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Museo del Ferrocarril 1860 Vila Nova i la Geltrú - España

Noche de los Museos - Museo del Ferrocarril 1860 Vila Nova i la Geltrú

Aprovechando de nuevo la noche de los museos, la Asociacion retrofuturista Nautilus va a colaborar con el museo del ferrocarril, puntualmente estamos en la entrada para quien quiera se haga fotografías con notros, vamos de 1860 que fue la época en la que empezó el mundo del ferrocarril. Siendo la noche que es hay unos cuantos niños, y algunos les da vergüenza y otros se animan más. Una familia china el niño no quería, pero al final de la tarde lo convencieron y se acabó haciendo una foto con nosotros. Nada más entrar en el edificio del museo tienes varias colecciones de objetos ferroviarios, empezando con una taquilla de billetes. Fue erigido en los años 70 del siglo pasado con la función de servir de supermercado para los empleados del tren. En la planta superior se encuentra la biblioteca, también hay un área dedicada al mundo del cine y el ferrocarril y las oficinas de administración. Aunque toda esta zona la pasamos de largo enseguida, ya que como llegamos un poco antes de la hora fuimos al bar de la estación que se encontraba en la explanada junto a los Depósitos de agua a hidratarnos después de la visita al museo del romanticismo. Los depósitos de agua o aguadas, todavía visibles en muchas estaciones, eran un elemento imprescindible para la explotación ferroviaria del pasado. Se situaban en los depósitos de locomotoras y estaciones estratégicas para suministrar agua a las máquinas de vapor. Una vez llegado el momento nos acercamos a la Colección de locomotoras de vapor, una circular llamada Rotonda. Esta construcción alberga doce vías con fosos donde los operarios del ferrocarril desarrollaban las diferentes tareas de mantenimiento de las locomotoras de vapor. El lugar nos ofrece varias locomotoras para visitar, y también incluyen una presentación teatralizada, personas ilustres de la zona y la época se muestran para presentar el museo. Hay algunos vagones de madera disponibles para visitar, y la joya de la corona es un coche de lujo de 1881 fue comprado en Estados Unidos por el promotor del ferrocarril de Vilanova, Francesc Gumà. También estuvieron los de la cscuela de cine de Sitges así que nos pasamos un rato creando divertidas escenas de esos tiempos para todo el que nos viera. Disfrutamos del museo y la gente de nosotros y cuando caía la noche dejamos el espectáculo de música y cada uno nos marchamos, había sido un día muy largo.

Visita: Mayo 2025  

Mis imágenes: Instagram pendiente

Información para viajar: 

Vilanova i la Geltrú - España

Vilanova i la Geltrú

Aprovechando que era la noche de los museos y la Asociación Retrofuturista Nautilus iba al museo del ferrocarril de 1860, aproveché para visitar Vila nova i la Geltrú, donde nunca había estado, porque ya sabéis, no desaprovecho el momento de viajar en el tiempo para poder viajar a un nuevo lugar. Vila nova i la Gertru tenía los alojamientos llenos y es que está en la costa y por tanto es un lugar turístico, mi alojamiento estaba en el puerto marítimo y desde mi balcón tenía vistas del puerto deportivo y del faro, muy tranquilo en la noche aunque de camino de la estación de tren al puerto me encontré con todo turistas extranjeros. Llegué el viernes noche para estar todo el sábado y parte del domingo por la mañana. El sábado para no perder tiempo fui todo el día vestida de época (por la tarde era la noche de los museos en el Museo del Ferrocarril), aunque antes de hacerlo pregunte en los sitios si se podía ir vestida de época, sobre todo porque el año 1860 es la época de la crinolina, y la el que no sepa con decir “Lo que el viento de se llevó” todo el mundo cae en qué tipo de vestidos son. Así que, por la mañana tras desayunar, y viendo que, hacia un sol abrasador, sin una nube en el cielo, reduje un poco las prendas bajo el vestido de época, y Sali en dirección primero de la Biblioteca Museo Victor Balaguer, por fuera es un bonito edificio de color rosado rodeado de un jardín. Nada más entrar te encuentras en una pequeña sala redonda decorada en su parte superior con diferentes figuras y a la izquierda se encuentra la biblioteca, desde que entras de arriba abajo todo son estanterías de madera con libros antiguos. Si vas hacia la derecha entras en una sala llena de cuadros del suelo al techo y esculturas en el centro. Esta sala te lleva a otra también con varios cuadros antiguos. Y de esta puedes entrar a la pequeña sala dedicada a Egipto. La verdad es que me gustó muchísimo, estaba prácticamente sola pero así pude disfrutar mejor los rincones, el año pasado estuve en el museo de Egipto de Turín y aunque es muy grande lleno de objetos, este museo solo tiene una sala, pero tiene los objetos increíblemente conservados, con momia incluida. Eso lo que es la sala de Egipto, luego entramos a otra sala cuya decoración del edificio ya es llamativa de por sí, pero además a los lados de la puerta hay unas armaduras japonesas, de los pies a la cabeza, mascaras incluidas, y también tiene sus zonas impresionantes como la zona china, con su detallado ajedrez chino, su zona de Filipinas, las vasijas del norte de Perú, y más objetos de otros lugares, realmente no es un gran museo en cuanto a cantidad pero si en cuanto a calidad, increíbles objetos bien cuidados que se pueden encontrar, si miras hacia el techo, aparte de para ver su diseño se puede ver que hay una segunda planta con cuadros. Siguiendo puedes encontrarte más objetos antiguos, y subiendo a la segunda planta entras en la zona del arte moderno, con techos con arcos de metal muy e la época modernista. Tras salir de la Biblioteca Museo me acerque a la calle peatonal que lleva hasta el ayuntamiento, y luego pasee por sus calles donde se pueden encontrar casas modernistas y bonitos rincones, y así subí hasta el cementerio para ayudar con el corsé a un miembro de la asociación que ya había llegado (y cerca del cementerio hay aparcamiento gratuito), porque además de ir al museo unos cuantos habíamos quedado para comer ya vestidos de época. A comer fuimos al restaurante El Dinou que es la casa de Manel Cabayas destinada a vivienda unifamiliar y está conservada como una parte de las salas que hubiera tenido la casa en su época. Comimos muy bien y después nos dejaron hacernos fotografías en el lugar, la verdad es que fue una sobremesa agradable, por el lugar, por los empleados, por la comida, y por la compañía, ya que hacía tiempo que no nos veíamos. Pero Vila nova i la Geltrú tiene aún más rincones por visitar, después de comer nos fuimos a realizar una visita guiada a la casa Can Papiol, que es también el museo del romanticismo, la visita comenzaba en el patio de entrada junto a un antiguo carruaje de época y luego ibas recorriendo la casa, que no es nada pequeña y cuyas salas principales son muy románticas, también se visitan las cocinas, las bodegas, los dormitorios, el patio, en definitiva, todos los rincones de la casa, que es preciosa. La visita era en catalán (también hay en castellano e inglés, pero la hora en la que la daban no nos venía bien), pero ya entiendo suficiente y puede por fin relacionar una de las famosas familias catalanas de Matanzas en Cuba, ya que la guía comentó que una de las salas tenia fotografías de Vila nova menos una que era de Matanzas, la población donde al familiar tenia ingenios de donde vino su fortuna, los ingeridos es algo que aprendí en Cuba y es como se llamaban las plantaciones en Cuba, y Matanzas es donde hay hasta una virgen de Monserrat colocada por cuatro familias catalanas de ahí (creo que algo comenté en mi entrada sobre Matanzas, Cuba). Tras visitar la Can Papiol nos dirigimos al Museo del Ferrocarril para la Noche de los Museos, otro rincón de Vila Nova i la Geltrú que visitar, ya que como veis parece una población cualquiera pero esta llena de lugares que ver. Como en el museo estuve durante la noche de los museos lo comento en otra entrada para describir que ver ahí. Después marchamos a cenar y al día siguiente en el puerto había una carreta pero no me afectaba ya que un poquito en las afueras de Vila Nova i la Gertru, pero siendo parte de la localidad (la noche anterior tenían un tren que acercaba a la gente a visitarlo) se encuentra Can Cabanyes, una masía catalana de 1673, la familia, al contrario que al de Can Papiol, obtuvo su fortuna de los vinos, y por tanto tiene sentido que estuviera sobre todo a las afueras de la ciudad, en la visita teatralizada (en catalán) que hacen los domingos (con reserva) te trasportan a la vida de la familia Cabaynas y su ocupación de las diferentes zonas de la casa. Aquí le pregunté a mi amiga por una palabra que no entendí, colchoneros, y es que no sabía sobre lo que contaba la guía. Te dan también cava al final de la visita y tiene un pequeño jardín en la parte trasera, pero frente a la casa hay un gran paseo de cipreses que llevan a una zona de árboles donde hay fuegos para hacer barbacoas, por lo que es un lugar ideal para hacer un picnic en un buen día y lo cierto es que estaba lleno de familias.  La pena es que al lugar sin coche y sin ser día de actividades (como la noche de los museos) es difícil acceder. Tras la visita mi amiga de Nautilus me llevó a la estación de tren para irme a la estación de Barcelona donde comer e irme, porque estaba saturada de alergia, aunque era la costa, este año la lluvia ha sido habitual por todos los lados y eso ha hecho que esta primavera esté siendo muy dura para los alérgicos como yo, pero como veis, vale la pena salir a descubrir nuevos lugares.

