Camino de Santiago II: De Portomarin a Palas de Rei
Nos levantamos a las seis de la mañana porque entre que las seis nos preparábamos, comíamos, arreglábamos las mochilas, en fin, que nos lo tomamos con paciencia y hasta las ocho no salíamos para empezar el camino. Afortunadamente en este día también nos llovió pero no tanto como el día anterior, así que salimos con la capa de agua (nuestra prenda más usada en lo que sería todo el camino) pero ya no hizo falta el chubasquero. Dentro de lo que cabe fuimos afortunadas con el tiempo porque para ser noviembre hacia muy buen día, el agua que nos cayó con frio hubiera sido un gran inconveniente pero tuvimos unos 15 grados todos los días, uno que salió el sol tuvimos hasta más temperatura. Y como hacíamos ejercicio lo usual es que fuera en manga corta y cubierta con la capa de agua para protegerme de la lluvia. El día de nuestra partida empezó el frio y lo cierto es que dejé esa mañana para ver Santiago pero con el frio que hacía nos pasamos como un montón de horas calentitas y secas dentro de la catedral de Santiago, que era casi como nuestra segunda casa, pero no voy a adelantarme, estábamos saliendo de Portomarin camino a Palas de Rei, la despedida del pueblo es con el espectacular paisaje del río con el verde intenso (tanta lluvia tenía que servir para algo). Tras despedirnos del pueblo el camino comienza una dura subida de la que ya nos avisaba la guía. Menos mal que iba de manga corta porque las subidas no son mi fuerte. La subida, eso sí, tiene un paisaje muy bonito de árboles y colores otoñales. Una vez dejamos la cuesta atrás comienza el camino monótono, donde muchos peregrinos extranjeros me adelantaron (alemanes, coreanos, canadienses) , y es que durante un buen tramo el camino circula paralelo a la carretera, teniendo que cruzar en varias ocasiones, dado que a veces va pro el margen derecho y otras por el izquierdo. Para no faltar a la costumbre llueve, y cuando más llueve pasamos cerca de un camino, algo más metido que junto a la carretera, donde hay unos círculos hechos de piedra que algunas se entretienen en seguir hasta completarlo y pedir un deseo. Otras, como yo, prefieren seguir y evitar mojarse. El camino retoma la carretera y esta ruta tiene poco paisaje que admirar con tanta carretera, pero el sol ha salido y los verdes prados y el azul del cielo invitan a parar. De nuevo regresa la lluvia y paso junto al cruceiro de Os Lameiros , por un lado está cristo crucificado y en el otro la virgen, en la Bse está a un lado una calavera y unos huesos y al otro lado una escalera, unas tenaza y unos clavos. Es un punto remarcado en la guía pero por desgracia está rodeado de basura. Hacemos la parada para comer en el bar de Airexe y justo sale el sol, aquí pregunto por la iglesia dado que según la guía tiene un sepulcro semiantropoide medieval, pero me dicen que solo abren una vez a la semana y que en verano suele estar cerrado por lo que en esta época aún más cerrado. Así que tenemos que pasar de largo sin verla, otra iglesia más del camino que no se puede visitar. Como si la lluvia nos persiguiera, mientras comíamos hacía sol pero nada más comenzar a andar vuelve a llover. Llegamos a Paso de Hormiga donde hay unas esculturas gigantes de hormigas. Aquí nos refugiamos en la entrada de un bar para llamar al párroco de Vilar de Donas, en la guía pone su número de teléfono fijo y móvil (982 153 833 y 669 544 009) para contactar y ver la iglesia de Vilar de Donas (por fin una iglesia que te abren para que la veas). Pero el caso es que hay poca cobertura y la llamada se corta así que toca salir a la lluvia y colocarse en una extraña posición para poder quedar con el párroco. El caso es que seguimos andando y cuando llegamos al siguiente pueblo me paro porque según la guía ya tendría que haber salido el desvío. Preguntamos a un conductor y nos dice que el desvío está donde nos habíamos parado a llamar. Así que toca volver sobre nuestros pasos y cuando nos acercamos ya vemos el letrero. Aquí ha habido un par de inconvenientes. Primero no mirábamos en esa dirección, por otro lado el cartel está orientado a los coches que van en dirección contraria a los peregrinos por lo que siempre quedará a la espalda del peregrino, y para rematar tienen un recogedor verde de botellas justo al lado. Así que, entre unas cosas y otras es fácil pasarse el desvío. Tomamos el camino y aunque la guía no lo pone son unos cuantos kilómetros, cada vez que pensamos que hemos llegado vemos un cartel que anuncia un kilómetro hasta Vilar de Donas, pero entre un kilómetro y un kilómetro la cosa aumenta (aunque siempre queda un kilómetro). Finalmente llegamos y el párroco lo tenemos esperándonos y preguntándose por qué tardamos tanto. La iglesia de Vilar de Donas es muy recomendable y aún con lluvia y kilómetros por delante el desvío merece mucho la pena porque es una obra de arte, y además el párroco te cuenta toda la historia al detalle, que es una maravilla toda la información que nos da, mejor que cualquier guía. Al terminar de ver la iglesia también nos comenta que no hace falta que regresemos todo el camino, que podemos seguir hasta la carretera y en la carreta girar a la derecha y seguir andando hasta el bar A Brea, donde ya enlazamos con el camino original hasta llegar a nuestro destino. Confunde que una serie de albergues tienen el nombre de Palas de Rei antes de llegar al pueblo pero Palas de Rei es más grande por lo que no paramos y seguimos un poco más hasta que finalmente llegamos a Palas de Rei. El albergue está en el mismo camino de Santiago, sus instalaciones estaban muy bien y nos dejaron una habitación para las seis. Enfrente teníamos la iglesia románica de Palas de Rei así que fuimos a sellar la credencial y luego al supermercado a por la cena. Por la noche mandé unos cuantos wasap al número que había encontrado por internet (675625112) para pedir presupuesto para ir al día siguiente en taxi a visitar el castillo de Pambre, lugar y vivencia que merece una entrada a parte.
Visita: Noviembre 2014
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