Es fácil que viajando a Sudamérica, ya sea Perú o México , nos llegue la historia del dorado de boca de algún guía. El rey de Guatavita cayó profundamente enamorado de una bonita mujer joven de la tribu vecina. La esposó y tuvieron una hija. Pero el rey se consagró mucho a su función, dejándose ir al libertinaje, engañando y olvidando a su esposa. Ésta, sintiéndose abandonada se desesperaba. Sin embargo, los dos esposos amaban profundamente a su hija. Un día, en una gran fiesta, la reina se enamoró de un bello y joven guerrero. Enamorados uno del otro, comenzaron a exhibirse mofándose de la vigilancia del rey. Estos encuentros ilegítimos terminaron por ser conocidos por aquel que no tardó en sorprenderles. El guerrero fue hecho prisionero y sometido a terribles torturas, hasta que se le quitó el corazón antes de empalarlo. Esa misma noche se organizó una gran fiesta en honor de la soberana. En el curso de la comida se le ofreció un plato refinado, el corazón de
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