Visita: Mayo 2025 

Mis imágenes: Instagram pendiente

Información para viajar: 


Paseo con sombrero 1950 , Barcelona - España

Paseo con sombrero Barcelona

Hace muchos años que me compré un sombrerito de los años 1950 pero nunca tuve la oportunidad de estrenarlo, así que decidí ir al paseo con sombrero de Barcelona y usarlo como excusa para otro viaje. Con esa misma excusa también estrené unos guantes de cuero tipo años 50s que me regalaron, y hasta me vi un tutorial de youtube para peinarme como en la época. Para aprovechar el tiempo Sali de Zaragoza en tren a Barcelona el mismo domingo y me acerque andando hasta la Rambla Cataluña donde da comienzo el paseo. El lugar tiene una escultura de una jirafa en pose coqueta (y se llama la jirafa coqueta) y que estaba adornada con un sombrerito. Como llegaba pronto pensaba que podría ver la estatua, pero al llegar al lugar, pese a ser una hora antes de la salida ya había un montón de gente con sombreros rodeando la figura de la jirafa. Entre la gente había personas con sombreros clásicos, modernos, sombreros acompañados de su correspondiente traje, y sombreros artísticos que eran más esculturas modernas que sombreros. Este era el 20ª paseo con sombrero de Barcelona, así que ya lleva todos esos años realizándose, y por lo visto cada vez va a más. Cerca de la jirafa se encontraba un photocall, pero era complicadísimo conseguir hacer una foto en el mismo por la cantidad de gente que había congregada. El grupo quedó junto a la puerta de la diputación de Barcelona que es un estilo más clásico que se adopta a nuestros atuendos combinados con los sombreros. Pasada la hora a la que debía comenzar conseguimos empezar a bajar la rambla. Había tantísima gente que era normal perderse y disgregarse. Quede muy sorprendida por la cantidad de gente que asiste y como hay de todo, desde elegancia clásica como extravagancia alocada. Después de bajar paseando por la Rambla Cataluña fuimos a comer para luego en la tarde volver a casa en tren. Una visita fugaz pero muy bien aprovechada.

Visita: Abril 2024  

Mis imágenes: Cuaderno fotografico 

Información para viajar: Paseo con sombrero 

Museo del Ferrocarril de Mora la Nova 1890 - España

Museo Ferrocarril Mora la Nova

Con mi maleta (de época) me dispuse a esperar al tren, que llegaba con una hora de retraso. Su salida de Zaragoza hasta Mora la Nova llevaba los vagones llenos de estudiantes hasta la frontera con Cataluña, entiendo que estudiantes que volvían al pueblo después de estudiar entre semana en la ciudad. Aun así, conseguí un asiento en ventanilla para disfrutar del paisaje y de las pequeñas estaciones inauguradas entre 1890 y 1895. Como daban lluvias cogí mi paraguas y esperé en la estación de Mora la Nova a que fuera llegando el resto para ir hasta la nave de donde saldrían todos los trenes. En la nave había varios trenes de la época para disfrutar. Por un lado, algunos trenes de vapor enormes que no se movían, otros que se iban y volvían y a los que se podía subir para ver por dentro la maquina de locomotora de carbón. Después de subir con ayuda de los mecánicos, dado que con la ropa de la época 1890 era algo complicado subir ahí arriba disfrutamos viendo todos los detalles. Al lado de esta había otras dos locomotoras a vapor que lanzaban vapor de vez en cuando antes de ponerse en marcho, era como viajar a una estación Britania antigua llena de humo y silbidos de las locomotoras. Luego había dos trenes más. Uno con un vagón de madera abierto para transportar viajeros de un lado a otro de la estación del museo. Un viaje fabuloso, aunque a esa velocidad hay que agarrarse bien hombres y mujeres los sombreros o estos salen volando y será difícil recuperarlos. Y el siguiente y último tren de vagones cerrados era también para los viajeros, para desplazarse de un lado a otro. Donde compartir la vivencia de un viaje como en la época, compartiendo vagón con personajes de todo tipo y categoría, porque hasta los mecánicos y limpiabotas se colaban para ganarse un real. Al llegar a la estación visitamos la estación central para comprar billetes y reclamar al jefe de estación por los retrasos. Llego sin darnos cuenta la noche donde nos alumbramos con candiles antes de ir a dormir y a la mañana siguiente paseamos junto a las vías mientras disfrutamos de una exhibición de los bomberos de la época. el mejor momento los niños, que estaban señalando siempre que era Mary Poppins. Tras comer regresé a la estación para esperar al tren de vuelta Mora La Nova – Zaragoza.

