En estos días de cuarentena comos sabeis he ido actualizando las entradas del blog con las fotografías del viaje, pero también he tenido algún otro entretenimiento, como viajar en el tiempo (esta vez sin poder salir de casa) con el Reto de la Brocha y la Asociación RetroNautilus. Espero lo disfruteis tanto como yo, hasta que podamos viajar a lugares o tiempos más lejanos.
Destinos errantes: Berbe en movimiento (viajes, escapadas, visitas, recreaciones, etc.)
Diario 2019: Italia - Napoles - dia 5
Nápoles o te disgusta por su suciedad y caos o te apasiona, yo me he encontrado con gente con las dos reacciones. por mi parte la primera vez no me entusiasmo nada, ni pude entrar al castillo, el museo arqueológico, tanto entonces como ahora es un caos de dejadez y los palacios son bonitos pero no tienen nada que no tengan otros palacios de Italia, pero con lo que sin duda me quedo es con el Nápoles subterráneo y sus catacumbas. Igual por ser diferente es por lo que se me hizo más especial. Pero volviendo al tema, en el resto de día que tenía libre sin recreación napoleónica me di un recorrido rápido por los lugares turísticos de Nápoles.
Empecé la mañana entrando en el lugar más aragonés de una ciudad en la que Aragón y España están por todas partes: el Castel Nuovo. Atravesé el extraordinario arco de triunfo que hizo Alfonso V el Magnánimo de Aragón para conmemorar su entrada aquí y desde sus terrazas uno podría disfrutar el maravilloso panorama del Golfo a nuestros pies, el Vesubio al fondo y Nápoles a nuestra espalda, por desgracia sigue lloviendo como si no hubiera un mañana y dedico mi tiempo a recorrer el castillo por dentro, y como hay zonas cerradas los seis euros de la entrada no vale lo que se ve.
De aquí me acerco a la majestuosa plaza del Plebiscito con el palacio real y la iglesia de San Francisco di Paola. Muy cerca está el teatro San Carlo y los dos castillos (Castel Nuovo y el Castel dell'Ovo). De aquí se puede ir caminando por la orilla y disfrutar de una brisa marina y las vistas de Nápoles y del mar, y del castillo. La pena es que por el paseo marítimo no hay bancos por lo que es normal encontrar a algún turista sentado en el suelo junto a la barandilla. Cosas de Nápoles. Después de ir y volver por el paseo voy a entrar en la Galería Vittorio que, tanto la primera vez como esta, no me llamó la atención porque hay parecida en Milán. De aquí subo por la Vía Toledo para entrar en el barrio español. Esta parte de la ciudad se construyó por el virrey español Don Pedro de Toledo.
La Vía Toledo es una de las calles más importantes de Nápoles, es la vía comercial que va desde la plaza Dante hasta la plaza Trieste y Trento. Al oeste de la vía Toledo está el barrio de los españoles, con sus callejuelas estrechas, pequeñas tiendas y la ropa colgada en las ventanas, tan típica de Nápoles. Este barrio se construyó para albergar a las tropas españolas de Don Pedro. Hacia el norte, se encuentra el museo arqueológico Nacional en el que ya estuve durante la recreación (y hace año). La opción antes del museo arqueológico era el Palacio real de Caserta, me dio mucha pena porque aquí no había estado y me iba a quedar sin estar, pero está alejado de la ciudad y en medio día no me da para ir y volver, en todo caso por lo que leí a los recreadores que fueron; es otro palacio italiano.
Luego seguí por el centro histórico de Nápoles que sigue el trazado original de la antigua Nápoles. Está formada por tres de calles paralelas entre sí. En esta zona se encuentran los lugares de interés más importantes, siendo la zona de la ciudad más antigua, más caótica y más auténtica. La calle mayor corresponde a la vía dei Tribunali, la calle superior son Via della Sapienza, Anticaglia y Via Santissimi Apostoli y la calle inferior llamada Spaccanapoli estña formada por Via Benedetto Croce, Via San Biagio dei Librai y Via Vicaria Vecchia. Y por aquí llegué al Nápoles subterráneo. Es fácil perderse entre tanta calle, pero también descubrir los rincones turísticos del centro. Las catacumbas de San Genaro son otro punto pendiente, y por supuesto muchas iglesias y conventos. Algo mejor que la primera vez (la Nápoles subterránea está muy bien), pero sigue sin apasionarme Nápoles.
Diario 2019: Italia - Templos de Paestum - dia 4
Cuando estuve en la isla de Sicilia visite unos cuantos templos griegos mucho mejor conservados que los que vi en Grecia, pero fueron vistos por fuera porque por dentro no estaba permitido, en cambio en Paestum puedes entrar en los templos y caminar entre sus columnas, tocarlas, sentir lo que los viajeros del Grand tour vivieron. Desconocía este lugar cuando estuve en Nápoles y realmente vale la pena conseguir acercarse hasta Paestum para disfrutar de sus templos griegos, nosotros estuvimos hasta el cierre y hubiera estado mucho más tiempo si hubiera sido posible (por supuesto, sacrifiqué ver el museo, pero dicen que vale la pena, para otro viaje con más tiempo queda apuntado). Desde Portici he estado hablando sobre el Grand Tour (que si Portici fue incluido en el Grand Tour, que sí Herculano) bueno, a quien no lo sepa le explicaré lo que es el Grand Tour.
