Mis experiencias y que ver:
Tras parar en Himeji para ver su castillo tomamos el tren con el JRP de camino
a Hiroshima, donde pararíamos a ver la ciudad y a pasar la noche.Hiroshima parece una parada obligada, aunque no estuvimos mucho tiempo ahí.
En Hiroshima utilizamos el tranvía. El tranvía tiene dos lineas, la 2 y la 6, desde la estación de tren del JRP hasta el parque de la paz, y otras 7 líneas por toda la ciudad. El tranvía tiene sus puertas de entrada en la parte de atrás o en la parte central, mientras que la puerta de salida es por delante. No se coge billete, al igual que en el bus, sino que al bajar pagas el dinero efectivo en la maquina que cuenta las monedas (situada en la puerta de salida) y si no tienes cambio para el efectivo hay un revisor con un monedero colgando, que si lo llamas se acerca te ofrece el cambio para pagar el billete en la maquina.
Web tranvia Hiroshima: http://www.hiroden.co.jp/
El parque
de la paz es enorme, se
construyó en el epicentro de la explosión
atómica., en su terreno se encuentra el museo de la paz que tiene dos edificios, el museo repasa la historia
de Hiroshima y el lanzamiento de la bomba nuclear. También tiene varios monumentos
como el monumento conmemorativo de la paz de los niños y el Cenotafio por
las víctimas Koreanas.
En el parque se encuentra también el Monumento a la Paz de Hiroshima que es uno de los pocos edificios que se mantuvieron en pie tras
la caída de la bomba atómica. Este edificio era una fábrica
que estaba a unos metros del epicentro de la bomba que conserva su cúpula al descubieto. Es lo más característico de
Hiroshima, ciudad famosa por la bomba
atómica.
Entre el Museo y el monumento a la
Paz está el Cenotafio en honor de las víctimas de la
bomba. El cenotafio es una tumba abovedada para aquellos que murieron a causa
de la bomba. Debajo del arco hay un cofre de piedra que sostiene un registro de
estos nombre.
El resto de Hiroshima es al estilo de Osaka muchos edificios y tiendas, pocas casas de estilo japonés y un castillo reconstruido que por dentro es un museo. Aquí ya se empezaban a ver las pantallas de televisión que se localizan en los edificios centrales, en Osaka también había unas cuantas. Retransmiten música, o programas, y a veces eran más interesantes que la tele normal.
Excepto algún drama la tele japonesa es
muy mala, no me la esperaba así. Son programas de entretenimiento y humor que
no sé si es porque son en japonés pero no los entendíamos. El tiempo nunca acertaba (si decía que
iba a llover, hacia sol, si decía que haría sol, llovía), los programas se
subtitulan todos en japonés, también los de música subtitulan las letras de las
canciones.
Y luego estaban los dramas, que son las series de televisión japonesas, algunas son muy malas, otras eran más estilo culebrón (una que echaban por la mañana era de una chica japonesa poco después de la guerra mundial) y bueno, diferentes intrigas familiares, como los culebrones, y otras series estaban algo mejor, normalmente las que estaban basadas en manga y se las curraban un poco más, lo viernes me veía Kurosagi, que está basado en un manga y es de un estafador que perdió a su familia por culpa del engaño de unos estafadores, así que se convirtió en un estafador de estafadores.
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