Visita: Marzo 2024

Mis imágenes: diario fotografico

Información para viajar: Museo del Ferrocaril de Mora la Nova

Barcelona - España

Barcelona

Una escapa de un día a Barcelona para celebrar un Carnaval Veneciano me dio la excusa perfecta para descubrir otros lugares de Barcelona que no conocía. Para el carnaval habíamos quedado en el Parque Laberinto de Horta. El lugar tiene precio de entrada (al fin y al cabo, es Barcelona) pero es un curioso precio de 2,23 euros. Una cifra sin duda nada redondeada. La parte exterior está en obras y los jardines no están muy bien conservados, pero aún así es un lugar ideal para una sesión fotográfica o pasear con niños, que nosotros encontramos, sobre todo en el laberinto. En el parque hay gran variedad de jardines, aunque el que llama la atención es el jardín neoclásico que comienza donde está el pequeño laberinto. La fuente del Pelícano con unos pequeños puentes donde asomarte y ver algunos peces nadando en los estanques y arroyos del parque del Laberinto de Horta en Barcelona. Podrás realizar un recorrido entre edificios románticos y neoclásicos, fuentes, arroyos y manantiales. Siempre hay árboles, jardines de todo tipo, y esculturas para hacer cientos de fotografías. Estuvimos toda la mañana ahí ya que comimos en el velódromo cercano (a muy buen precio). Tras la comida mis amigos, que saben lo que me gusta ver rincones nuevos, me llevaron por un barrio que les gusta mucho para pasear, que es donde están las embajadas con sus palacios modernistas hasta llegar al Real Monasterio de Santa María de Pedralbes. La calle y plaza donde se encuentra el monasterio se conserva empedrada como antiguamente y es como viajar a un pueblo medieval que ha quedado parado en el tiempo. Como decían mis amigos es difícil imaginar que en Barcelona quede un sitio así. Las casas de alrededor son todas privadas pero conservan su aspecto original exterior (excepto la gran escalera que lleva hasta la carretera, pero que no han hecho demasiado moderna para no desentonar tanto). En un lateral del monasterio está la entrada, al ser invierno la entrada cierra antes, pero desde fuera se podía ver el claustro del lugar muy bien conservado. El monasterio de Pedralbes fue fundando por la reina Elisenda de Montcada en el 1327 y ha estado habitado de forma ininterrumpida por las monjas clarisas desde entonces. Sin lugar a dudas, se trata de uno de los mejores ejemplos de gótico catalán. Bajando por ese lateral se llega a una puerta y una torre incompleta donde se conserva el antiguo cartel de acceso todavía en castellano antiguo. Un rincón sorprendente que visitar en Barcelona, aunque no está muy cerca del metro y tal vez eso lo salva de los turistas, cuando fuimos nosotros no había nadie.

Visita: Febrero 2024


Información para viajar: Parque Horta

Gerona - España

Gerona

Aprovechando que iba el domingo a Barcelona para un encuentro de Nautilus (los recreadores con los que suelo ir) el sábado decidí ir hasta Gerona para así aprovechar el fin de semana y ver un lugar nuevo. Aunque he estado en varios lugares cercanos nunca he llegado a visitar la ciudad de Gerona (Girona en catalán) y como era un sitio cercano a Barcelona no tenía que preocuparme por tener poco tiempo para verla. Cogí el tren de Zaragoza que me llevaba a Gerona y llegué al mediodía, tiempo más que suficiente para ver la ciudad incluida parada para comer. El tren, para mi sorpresa, iba lleno de turistas dirección Girona. La chica sentada enfrente mío en el tren me la cruce res veces en el mismo día en distintos rincones turísticos de la ciudad. La estación del tren está muy cerca del centro, tal vez porque la ciudad no es muy grande, lo que te permite llegar a la zona turística rápidamente y sin perderte. Mi objetivo no era llegar a la ciudad por el puente de piedra, pero como decía la ciudad es pequeña y esta diseñada de tal forma que acabas dirigida hacia el centro y sin planearlo me plante en el puente de piedra. Ese lugar es el acceso al caso histórico de la ciudad y también uno de los mejores sitios para ver las casas sobre el río. Es el lugar más conocido y visitable del lugar, al menos en todas las revistas de viaje y blog de viajes. Las cosas están colgadas de cara el río como en Florencia, y son de distintos colores, al fondo se divida la torre de la catedral y de la iglesia de San Feliu. Volviendo al lugar de fotografía de los turistas; las casas sobre el río Oñar sobresalían de colores sobre el azul del cielo, un día despejado que invitaba a ir de manga corta, aunque era pleno enero, y el río limpio, pero con muy poquita agua, al pasar una mujer mayor decía a su familia que era la primera vez que lo veía con tan poca agua. Tras cruzar el puente cruzo me dirijo por la rambla hacia el siguiente puente, el puente de Peixateries Velles, un puente de hierro de color rojo que fue diseñado por el Estudio de arquitectura de Gustave Eiffel en 1877, si es cierto que no lo hizo el propio Eiffel como el puente de Hanoi pero si se ve en su diseño que salió de su estudio, el estilo es indudablemente igual. De aquí me dirijo recto hacia el próximo puente, el de San Agustín, donde hay una buena vista de las casas sobre el río y del puente de Peixateries Velles uniendo ambas orillas. De aquí me acero a la zona conocida como El Call que es el barrio judío de Gerona y uno de los lugares que hay que visitar y callejear. Como tenía programada una visita me prepare un recorrido par ano perderme pero una de las calles estaba cortada por obras, aún así subí y baje las escaleras y callejuelas de las zona, cada rincón es claramente un paseo por un casco antiguo, en cierto lugares hay señales de los judío, y aunque recomiendan entrar al museo de los judíos casi me lo paso de largo porque solo venia todo en catalán, así que el interior supuse que también y pase de entrar, a veces me vale la pena el esfuerzo de usar otro idioma, en este caso el exterior y el buen tiempo animaba a estar callejeando y pasar de visitar los interiores, fui paseando por la iglesia de San Marti, antiguos palacios y al final llegué al a catedral, como llegué por la parte de arriba me ahorre la subida de sus escaleras, solo me dediqué a bajarlas esquivando turistas de todo tipo hablando en inglés, francés, italiano y otros idiomas que no reconozco como asiáticos o polacos. De aquí acabe pasando por el portal de Sobreportes. Es la antigua puerta norte de la muralla romana. Por el lado de la catedral hay una virgen arriba del portal a la que iban a rezar los prisioneros, durante la Edad Media, antes de ser ejecutados. Al otro lado del portal hay dos torres cilíndricas, y recubren las antiguas estructuras romanas. Así como la Iglesia de San Feliu. Cerca de aquí debía estar la famosa leona de Gerona (una figura medieval de una leona subida a una columna) pero había un mercado alrededor y me costó bastante localizarla. De aquí volví de nuevo hacia el puente de San Agustín pero por un calle paralela que no es del call no solo para parar el en puente de Gomez sino también para ir a la Casa Masó donde tenía comprada una visita guiada en castellano. La verdad es que por fuera no llana la atención, pero por dentro vale la pena. Espero que las visitas en inglés, francés y catalán estuvieran más llenas porque en la visita en castellano solo estábamos tres personas (una pareja y yo).La Casa Masó es símbolo del movimiento del Novecentismo de la ciudad, inicialmente fue la casa del padre del arquitecto Masó y fue reformada pro el arquitecto a los largo de los años hasta el 1920 y la planta primera y segunda se ah podido conservar porque la casa paso de familiar en familiar pero solo vivían en la tercera y cuarta planta por lo que las inferiores no fueron renovadas y se conservan en perfecto estado, tanto lo diseñado pro el arquitecto Masó como no lo que no pero era de la época. La visita dura una hora y es muy interesante, además puedes ver el interior de una de las casas cuya terraza y ventanas dan al río (una de esas colgantes), un dato curioso es que es la única con fachada blanca ya que según nos dijeron en los años 80 se decidieron pintar las casas de colores, por lo que esta es la única que conserva el color original. Tras disfrutar de la visita me dirigí hacía la iglesia de San Feliu de nuevo para ir a visitar los baños árabes, una construcción románica muy bien conservada y que vale mucho la pena visitar, son amplio, con detalles y la entrada no es cara para ser Cataluña. Los baños deben su nombre a la inspiración que tomaron de las termas romanas y los baños musulmanes, y por utilizar el sistema de calor por vapor al estilo árabe. Luego marché hacia el Monasterio de Sant Pere de Galligans de estilo románico con preciosos capiteles decorados con motivos vegetales, y el campanario octogonal. De aquí puedes subir a una parte de la muralla con una vista espectacular del monasterio, la iglesia de San Felíu y la catedral, además de una torre de estilo modernista, y un lugar poco visitado ya que estaba yo sola en la muralla. Tras este recorrido volví para acceder a la muralla desde los Baños Árabes y subir por el Paseo de Reina Joana siguiendo los carteles que marcan la muralla como «Passeig Arqueològic». En esta parte de la muralla deje de estar sola y había muchos, pero muchos, turistas. El recorrido de la muralla es de varios kilómetros y no está toda comunicada, hay que ir bajando y subiendo para poder recorrerla entera, pero vale mucho la pena, una visita imperdible de la ciudad. Desde las torres de la muralla puedes disfrutar de unas bonitas vistas de la ciudad, de los detalles de los edificios, de las montañas al fondo…, aunque para ser final de enero hacía mucho calor, aquí ya vi a gente en manga corta, yo no estaba preparada para ello. Tras acabar la muralla terminas Enel puente de altares y siguiendo la calle llegas hasta el puente de piedra. De aquí me dirigí a la estación para ver las dos casas que se ven cuando sales de la estación que están en las afueras pero que, como aprendí en la visita de la casa Masó, son diseño del arquitecto. Tras ello ya regresé a Barcelona (ah, entre medio de tanta visita también paré a comer algo por el casco histórico, pero ya sabéis que el tema colinario no es un referente en mi caso)

