Mis experiencias y que ver:
Salimos de Kioto con destino final Hiroshima donde pasaríamos la noche pero antes pararíamos en un sitio antes: Himeji. Todo el recorrido de Kioto a Himeji lo cubrimos en tren con el JRP.
Himeji es famoso por su castillo, llamado de la Castillo de la garza real blanca por su color blanco, aunque para apreciar su color debe hacer un día de sol,
pero para variar a nosotros nos diluvió. Y es uno de los cuatro castillos en Japón considerado como tesoro nacional.
Desde la estación de tren de Himeji el castillo está a 15-20
minutos a pie por calle Otemae-dori (es una gran avenida, no hay perdida) y que lleva
directamente al castillo.
Los castillos, al igual que por aquí, se construían en
la parte más alta para dominar el territorio de alrededor. En realidad el castillo solo tiene cinco plantas aunque parece mucho más alto debido a su construcción en la zona más alta de la ciudad. Desde las murallas que rodean el foto hasta donde está el edificio del castillo hay varios metros de subida en
cuesta.
Lo primero que hay siempre antes de llegar al castillo es el foso. Una vez superado el foso te encuentras
con un montón de escaleras, cuestas y caminos por los que puedes perderte
durante horas (afortunadamente estaba señalado el camino al edificio del
castillo). Este lío de caminos se creaba para dar confusión y despistar
al enemigo si llegaba hasta ahí. Hay un montón de puertas y pasadizos, de poca
altura, pero así te acostumbras a bajar la cabeza porque lo necesitaras para
más adelante.
Cuando por fin alcanzas la base del edificio esta está a una gran
altura sobre el suelo. El edificio no tiene muchas plantas pero hasta alcanzar la primera planta ya hay que subir un trecho. Por
supuesto debes descalzarte si quieres entrar, hay zapatillas para llevar, o puedes ir descalzo o en calcetines. también hay bolsas de plástico para guardar los paraguas y que el suelo no se estropee.
El castillo por dentro tiene
salas espaciosas, todas de madera impecable (no hay ningún grabado en ellas
hecho por turistas o adolescentes...) aunque las escaleras de madera son muy estrechas y empinadas. Siempre encontraras carteles con aviso de cuidado la
cabeza porque el techo esta muy cerca del suelo, sobre todo en las escaleras. Para subir tienes que subir las rodillas hasta el
pecho y bajar la cabeza hasta tocar la rodillas, y bajar es mejor hacerlo al revés, es decir, de espaldas como has subid. Las hacían así para que nadie pudiera subir corriendo la
escaleras, previendo si el atacante llegara a entrar dentro de la fortaleza.
Las ventanas son pequeñas, pero curiosamente dan luz suficiente dentro de las salas.Los tejados los japoneses suelen adornarlos con unos peces, más concretamente son carpas, y carpas de ese mismo tamaño encontrábamos en todos los fosos y estanques.
En lo alto del castillo solo hay una especie de "altar" y ventanas muy pequeñas. Como además está cubierto ni siquiera se tiene una gran vista como en las torres de los castillos españoles.
En las salas se pueden ver colección de armas y de armaduras japonesas.
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