un muro de piedras, el guía nos comenta que era utilizada como refugio temporal, principalmente por pescadores, para guarecerse de la lluvia. En Akahanga o Aka Hanga se encuentran los restos de lo que fue una antigua aldea próxima a una pequeña bahía porque ya podemos ver los cimientos de piedra de varias casas-barco. Al principio y sin saber nada todo pueden parecer piedras, pero a medida que vas aprendiendo consigues distinguir las casas, los fogones, y ahus que son característicos de una aldea. Siguiendo el camino llegamos al Ahu Akahanga en sí. Esta gran plataforma, es bastante larga, no ha sido restaurada, pero en contra de lo que normalmente se ve aquí los moais no aparecen boca abajo, sino que aparecen derribados tanto boca arriba como boca abajo. Luego nos acercamos a un pequeño moai que está de espaldas dentro de un círculo de piedras que se encuentra muy erosionado.
Rano Raraku, nuestra siguiente parada, es un volcán, pero la cima tiene ahora más restricciones por tema de seguridad. Sobre este tema nos contaría más detalle el guía de la costa norte. Aparte de ser un volcán Rano Raraku es la cantera de donde salían los moais que hoy podemos ver desperdigados por toda la isla. En el hotel teníamos una revista con un plano de la isla con anotaciones a mano que indicaban tres lugares fuera de Hang Rosa donde hay baños públicos; Rano Raraku, Anakena y Orongo, así que antes de entrar a la cantera algunos del tour aprovecharon para ir al baño. Actualmente a Rano Raraku solo se puede acceder una vez, por lo que, aunque estés mucho tiempo en la isla como va a quedar registrado (te piden el pasaporte y se apuntan los datos) no vas a poder volver a entrar. Y podemos constatar que llevan control del acceso para no dejar pasar. Tras el acceso hay una mesa con diferentes piedras, aquí el guía nos va explicando los diferentes materiales que hay en la isla y cuales se usaron en los restos que visitamos, aunque como no soy capaz de recordarlo después de explicados os puedo contar todo, pero soy incapaz de diferenciar el basalto del granito. El guía nos comentó que Rano Raraku está compuesto por un tipo de roca única en la isla conocida con el nombre de toba lapilli y que con herramientas hechas de basalto desgastaban la toba para dar forma a los moais. Las figuras que veremos en la cantera se encuentran en su mayoría en fase de elaboración por lo que no vamos a poder ver el cuerpo entero del moai, aun así este lugar es un imperdible de la isla. Solo ten en cuenta que como solo puedes acceder una vez al lugar procura que esté despejado porque desde arriba del volcán/cantera se tiene una vista espectacular del ahu tongariki y el paisaje que lo rodea.
En el recorrido el guía nos comenta que los moais se construían usando las proporciones áureas, que desde aquí se deslizaba la estatua por la empinada pendiente de la ladera y luego se tallaban más detalles antes de trasportarlas a los ahus donde se colocarían, y el transporte se desconoce, aquí el guía nos contó una de las teoría que existen, mostrándonos un video de la universidad de Hawai donde se creó un moai y se le hizo desplazarse como si el moai anduviera, siguiendo la tradición oral que dice que los moais andaban, pero hay otros guías que indican que esa teoría es difícil de aplicar en algunos lugares de la isla. El caso es que los maois podían caminar por su proporción aurea, de manera que si la cabeza era más grande que el cuerpo este moai no iba a poder ser transportado, por ejemplo, y este caso es importante tenerlo en cuenta porque en la cantera se pueden ver moais inacabados donde se puede observar que sus proporciones no son perfectos y que no van a poder levantarse o desplazarse sin sufrir algún daño. Otro punto que no perderse en la cantera entre tanto moai es el Moai Tukuturi, que significa “moai en cuclillas”, y es especial por su aspecto tan diferente a los otros moais, la cabeza es redondeada, en la barbilla parece que tiene una barba y tiene el cuerpo completo en posición arrodillada con las piernas dobladas hacia atrás y su trasero sobre los talones mirando al lateral del volcán en vez de darle la espalda.