Visita: Enero 2024  

Mis imágenes: pendientes 

Información para viajar: Pendiente 

Feria Modernista L'Arboç -España

X Feria modernista de L'Arboç

Uno de los motivos por los que vale la pena visitar L'Arboç durante su feria modernista no son los puestos de la calle con productos tradicionales, los espectáculos a la gente vestida de época, sino también porque se abren a las visitas lugares que de forma habituales solo podríamos ver por fuera, perdiéndonos los detalles del interior. La X Feria nos ofrece una visita guiada a través de los edificios modernistas de la población. Empezamos en el Hospital de San Antonio, que actualmente es una residencia de ancianos. El exterior es claramente llamativo ya que parece una iglesia con sus torres y pórticos, de estilo modernista. Una vez entramos con el guía nos encontramos con el claustro central de forma cuadrada formado por dos pisos con columnas y arcos de ladrillo y cerámica siguiendo la moda de la época y en el centro un pozo. Y en un lateral se tiene acceso a la capilla, de altas columnas y vidrieras y murales en las paredes, y cuya puerta da al patio exterior con un piso de columnas y arcos. El siguiente edificio que visitamos es Palacio Gener i Batet, por fuera también es llamativo, con sus torres, muro y altura se dejan ver por su gran tamaño. la visita nos permite entrar para ver su interior, que normalmente no es visible a los turistas ya que ahora es un colegio. El patio de recreo eran los jardines y dan a una escalera que sube al patio que da al frente del edificio, que ahora tiene una piscina a sus pies, como una gran mansión. En su interior quedan escaleras, suelos, una pequeño patio con una fuente muy Gaudi de la época pero el resto son clases, excepto el aula magna que es un salón con paredes y techo espectaculares. Vamos a descansar para comer y después de comer visita Cal Pons, que como casa privada suele estar cerrada a las visitas. Antes de ello pasamos por la calle Mayor con la rectoría, el ayuntamiento, la casa solariega del abad Escarré y las fachadas de estilo modernista con las casas porticadas de la plaza, asi como el Museo de encaje de bolillos acoge una completa colección de piezas hechas con encaje de bolillos, artesanía que en Arbós tiene una larga tradición. Cal Pons es una residencia privada, que raramente se puede visitar su interior pero que su fachada con torres de tipo castillo medieval llama la atención. Por eso también se conoce como La Torre del Bell – Esguard. La bautizaron con el nombre de la Torre Bell Esguard, cuyo nombre, se halla grabado en lo alto de su torre, en memoria de su propietario. Es una casa pequeña pero se halla rodeada por una valla de pequeñas almenas y un gran jardín con lago, pequeños edificios y paseos. La casa consta de sótano y piso noble, también tiene un pozo y en su interior está decorada con objetos antiguos, y las ventanas todas enmarcadas en madera. El elemento más destacado de todo el conjunto es la torre circular, haciendo de mirador, con una barandilla de piedra sostenida por ménsulas, conformado por un cono de escamas vidriadas rematada con una veleta y vistas a La Guiraldilla. La casa está unida por una pequeña galería a la que se accede mediante una escalera y que en su patio interior tiene un pozo. La galería tiene unas vistas espectaculares de La guiraldilla y la naturaleza. La propiedad tiene un gran parque natural que rodea el castillo, con su lago y cerca de este la caseta de música toda ella hecha piedra natural y guijarros. A la derecha nos encontramos con una torre circular que tiene una pequeña puerta y a la izquierda de la iglesia, una pequeña habitación de madera inclinada y con un pórtico de cuatro columnas. De la caseta de piedra se encuentran los setos altos con una pequeña salida al huerto por donde terminaremos la visita y saldremos para dirigirnos a La Giraldilla, que vale la pena verla todas las veces que se visite. La Guiraldilla es una replica de La Giralda de Sevilla y la entrada a su patio de los leones da cuenta de lo inspirado que está todo el lugar en el palacio sevillano. Un poco recargado para nuestros gusto y lleno de coloridas vidrieras y muebles de madera.

Visita: Abril 2023  

Mis imágenes: DestinosErrantesBlog

Noche de los Museos: Museo Marítimo de Barcelona - España

Museo Marítimo de Barcelona

Como otros años llega la noche de los museos y Nautilus hace su aparición en uno de los museos de Cataluña, esta vez en el Museo Marítimo de Barcelona. Ya estuvimos una vez así que no hay nada nuevo de la exposición fija, pero esta noche la ha dedicado a los grandes viajes de inicio del Siglo XX y de las regatas de Barcelona. Así que ahí estamos de bañistas, damas de la Cruz roja, viajeros y matronas (mujeres encargadas en separar a las mujeres y los hombres solteros de segunda y tercera clase). También tenemos a Narcis Monturiol Estarriol, ingeniero, intelectual, político e inventor español.​ El resultado de sus pruebas se recoge en su obra póstuma, Ensayo sobre el arte de navegar por debajo del agua, editado en 1891, y su "submarino" lo convierten en el personaje estrella de la visita al museo marítimo. El museo estaba lleno de visitantes de todas partes del mundo, era como si no hubiéramos vivido las restricciones de las pandemias. Nos separamos por grupos, los bañistas en una zona, las mujeres de la cruz roja y señoras visitando la regata en otro, Monturiol y sus inversores, junto a su busto e inventos marítimos, y los viajeros, paseando en busca de los mozos de equipaje, que son muy difíciles de encontrar.. Hubo alguno niño que llevo mi equipaje, pero poco, los visitantes solo querían fotos de si mismos con nosotros, que personas futuras tan extrañas. Hablando ya sobre el tema, la mayoría no sabían muy bien que hacíamos pero con nuestra búsqueda conseguimos hacerles participes, creo que a unos cuantos les gustó mucho vernos en el museo. cuando terminó nuestra jornada nos entretuvimos en el patio del museo (donde hacia menos calor que dentro) y las fan de Monturiol pudimos perseguirlo bajo la mirada de los visitantes, que no tenían muy claro que estábamos haciendo (en el tik tok de Nautilus tenéis la experiencia). Después cenamos cerca del museo, estábamos agotados de toda la tarde paseando y en pie, pero cuando ya nos íbamos a coger el metro cada uno a su lugar nos pararon unos brasileños. Casi no paramos pero ante la insistencia paramos y tuvimos un momento divertido ya que había un grupo de bailarines brasileños que habían llegado a Barcelona expresamente, y nos enseñaron su baile. al final un acierto detenerse y disfrutar del momento. Ya se que no me he explayado mucho, pero creo que los viajeros del 1900 no eran como los de ahora. El próximo viaje en el tiempo 