El llamado Grand Tour era un itinerario de viaje por Europa, antecesor del turismo moderno. El término Grand Tour apareció escrito en la obra El Voyage d' Italie (El viaje a Italia) de Richard Lassels, en la que hace referencia al viaje por Europa que realizaban jóvenes aristócratas -principalmente británicos- como parte de su educación, su valor residía en el acceso tanto al arte clásico y del Renacimiento como a la sociedad aristocrática del continente europeo (considerada de moda). Un grand tour podía llevar desde varios meses a varios años, dependiendo del presupuesto. El recorrido era muy variado, para un viajero inglés el Grand Tour solía iniciarse bien en Calais o viajar directamente en barco a Italia, para luego regresar por tierra. El recorrido por Italia estaba muy influenciado por Winckelmann y Goethe que convirtió el viaje a Italia en un estudio de la Historia del arte. La visita a Italia solía concluir en Nápoles, por aquel entonces la mayor ciudad de Italia, donde se admiraban las ruinas de Pompeya, Portici o Herculano. Así que como viajeros en el tiempo nos convertimos en viajeros del Gran Tour por Italia en búsqueda del arte clásico.
Pero volviendo a Paestum, ya desde el autobús empezamos a ver a zona, bastante grande, donde se encuentran los tres grandes templos griegos. Nada más bajar esperamos a Margarita que fue a recoger la entrada (que no son en la caseta de entrada sino en el museo, un poco más alejado calle arriba). Y una vez entramos, con lluvia o no (a veces caían intensas lluvias como se paraba), tuvimos Paestum para nosotros solos. Nada más pasar la entrada principal tenemos uno de los templos más bonitos de Paestum, el Templo de Atenea situado en lo alto de una colina. Es visiblemente parecido al Parthenon de Atenas pero más pequeño. Este templo no podemos verlo por dentro pero enfrente quedan algunas ruinas que si se pueden tocar y que sirvieron de asiento para algunos de nosotros cuando comenzó a caer un buen chaparrón, otros se refugiaron bajos los grandes pinos, pero lo mejor que tuve fue la vista desde ese montículo porque pude observar al agente vestida de época napoleónica paseando entre las ruinas que llenan Paestum y que las hierbas cubren, era como ver las pinturas antiguas de la época, así que me sentí como un pintor de la época, si hubiera sido España podría haber sido Goya, no hay palabras para describir un cuadro de época. Baje por el otro lado el montículo para seguir las ruinas hasta el segundo templo de Hera o Apolo dedicado a Poseidón, y que es el templo mejor conservado del recinto. Conserva casi toda la parte superior y uno se queda muy pequeño a medida que va avanzando hacia él.
De aquí al templo hay bastantes ruinas que uno va encontrando pro el camino, además de calles empedradas en un excelente estado de conservación rodeadas de edificios a los que apenas han sobrevivido sus cimientos. A esto súmale que en vez de turistas en pantalón corto ves a hombres y mujeres ataviados como en la época napoleónica. El templo de Hera dedicado a Poseidon es una maravilla, se puede subir las escaleras y entrar dentro, disfrutar de sus interminables y gigantes columnas de piedra que se elevan hasta el techo ya desaparecido. Me encantó poder estar dentro y observar y tocar las piedras del templo griego, mucho más impresionante de los de Atenas, tal vez porque estos son más cercanos y menos destrozados.
Después de recorrerlo y contemplar su saltas e impresionantes columnas interiores fuimos al templo de al lado, casi en paralelo y muy cerca se encuentra el primer templo de Hera, en él se puede entrar pero solo caminar alrededor de una parte, la otra está vallada para impedir el acceso, tampoco conserva el tejado y es que es el templo más antiguos de todos: 2500 años, y después de visitarlo volví al templo de Poseidon, porque uno no se cansa de disfrutarlo, tanto es así que nos dio la hora de cierre (las siete y media), como soy muy cumplidora salí de las primeras por lo que me dio tiempo a ver, por fuera, el anfiteatro y el foro. Y es que el recinto no solo conserva esos tres grandes templos griegos, lo que pasa es que es lo más impresionante de todo lo que te puedes encontrar.
Tras el cierre los autobuses nos acercaron al restaurante Nettuno (Via Nettuno, 2) que es una antigua granja de inicios del siglo dieciocho desde donde se tiene una fabulosa vista del templo de Hera y Poseidon iluminados de noche. Y como era el Grand tour tuvimos una pequeña sorpresa teatral durante la cena donde se reflejaba la “vida” de aquellos. Aún sin recreación napoleónica ni Grand Tour una parada en Paestum resulta claramente obligatoria (no sé por que no sale en todos los tours pero si puedes hay que hacer una parada).
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