Impresiones del viaje y consejos:
Varsovia se divide en cuatro zonas turísticas y es muy difícil perderse en
la ciudad, hay también grandes avenidas que lo facilitan. Al igual que Rusia
los pasos de cebra están casi todos bajo tierra, así en vez de cruzar por
arriba, uno baja y sube escaleras, mientras por abajo tienes tiendas,
macdonnals, etc. La diferencia que vi de estos túneles subterráneos, calles
bajo tierra, entre Rusia y Polonia, es que en Polonia están muy vigilados, en
todos hay guardias de seguridad vigilando a todas horas. Así que no hay
mendigos ni robos por estas zonas, lo que significa que son más seguros que la
superficie. Primero visitamos la vía real, donde están
todos edificios bajitos, muy cuidados y las calles decoradas con flores rojas y
amarillas, igual que los autobuses y los tranvías, dado que ese es el color de
la bandera de la ciudad de Varsovia.
Por la vía real están los edificios de los diferentes ministerios del
gobierno y también la universidad. En la vía real hay una escultura de Copérnico,
esto es porque hay mas polacos conocidos de lo que creíamos, no solo existe
Darek como decía mi compañera de viaje, Copérnico, a quien todos conocemos, era polaco, y también
Marie Curie antes de casarse y tomar el apellido francés. Como los polacos son
bastante católicos hay iglesias por todos los lados, lo curioso es que es un
poquito raro en cuanto a las torres y cúpulas, si os fijáis veréis lo que
comento.
Aunque estas iglesias al igual que el casco histórico de Varsovia del
que luego hablare, cuando lleguemos, es todo una reconstrucción dado que quedo
destruido durante la guerra mundial. Aun así la reconstrucción le ha valido ser
patrimonio de la humanidad. Mientras se pasea por la vía real se pueden ver
imágenes de cuadros antiguos que reflejan los monumentos y así poder hacer la
comparación. Cuando llegamos a Varsovia era por la tarde y comprobamos que a la
seis de la tarde ya es noche cerrada y que a las cuatro y media ya esta
atardeciendo.
Así que nos levantábamos a las seis para tener más horas de sol, la pena
es que cuando mejor estaba el cielo era cuando menos horas de sol quedaban. Y
esto me lleva al tema del tiempo, y es que cuando a finales de octubre-
noviembre fui a Polonia pensaba que iba a pasar mucho frío, teniendo en cuenta
el frío que teníamos en España (Madrid y Zaragoza por lo menos cuando me fui) y
el caso es que me hizo un tiempo fabuloso, un sol un cielo despejado y
dieciocho grados que no es calor pero el abrigo me estorbo durante todo el
viaje. Aunque eso sí, lo polacos llevaban abrigo y era algo que no entendíamos
porque no hacia frío para abrigarse tanto como ellos. Y eso explicaría porque
cada seis pasos había una farmacia. En mi vida he visto tantas farmacias como
en Polonia. Hasta me aprendí el nombre en polaco “apoteka”. Y es que ahí ingles
nada de nada, solo polaco, que al oído me suena a ruso pero que por suerte no
se escribe igual.
Bueno, seguimos con el camino, al llegar al final de la vía real y antes
del castillo real se puede disfrutar de una vista del río. El castillo real
tiene un cartel con el horario de las visitas en ingles (legible) así que es fácil
coger y elegir un recorrido de los dos, yo no sé si escogimos el recorrido
correcto pero se nos hizo muy corto. Por dentro del castillo solo vimos
habitaciones, como un palacio, con lámparas, mesas, cuadros, espejos... en fin
como todos los palacios que ya he visto. La verdad es que eran poco originales
y todos los hacían igual. También hay exposiciones de cuadros y medallas
militares y cosas antiguas y en fin, algo pasable pero tampoco muy interesante.
Y para colmo, aparte del problema del idioma van y el plano que te dan ¡está
mal!. Después de mucho mirar los carteles de los salones descubrimos que el
plano que te dan con la entrada está al revés... así normal que al principio no
nos orientáramos...
Web castillo real: http://www.zamek-krolewski.pl/
La plaza del castillo tiene su encanto, con las casitas, la escultura en medio, el
castillo en un lado y la muralla en otro. En una de las casitas esta la oficina
de turismo muy pequeñita y mas unta tienda que otra cosa pero al menos aquí
hablan español, así que si se tuviera algún problema se podría recurrir aquí.
Aunque no tuvimos ninguno, es fácil moverse por Varsovia y a medida que fue
avanzando la mañana nos fuimos cruzando con más turistas que además hablaban
español.
Si uno se fija bien sobre saliendo sobre las casitas esta el tejado de
la iglesia, que es grande, como se puede ver pero que de cerca parece más
pequeñita porque está rodeada, completamente, por todos los lados, de
edificios. Y eso hace que desde lejos solo se distinga el tejado y se
diferencia así de los edificios. Por estrechas calles se acaba llegando a la
plaza del mercado, una plaza cuadriculada de casitas decoradas y en el centro
una fuente muy original con una escultura de una sirena batalladora, escudo de la
ciudad. Hay una leyenda que dice que dos hermanas sirenas se separaron, una fue
hacia Copenhague y la otra subió el rio hasta Varsovia, ahí un pescador la
capturo pero el hijo del pescador la salvo y la sirena le prometió que siempre
que le necesitara ella iría en su ayuda, de ahí que blande una espada.