Visita: Mayo 2022



Información para viajar: Museo marítimo de Barcelona

Feria Modernista de L ' Arboç - España

Fira Modernista de L' Arboç

Saliendo desde Barcelona en cercanías se está a una hora de L'arboç, si no se tiene coches es la mejor combinación ya que sale desde Sants. No penséis que por estar en Tarragona sale mejor ir a Camp Tarragona porque la estación del AVE y de cercanías y regionales no está ni de lejos cerca, así que a menos que quieras gastarte 36 euros en taxi desde la estación del ave hasta la estación de tren regional o bastante rato en bus para coger otro tren, sale mas a cuenta por tener menos transbordos de transporte y menos tiempo de trayecto, ir hasta Barcelona Sants y desandar el camino en cercanías desde ahí. He viajado de dos formas y sin duda esta es la más rápida y sencilla. Llegue por la mañana ya vestida en el cercanías y con la maleta para quedarme a dormir el fin de semana. Otros viajeros que bajaron en L'Arboç pensaban que sabría el camino hasta el centro porque al verme vestida ya sabían que iba a feria modernista, pero solo recordaba vagamente que una vez pasadas las escaleras del parking era recto hasta el hostal. al hacer el camino de regreso me di cuenta (sin el calor, la ropa, los accesorios y la maleta) que el camino es muy sencillo y recto, aunque no es que este precisamente al lado del centro del pueblo, pero está La Giraldilla para guiarnos. La Feria Modernista nos ofrece varios atractivos que en otras fechas igual no podemos disfrutar, no solo es poder vestirse de época y ver a los amigos de la Asociación Retrofuturista Nautilus, sino poder visitar lugares que habitualmente están cerrados a las visitas exteriores. Así que empezamos la mañana con una de esas visitas especiales que es Camp Joliu, una antigua masía convertida en escuela. La visita es guiada por los alumnos de la escuela, y para quien no tenga coche han puesto un autobús lanzadera cada media hora que te lleva de la plaza Ababol (al lado de la calle Mayor) hasta Camp Joliu, ida y vuelta. Durante la visita te van contando la historia del lugar hasta que se realizaron las firmas que lo convirtieron en escuela. El lugar, pese a ser escuela, tiene algunos rincones conservados, aunque nada que ver teniendo en cuenta el volumen del edificio. Después de la vista de Camp Joliu regresamos a la plaza, donde esta La Giraldilla, para acrcarnos a pasear por la Calle Mayor, llena de comercios, actividades de la feria, mercadillos y arquitectura modernista. Algunos edificios destacados que podemos visitar en la calle Mayor son: la Casa de Cultura (núm. 37), que acoge entre otros servicios municipales la Oficina de Turismo y el Museo de Encaje de Bolilllos; Cal Freixas (La Confiança) (núm. 31), edificio y pastelería de estilo modernista; Ca l’Amiguet (núm. 33); el edificio Les Amèriques (núm. 43) con una estatua de madera a escala de Cristóbal Colon en el tejado, datada en 1888, que es la que sirvió de modelo para hacer la de Barcelona; la casa de l’Abat Escarrè (núm. 53) del S.XVII y que conserva muebles y objetos de la familia, pero esta vez no tuve tiempo de ello, aunque si no acercamos a Cal Marquet (Cal Suriol), una casa modernista que da la espalda de la calle mayor, con un bonito patio abierto ajardinado donde nos refugiamos del sol y del calor y pro el que accedimos a través de una pequeña calle junto a la iglesia de San Julián. De aquí nos marchamos a comer, y cuando acabamos nos acercamos a la fila para entrar a visitar La Giralda de L'Arboç, los sábados hacían visita guiada así que había que aprovechar. La Giralda de l'Arboç es una construcción neoárabe que fue encargada por Joan Roquer i Marí como obsequio a su esposa tras un viaje por tierras andaluzas. Por ello, entre 1877 y 1889 dirigió las obras de su vivienda con una reproducción del famoso minarete sevillano . En el interior se puede ver también una reproducción aproximada del famoso patio de los leones de la Alhambra de Granada, y en la planta superior los muebles y las vidrieras de las casas modernistas. Toda una combinación de estilos y un lugar muy recomendable para visitar. Pasamos bastante rato por ahí, entre los jardines, la casa y la visita con explicación el lugar vale cada minuto, si vais de visita a L'Arboç, aunque no sea la fira, si podéis aprovechar para ver este lugar, la visita de este lugar merece una entrada aparte. Tras la visita a La Giralda marchamos a la calle mayor hasta la hora de la cena, cuando nos cambiamos de ropa para la cena y un pequeño paseo hasta la puerta del patio exterior de La giralda, la única zona iluminada. Al día siguiente pasemos por la calle Mayor y visitamos el interior de la Iglesia de San Julián, así como Cal Marquet. Luego limpiamos nuestras botas con el limpiabotas, disfrutamos de la música, comimos, y caminamos hacia el Palacio Gener i Batet para disfrutar del camino exterior, ya que el interior no es visitable.

Visita: Abril/Mayo 2022 

Mis imágenes: La Giralda

 Información para viajar:Oficina Turismo L' Arboç

Rally Barcelona - Sitges 1920s - España

Rally Barcelona - Sitges 1920s

Y seguimos viajando en el tiempo, pero ahora además también en el tiempo. Después de un fin de semana por 1838, otro por 1808 ahora me marcha los años 20 a la salida del rally de Barcelona. aunque hubo un tato que nos llovió, como de costumbre cuando voy con Nautlius me lo paso genial en estos viajes en el tiempo y el espacio. Empezamos el día con la visita a los coches situados en la Plaza Sant Jaume de Barcelona donde podemos encontrarnos tanto los coches como motocicletas de época y los pilotos y acompañantes con ropa acorde a la época de sus vehículos. sólo pueden participar oficialmente automóviles producidos hasta 1928, y motocicletas hasta 1938, y en este año se ha querido rendir homenaje a Amilcar, activa entre los años 1921 y 1939, por lo que nosotros, que íbamos de los años 20 entrabamos dentro de la época. Los coches son preciosos y están muy bien conservados, una vez terminamos de disfrutar de los coches salimos antes de las diez y media para poder ver la salida de los coches y el inicio del rally sin problemas. ahí, como si de los años 20 se tratara curioseamos y aplaudimos la salida de cada uno de los vehículos en dirección a Sitges. Tras ver la salida del rally nos fuimos a desayunar a la Granja Dulcinea de Barcelona, que aunque data de 1940 su aspecto podría hacerla pasar por más antigua y sin duda nosotros estábamos mucho más acordes en el lugar que otras personas. El lugar estaba lleno pero afortunadamente, al ser un grupo grande, Nautilus había reservado sitio, así que pudimos sentarnos sin problema a disfrutar de un buen chocolate con churros, así ya se puede viajar en el tiempo. Mientras estuvimos en el local disfrutando de charlas, arreglamos maquillaje, enseñamos las medias como en la época haciendo locuras, y por supuesto disfrutamos del delicioso chocolate con churros. Después de un rato salíamos en dirección a una de las plazas donde había música en directo para bailar un poco pero se puso a llover así caminamos entre calles hasta llegar al sitio donde íbamos a comer; Can Culleretes. Cerca de la Rambla, entre las calles Ferran y Boquería, se encuentra la de Quintana. Y justo en medio, está desde 1786, el restaurante donde íbamos a comer. Nuevamente una sala reservada para nosotros, que no éramos pocos, y que además veníamos de otra época, aunque no desentonábamos en el lugar ya que es un restaurante desde mucho antes de los años 20. La comida fue buena y a buen precio, además de la privacidad del salón para Nautilus, así que una vez quitados guantes, sombreros y dejado los paraguas pudimos relajarnos en la última actividad del día.