Tras la pequeña parada para proveerse para la comida (en Rano Raraku tienes baño, tienda y restaurante) continuamos el recorrido hacia Ahu Tongariki. Nada más entrar nos dirigimos hacia la plataforma sobre la que se encuentran 15 moais alzados sobre el ahu dando la espalda al mar. El guía nos comenta que los moais suelen estar dando la espalda al mar porque son figuras de ancestros, por tanto, deben mirar a sus descendientes, hacia las personas, por eso dan la espalda al océano. Ni una sola de las figuras son iguales, ni en anchura, ni altura ni en rasgos, algunos consiguieron ser reconstruidas con su tocado en la cabeza. El lugar donde se encuentran es precioso, a su izquierda está el volcán Poike con sus acantilados agrestes sobre el océano, al fondo se levanta el islote conocido como Motu Maratiri, motu es islote, y frente a los moais se encuentra el volcán de Rano Raruko. Esta gran construcción representa lo grande que debía ser la aldea que se colocaba aquí, luego tras la época de decadencia como de lucha entre tribus los moais fueron derribados del ahu, pero el mayor desastre al que se enfrentaron fue durante 1960 ya que el terremoto de 9.5 en Santiago de chile provoco que llegará un tsunami a la isla de pascua (que está a cinco horas y pico en avión), y la gran ola impacto directamente en esta zona. Y en los años de 1990 se empezó la reconstrucción de la zona, colocando en pie 15 de los moais sobre el ahu reconstruido. Cerca de la entrada se puede ver el llamado moai viajero, es un moai que se envió en un buque hasta Japón, para que fuese exhibido en la feria industrial de Osaka y Tokio y cuando el moái volvió a Isla de Pascua recibió ese nombre.
De aquí marchamos hacia Te pito Kura, llamado también el ombligo del mundo, en este lugar se encuentra el Ahu o Paro, según el guía es el moai más grande transportado desde la cantera del volcán Rano Raraku y erigido sobre un ahu, y aunque está caído del ahu sobre el suelo y no se distingue sus fracciones si se puede ver que llevaba un tocado, caído un poco más adelante, y que tiene un gran tamaño, por lo que alzado debía ser espectacular. Cerca del ahu se encuentra la piedra de Te Pito Kura, es una piedra ovalada y de aspecto pulido que por su alto contenido en hierro se calienta más que las demás piedras y ocasiona que las brújulas se comporten de forma extraña. El guía nos comenta que las mujeres de la realeza cortaban su cordón umbilical en esta piedra y que las piedras alrededor eran piedras normales para sentarse, antes se podía acercar a la piedra y colocando una brújula cerca veías como esta cambiaba de dirección dejando de marcar el norte, pero debido al vandalismo de un turista se procedió a acotar el paso construyendo un muro de piedras que la rodea. Los antiguos creían en el efecto espiritual de la piedra, y por eso era usada por la realeza.
Este lugar se encuentra cerca de la playa de Anakanea, nuestra última parada y donde disfrutaremos también de tiempo libre para comer. En Anakena puedes encontrar vestidores para cambiarte para disfrutar de un baño en la playa, de baños y de restaurante y bar donde tomar algo. El guía nos aconseja que si no hemos traído comida primero pidamos comida y luego vayamos a sentarnos o bañarnos dado que son lentos en la preparación. Nosotras tenemos comida y bebida así que pasamos de largo el restaurante y vamos en búsqueda de un lugar donde comer. Nada más pasar el bar restaurante tienes la vista de un grupo de altas palmeras sobre el césped verde característico de la isla, con gente sentada, con caballos pastando, y también bancos con vistas al océano, siguiendo el camino de tablas de madera puedes desviarte a la izquierda hacia la arena blanca de la playa o hacia la derecha donde hay un camino que te lleva hasta el ahu Nau Nau. Aquí nos encontramos con siete moais erguidos sobre el ahu tras su reconstrucción. Estos son los moais mejor conservados que veremos en la isla, esto se debe a que cuando fueron derribados también, por el viento, fueron cubiertos por la arena y protegidos de la erosión y los líquenes. Aquí se encontró un moai femenino y unos ojos de coral. Hasta ahora los moais que hemos visto solo tienen las cuencas de los ojos, eso es porque los ojos se hacían de otro material.
Nosotras no pudimos ver un ojo real porque el que encontraron se encuentra en el museo de Hang Roa que dos meses antes de nuestro viaje cerró sin fecha de nueva apertura. Y aunque no conservan los ojos si la mayoría conserva sus pukaos (el tocado sobre sus cabezas) y se pueden ver bastante cerca los detalles de la cara y figura; las orejas, los labios, la nariz, los brazos, las manos sobre la panza. Alrededor de la zona también se pueden encontrar caras de moais más desgastadas, y tocados, casas-barco, y demás resto que demuestran que había otra aldea en esta zona. Un poco más allá nos encontramos con el Ahu Ature Huki, un moai solitario en lo alto del cerro y que fue el primero en volver a ponerse en pie.Tras visitar la zona encontramos bajo unos árboles un merendero para poder comer viendo los moais. Tras la comida bajamos a la playa de Anakena a maravillarnos con su arena blanca y su agua cristalina. No hay ni un día que pasáramos en la isla sin sorprendernos para lo increíblemente cristalino que es el océano en la isla, aunque no se libraba de algas el agua es tan limpia que puedes ver donde están. Tras disfrutar un poquito de la playa dio fin al tour y regresamos al hotel.
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