Caminando y saliendo de la plaza se llega a la barbacana, la puerta de la
muralla que rodea toda la zona histórica.
Paseando alrededor de la muralla y por fuera de la misma nos empezó a
llover, duro cinco minutos y ya no llovió mas en todo el viaje, y eso que en
internet anunciaban lluvias en Varsovia...Seguimos hasta llegar al monumento a
los soldados caídos que es enorme y al lado, como iba a ser todos los santos,
muchas velitas pequeñitas, que resaltaban entre las figuras tan grandes que
daban hasta miedo. Rodeamos la muralla y regresamos a la plaza del mercado, ya
con más gente, y con carruajes de caballos para pasear, principalmente
turistas, pero no los únicos.
La fuente con la escultura de la sirena es muy original porque cada determinado tiempo saca de debajo de la sirena un soplo de agua, y luego se va extendiendo
y vuelve otra vez al rato a repetir el proceso. Las casitas de la plaza del
mercado son como las de la plaza del castillo, todas de colores, muy monas.
Algunas con alguna calabaza, por eso de ser halloween. Y ya lo había dicho pero
hay mucha policía en un día visitamos dos zonas. Ya solo nos quedaba el
rascacielos de la época rusa y los palacios del parque.
También vimos Varsovia de noche, aunque como ahí a eso de las cinco de
la tarde ya era de noche, la ciudad iluminada debe ser un gasto, lo cierto es
que no estuve por Varsovia mas tarde de las diez – once de la noche. Desde las
cinco de la tarde son bastantes horas sin sol. Los lugares antes mencionados: Castillo, plaza del mercado, iglesias, y rascacielos de la época Rusa estaban iluminados y muy bonitos. La iluminación le daba a esos lugares otro aspecto.
Aunque también vimos la zona
“abandonada” y es que al volver de Cracovia nos confundimos de parada (aunque
no fue cosa mía, yo no estaba de acuerdo con bajar ahí pero..) acabamos andando
por una zona de fabricas abandonadas, sin aceras y sin un solo coche, con
pequeñas farolas rodeadas de zonas con hierbas y edificios sin luces, y además
era noche de halloween, y de repente entre el camino de tierra aparece un local
con seguridad en la puerta, no sé qué seria.. Nosotras pasamos de largo hasta
llegar a la zona de la ciudad con iluminación....
El día 1 de noviembre al ser fiesta, dejamos para ver lo que era
el parque de Varsovia y el rascacielos, porque suponíamos (y estuvimos en lo
correcto) que no habría nada abierto. La cosa fue que no solo no había nada
abierto sino que además estaba la ciudad medio desierta, no había gente en la
calle, los restaurantes y tiendas tenían un cartel de que hasta las cuatro de
la tarde estaban cerrados, si no todo el día completo. Solo encontramos abierto
para desayunar y comer fue el macdonnals. Lo que si a primera hora de la mañana
había colas de gente para subir a los autobuses que iban a los campos de concentración.
Fuimos a subir al rascacielos de la época rusa. Digo esto porque es
igual que los cuatro edificios que vi en Moscú, no es idéntico pero tiene la
misma estructura, en algún sitio oí que eran construcciones de Lenin y este era
el único fuera de Rusia. Aunque no era muy alto, era uno de los más altos
antiguamente de la ciudad y desde donde se puede ver Varsovia desde arriba, es
muy distinguible la zona antigua (restaurada) y es algo típico que hacer. Ahí
arriba pudimos ver que hay mucho francés en Varsovia, mucho turista, hablan también
mucho más el francés que el ingles, hasta las televisiones que se cogían en el
hotel eran casi todas francesas. Realmente a mi me resulto más interesante las
esculturas del edificio, todas enormes de hombres y mujeres vestidos como
trabajadores y campesinos.
Y luego, andando por toda la zona de embajadas (jugamos a adivinar la
embajada, dado que no nos conocemos todas las banderas) llegamos hasta el
parque, lleno de familias y turistas, lo cual es lógico, dado que los turistas
no tenían otro sitio a donde ir ese día. Se noto que los polacos son católicos
y que los campos de concentración están cerca....
Bueno, el parque famoso se llama el parque de Lazienkowski, es enorme y
tiene un lago y varias casas palaciegas, que al ser festivo estaban cerradas
pero para verlas por fuera, valía igual. Había un grupo de turistas chinos (que
no japoneses) y otros turistas (franceses sobre todo) y familias con niños
pequeños. En el parque hay muchos animales: ardillas, patos, cisnes, pavos
reales, caballos, un montón de animales sueltos. Que ya deben estar
acostumbrados a la gente. Como comente nos hizo un tiempo buenísimo, un azul
cielo raso, unos colores otoñales en el parque, en fin, un lugar perfecto para
pasar el día. Ahí vimos por fuera, aparte de todos los animales nombrados y los
palacios. Lo que no conseguimos encontrar, ni en el mapa del parque es la
famosa escultura dedicada al polaco Chopin...no sabemos donde la escondieron.
Fue un día muy otoñal y tranquilo, aunque ahora que lo pienso el día
anterior habíamos visto no solo calabazas sino también gatos negros descansando
sobre las hojas secas...muy de Hallowen. Al final tuvimos que regresar y me
quede con ganas de ver más del país.
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