Visita: Marzo 2022

 Mis imágenes: años 1920s 

1891 Mora la Nova - España

1891 Mora la Nova 

Salimos de Zaragoza (y esta vez uso correctamente el plural ya que voy acompañada de otra recreadora de Zaragoza) camino a Mora la Nova, donde hemos quedado por la fiesta del tren. Llegamos hacia las seis de la tarde al Museo del Ferrocarril de Mora la Nova, que está muy cerca de la estación de tren y desde ahí la responsable nos acercó a cocheras donde íbamos a dormir para al día siguiente estar a la hora de apertura del museo listos y preparados para el 1890. La aventura de dormir en las cocheras del museo es nueva, y la verdad es que estuvo muy bien, pero tampoco voy a explayarme en la noche dado que solo fueron experiencias nuevas, competición de tazas de té, bailes con la música del acordeón junto a los trenes y las vías, en fin, otro tema aparte (lo disfruté mucho ya que siempre se tiene una buena noche cuando se está en buena compañía, aunque he de reconocer que tanto tiempo sin viajar el cuerpo se acostumbra a lo bueno y me costó bastante dormir en la litera del vagón). Al día siguiente comenzamos la aventura arreglándonos para los años 1890, por lo que el pasillo y los compartimentos del vagón estaban llenos de nosotros a medio vestir de época. Desayunamos fuera de cocheras, al aire libre porque hacia un día buenísimo para ser diciembre, y nos dirigimos en grupo desde cocheras hasta el edificio del museo andando paralelo a las vías del tren y así pudimos ver los rincones que lo rodean. La llegada del ferrocarril en 1891 y el hecho de que se encuentra justo a la mitad de camino entre las ciudades de Barcelona y Zaragoza (a unos 150 kms, que era la distancia que solían recorrer las locomotoras de un depósito) hizo que la población de Móra la Nova se convirtiera en un centro de actividad ferroviaria. Fue el empresario Francesc Gumà que, con la idea de unir a Barcelona y Madrid con un ferrocarril, y aprovechando que tenía ya comprada un parte de la vía de Aragón decidido que económicamente salía mejor que la unión de esas dos ciudades pasara por Zaragoza, para ello fue creando diversos trayectos, donde en 1891 se terminó el trayecto de Marçà-Móra la Nova, y que luego seguiría ampliándose. Es por ello que nosotros hemos empezado la mañana como si estuviéramos en los años de 1890, recordando el origen de esta estación, que además su historia está vinculada con mi ciudad. El paseo de un sitio a otro por la mañana nos aportó momentos de recreación, pero si solo se va a ver el museo no es que sea un paisaje espectacular, todo depende a lo que se va. De camino al edificio del museo vimos el trenecillo que se mueve entre el edificio del museo y mitad del museo, así que montamos para llegar en tren hasta el edificio central del museo. Entramos al edificio que tiene tres plantas, la más interesante para mí fue la segunda planta donde se muestran una serie de objetos ferroviarios y recrean el despacho de un revisor de estación, con su teléfono, máquina de escribir, libro de registro, etc. Sin duda merece la pena echar un vistazo al edificio del museo, aunque sea pequeñito está cuidadosamente decorado con los objetos históricos. Y desde la tercera planta se tiene una vista de todas las vías y se ve hasta cocheras, por lo que pude ver que venían dos de las compañeras de recreación que iban a llegar en la mañana, cuando estábamos esperando que llegaran de repente se dieron la vuelta de nuevo a cocheras así que estuve con otros recreadores en el museo, disfrutando del lugar. Y así vi llegar a dos amigos recreadores que también llegaban por la mañana. Algunos de los visitantes estaban encantados con vernos, otros nos hacían fotografías, otros querían fotografiarse con nosotros, y algunos se interesaban por nuestros trajes, así que enseñamos más de una vez la ropa interior, y estaban encantados con ver los detalles. Los dos amigos querían ver el museo, y subí con ellos a la segunda planta, pero estaba abarrotada de gente, así que aunque pensaba acompañarlos como ya había estado tres veces en la misma planta decidí salir a la escalera a esperarlos, pero en la escalera también empezó a haber atasco de gente y al final salí del edificio a esperarlos fuera. Mientras estaba en ello vi que el resto iba a coger el tren que acercaba a cocheras para encontrarse con el resto del grupo, que si recordáis había comentado que se dieron la vuelta al poco de llegar al edificio, así que cruce las vías hasta el tren y busque al final del mismo al resto y esperé mirando por la ventanilla a ver si salían del edificio los dos amigos para que se unieran a nosotros en nuestra vuelta a cocheras a unirnos con el resto del grupo dispersado, pero al final el tren salió sin ellos, y cuando íbamos en el tren, mirando pro la ventanilla veo que el grupo que estaba en cocheras estaba volviendo al edificio del que nosotros nos alejábamos, esto parecía una película cómica, no había forma de encontrase. Estuve un rato mirando si volvía o no, pero no dejaban cruzar las vías del tren así que siguiendo los gestos de uno de los recreadores me dirigí finalmente hacia la zona de cocheras donde estaban los trenes antiguos, y ya de ahí no me moví. Una vez de pequeña me perdí en las ferias, y cuando me encontraron me dijeron que si me volvía a perder no diera vueltas buscando, sino que me quedara fija en el mismo lugar para que me encontraran. Visto el despropósito de idas y venidas con la que no hacia mas que desencontrarnos decidí quedarme ahí en la zona cercana a cocheras y en algún momento conseguiría ver al resto del grupo, y si había suerte incluso estar todo el grupo junto, cosa que nunca llegó a pasar porque cuando no faltaban unos faltaban otros, siempre había alguien en algún otro lado, eso sí, los visitantes del museo podían estar contentos ya que fueran donde fueran siempre había algún viajero del 1891 vagando entre las vías. En esta parte de cocheras se podía disfrutar de ver varios tipos de trenes, y así como ver algunos de ellos en movimiento (como la cuco), volviendo a la historia hay que tener en cuenta que Móra la Nova se convirtió en estación de 1ª categoría (única entre Reus y Zaragoza), y que por tanto tenía todo tipo de instalaciones. Cuando se convirtió en museo se trajeron dos locomotoras que son las que más atención llamaban, y con las que más disfrutamos nosotros, que eran “la bonita”  241F-2238, y la “cuco” de 1886. En esta ultima se montaron algunos de mis compañeros (el resto los despedimos, como corresponde a los viajeros de 1891) y es la locomotora de vapor en funcionamiento más vieja de las expuestas en centros museísticos catalanes y se apodan como “Cuco” por el balanceo que hacen cuando circulan por la vía. La “bonita” en cambio es una maquina de vapor de enormes dimensiones, y aunque cuesta subirse (con mis faldas y zapatos de 1891 fue imposible) se puede ver su maquinaria y el calor que desprende esa fuente de energía que es el carbón. Como buenos recreadores también disimulamos la estampa de huida de viajeros frente a un tren de vapor, y eso es algo que a algunos niños les gustó, porque hubo una familia que me pidieron que le hiciera una fotografía con la “cuco” y el niño se ponía en pose de correr como habíamos hecho nosotros. Aunque finalmente no pude encontrarme con ninguno de los desaparecidos más que unos minutos pasé un día entretenido, disfrutando del sitio y la gente, no sé luego si será así, pero sí que hubo quienes disfrutaron de vernos en el lugar, viajeros del 1891 que acompañan a los trenes. Fue un día largo, intenso, pero con el buen tiempo me dio hasta pena que se acabara cuando llego la hora de la comida y de irnos. No sé si habitualmente pasean las locomotoras y los trenes tanto o solo fue porque era la fiesta del tren. Si alguna vez coincide que podéis acercaros durante las fiestas del tren al museo y cocheras os lo recomiendo, lo único que eché en falta en la fiesta del tren es un poquito más de información ya que el lugar es muy grande y habría que informar a la gente de todo lo que puede encontrar ya que puede perderse información y hay mucho por ver y disfrutar. El lugar tenía bastantes familias con niños y es una pena que no estuviera todo algo más claro ya que es muy interesante y entretenido para pasar el día. Igualmente os recomiendo pasar por ahí cualquier día para disfrutar de los trenes que tienen, los amantes de este mundo disfrutaran como niños.

Visita: Diciembre 2021  


Video de la Cuco

Información para viajar: Museo del Ferrocarril

Paseo modernista por Barcelona - España

Paseo Modernista por Barcelona

Como decía en la entrada anterior del Palau Güell de Barcelona, el día empezó vestidos de modernistas para un paseo por la ciudad con mis amigos de Nautilus. Primero quedamos en el café de la Ópera aunque yo estuve desde las 10 y diez paseando por la rambla sin encontrarlo, después a las once fuimos de visita al Palau Güell. Y tras salir del Palau nos acercamos al café bar El Paraigua que conserva el estilo modernista y que tal y como estábamos vestidos era como viajar en el tiempo. El lugar es pequeño, como el antiguo Gran Café de Zaragoza que también era de estilo modernista y que han desmantelado durante la pandemia (una pena, siempre que tomaba algo me imaginaba ir ahí un día vestidos de época) pero no es tan caro como habíamos esperado, porque estos lugares suelen ser caros, además porque están céntricos, pero aunque no era barato no era caro tomando en cuenta todos los puntos anteriores. Ahí estuvimos como en las épocas anteriores, de tertulia. Nos sentamos junto a la puerta, que tiene un gran espejo y nos daba mucho juego y en la esquina del lugar se podían encontrar los baños y la antigua caja registradora. En la web del lugar hay fotografías dedicadas solo a la caja registradora, y a otros detalles modernistas. El lugar no fue originariamente un café, pero supieron aprovechar el estilo (readaptando toda la decoración de una tienda modernista fundada a principios del s.XX, dedicada a la venta de paraguas y abanico) creando un lugar con el ambiente de la época. Tras una buena tertulia salimos para dar un paseo por Barcelona. Me comentó Vany de Nautilus que éramos como ciertas personas (es que no recuerdo el nombre que me dio) que paseaban la ciudad embelleciéndola, nuestro paseo pasó por el árbol de navidad, el barrio gótico y la última parada de metro que conserva un cartel antiguo, ya que según me dijeron los han ido desmantelando todos (eso me suena de por aquí). Lógicamente en nuestro paseo algunas personas nos paraban, suele pasar cuando vas vestido de época así que, entre la ropa, el viento (no era un día muy propicio para el paseo de las señoras ya que todas íbamos con la mano en el sombrero agarrándolo (esto es importante dado que cuando salí del hotel pro la mañana me acerque a las ramblas a pie pero nada más pasar la plaza España se me voló el sombreo, afortunadamente, aunque la ropa no es la más propicia para correr, conseguí alcanzarlo. También se me desató el zapato tres veces (que con el corsé y sin bancos cerca era un poco complicado volverlos a atar), en fin, que luego es normal que no encontrara el café ese y pasara de seguir dando vueltas, me había estresado un poco nada más empezar el día. Por la tarde en cambio el viento fue un poco más tranquilo, aunque de vez en cuando tocaba agarrar sombreros. Y tras el paseo nos acercamos a comer en un lugar que, no sé si por azar o no, el interior no desentonaba con nosotros. Comimos bien y a buen precio (o igual es que Zaragoza se ha puesto muy cara) y sin darnos cuenta ya eran las cinco de la tarde, el día se había pasado volando, pero lo cierto es que echaba de menos pasar tiempo con los amigos de Nautilus y ya se sabe, que cuando uno se lo pasa bien el tiempo pasa volando. Muy amigablemente me acompañaron en metro hasta la estación de tren, dado que la verdad, ya estaba un poco perdida. Demasiado tiempo sin volver por Barcelona. Una cosa interesante es la cantidad de rincones acordes al modernismo que se encuentran por Barcelona, lastima que en Zaragoza decidan echar abajo todo lo modernista que nos quedaba. No sé si habéis leído mis entradas del Modernismo en la margen izquierda del Ebro en Zaragoza pero en uno de los lugares que se conservan van a poner un gimnasio, así que veremos cuando destruyen en el proceso. Seguimos sin aprender.

Visita: Noviembre 2021 


Información para viajar: pendiente

Barcelona - España

Palau Güell de Barcelona

Cualquier excusa es buena para volver a viajar, y la verdad, el tren iba lleno tanto a la ida como a la vuelta, así que la gente no se está quedando en casa, aunque hay que tener en cuenta que a la ida fui en el Avlo, que es el low cost del ave y excepto que no hay tanto espacio para equipaje pro el resto es muy parecido, y siempre es mejro que el autobús sobre todo a esos precios (7 euros). Llegue a Barcelona con tiempo para quedar en el Café la Opera antes de visitar el Palau (donde había quedado con los amigos de Nautilus al conservar el interior del estilo modernista) pero he de reconocer que no fui capaz de encontrarlo así que me dediqué a recorrer la Rambla de arriba abajo como media docena de veces hasta que me cansé y dije, no sigo dando vueltas arriba y abajo. Si el bolso que llevaba no fuera tan pequeño podría haber sacado el móvil, pero el móvil estaba guardado en la faltriquera bajo el vestido para solo emergencias, y lo saque un par de veces, pero no conseguí coger las llamadas cuando sonaron ni llamar cuando lo tuvieran a mano, así que con este desencuentro dejé la reunión en el café de lado, porque me estaba empezando a cansar de dar vueltas. A las once teníamos la cita para coger las entradas y visitar el Palau Güell, he de reconocer que pese a las veces que he ido a Barcelona ninguno había llegado a visitarlo (ni saber de este sitio). La puerta de acceso es gris y si no te fijas puede pasar desapercibida, pero si la miras con detalle se ven los elementos que identifican el lugar, son de hierro forjado y dos serpientes forman las letras E y G, aludiendo a Eusebi Güell dueño de la casa. El primer sitio que se visita nada más entrar es el sótano donde se encuentra el antiguo establo y unas caballerizas a las que se accedía a través una rampa suave a los caballos y de una rampa pavimentada con guijarros, utilizada por las personas. Lo más incomodo es la rampa en sí, pero está abierta y te permite ver detalles de la casa. Esta zona está cubierta de ladrillo, techos abovedados, y poca luz. En el patio exterior que da a la rampa se pueden ver algunas decoraciones, que, aunque sea zona de caballerizas, no deja de mostrar esos detalles para hacer gala de la riqueza de los señores de la casa, como dos de las argollas con forma de unicornio utilizadas para atar a los caballos. Volvemos sobre nuestros pasos y acabamos de nuevo en la entrada de la casa con una gran escalera de honor de acceso, eso sí, una vez subas la casa va a ser un completo laberinto, no sé cómo podían vivir ahí. Esta escalera conduce a la planta del entresuelo donde estaba el despacho de negocios, un archivo y la biblioteca del palacio, al final de la escalera hay una vidriera con los colores de la Corona de Aragón que hoy son los colores de la bandera catalana (aragonesa, mallorquina y valenciana). Las paredes de la casa son de un tono gris y un material muy oscuro, con lo que o gastaban mucho en iluminación o no paseaban mucho por la casa. Después de acceder al vestíbulo hay otra escalera de honor de piedra que nos lleva a la planta noble. Esta escalera te lleva a un ventanal que da a la calle que daría más luz si no estuviera cerrado por unas columnas, pero no más llamativo de esta zona son los techos de madera, su artesanado es muy elaborado y todo el recorrido por esta planta me recordó a los palacios de los reyes católicos donde uno se dedica a mirar al techo y su laborioso artesanado ya que es lo más impresionante. Ciertamente en esta planta el techo no es lo más impresionante pero aún así no hay que perder de vista el techo, porque junto con el resto de elementos (paredes, ventanas, y demás elementos decorativos) crean un autentico palacio de lujo. Por eso de toda la casa la planta noble es la más espectacular del Palau Güell. En la antesala hay unas bonitas vidrieras de cenefas inspiradas en diseños ingleses, la primera sala donde entramos en la sala de confianza, utilizada por la familia como lugar de reuniones y tertulias y el lugar donde las hijas de la familia tocaban el piano, que no sería, supongo, el que está en la sala. Al fondo, tras un cristal, se encuentra la sala de fumadores con una gran mesa y armario para guardar lo licores, pero no veo que se pueda entrar a verlo de cerca. También está la sala de visitas, el tocador para las señoras que ahora está vacía, que además da acceso a través de la sala de los pasos perdidos al salón central. La visita al Palau Güell vale la pena por esta sala que se utilizaba como espacio para dar conciertos. Las visitas se situaban en este salón central junto al escondido teclado del órgano a la derecha y un piso más arriba se disponían la orquesta y las corales. Mientras estas dentro (cada media hora) escuchas el tono del órgano, aunque cuesta verlo a primera vista debido a la decoración de tonos dorados y marrones. Los tubos están visibles pero muy arriba y consigues verlo cuando te das cuenta de la cúpula estrellada en el techo. Hay muchísimos detalles en esta sala, te recuerda un poco al barroco por lo sobrecargado del lugar, pero igual que el barroco es impresionante la cantidad de elementos y detalles bonitos que adornan las estancias. Desde esta sala se suben unas escaleras hasta las estancias matrimoniales, y resto de dormitorios, aquí la mayoría de las salas están vacías, algunas conservan algún mueble, pero no muchos, lo que contrasta con la belleza de las otras salas. Subiendo otro tramo de escaleras, estas más estrechas, que entiendo serán del servicio, se encuentra una sala vacía donde, coincidiendo con nuestra visita, se exponen trajes que usó Montserrat Caballé. Un extra en la visita. Y una vez recorrida la sala volvemos a las escaleras (es como una media luna) y vuelta a subir por ellas y llegamos a la terraza. Allí encontramos varias chimeneas y una aguja central con elementos construidos con un estilo y unos materiales que Gaudí repetiría en otros sitios de la ciudad y que identifican completamente a su creador. Con solo verlo sabes que es algo hecho por Gaudi. Algunas parecen guerreros y otras son formas más propias de la naturaleza, desde aquí se puede ver la catedral y los tejados de una gran cantidad de la ciudad. Recorrí la casa dos veces porque, la verdad, perdí al grupo de Nautilus, así que una vez vista la casa volví al centro de partida y rehíce el camino de nuevo. Cuando digo que tiene una estructura complicada no me quedo corta, puede ser un laberinto difícil de seguir, pero lo bueno es que me la vi dos veces, pro a la segunda vuelta conseguí encontrar al grupo y ya fui con ellos de nuevo hasta la terraza, y luego ya bajamos las estrechas escaleras hasta la puerta principal. Es curioso, pero cuando bajas estas escaleras (dos veces en mi caso) te parece que hay muchas plantas que las que te ha parecido subir, dada la estructura del lugar. Es, sin duda, una casa rara. Al salir de la casa nos encontramos con un grupo de japoneses que estaban rodando un documental sorbe Barcelona para la televisión japonesa y que nos preguntó si nos podías grabar, hay que recordar que íbamos vestidos de la época modernista, que no es lo habitual para ver. Sigo contando esta escapada en otra entrada aparte, dedicada más a el paseo y encuentro vestidos de época que a la visita del Palau Güell. Por cierto, normalmente la visita son 12 euros pero por el covid nos salió a 5 euros, así que si puedes hay que aprovechar esta oportunidad.

Visita: Noviembre 2021 

Mis imágenes: album de España &  Instagram 

Información para viajar: Palau Güell

Jornadas Históricas 1800 Tarragona - España

Jornadas Históricas 1800 Tarragona

El fin de semana eran las Jornadas Históricas de Tarragona 1800. Desde L’Arboç estaba pendiente de ir a estas jornadas, y aunque al sábado por la tarde no llegaba porque quería terminar de ver la ciudad, si fui a la salida de las jornadas, a esperar en la puerta (junto con un periodista) a que acabara la charla para ver a mis amigas de Nautilus. No tengo apenas fotografías de las jornadas porque me lo pasé tan bien con la compañía que no caí en nada más. Solo estuve en la charla sobre moda femenina del domingo pro la mañana en Casa Canals pero para el tiempo que había me pareció muy completa y detallada, y todos figurantes participamos. Luego además tuvimos tiempo de tomarnos fotos con aquellos que lo querían, y pude ver la Casa Canals, así como la terraza, con unas vistas increíbles, y la terraza con los músicos de época. Debido al covid hay restricción de aforo por lo que no pudo ir todo el mundo que quisiera, esperemos otros años pueda ir más gente. La gente también nos preguntaba al vernos por la calle pero claro, las jornadas ya habían acabado. La presentación de vestimenta femenina empezó con la ropa interior y luego con los diversos vestidos; de día, de visita, de baile, de corte. También se vieron telas, zapatos, chaquetas, abrigos, sombreros, escotes, y hasta sombrillas (nada de sombrillas con encaje de Battenburg). Me encantaría poder comentar más pero me lo pasé tan bien que no puedo describir todo con detalle, pero animo a quien le interese que visite las jornadas del próximo año. Siempre se aprende algo nuevo.

Visita: Noviembre 2021 

Mis imágenes: Pendientes

Información para viajar: Jornadas Históricas Tarragona 

Tarragona - España

Tarragona

Estuve en Tarragona dos días y medio, pero de visita solo un día y medio porque el otro estuve en las jornadas históricas de Tarragona 1800. El caso es que en un día se pueden ver los puntos más importantes de la ciudad, pero si se tiene más tiempo se pueden ver muchas más cosas de la ciudad. De Zaragoza fui en tren a Camp de Tarragona y en vez de coger bus, pro tema de la maleta grande y comodidad, cogí el taxi. Menos mal que el ave me salió a 8 euros porque el taxi son 28 euros. Camp de Tarragona y Tarragona no están precisamente cerca y si uno piensa coger el ave para visitar Tarragona, buscad ofertas o excluid la comodidad, ya que ambas cosas no son compatibles. Lo bueno del Ave es que en una hora estas ahí, lo que significa que salí el sábado a las 9 y a las diez y media ya había dejado la ropa colgada en el armario de la habitación y salía por la ciudad de turismo. Me aloje cerca del paseo de España por lo que tenía como primer punto de pasada el balcón del mediterráneo. Para llegar al balcón hay dos formas, por la manera tradicional que son unas escaleras en la muralla y por la más actual que es una larga y rampa curvada, que lo hace más largo, pero muchísimo más cómodo porque no hay elevación ni escaleras. De ambas maneras acabo llegando al balcón del Mediterráneo que da a la Rambla Nueva donde hay varias terrazas donde desayunar, comer, y lo que se tercie. Desde el balcón del Mediterráneo tenemos una vista de la playa del Milagro y el anfiteatro romano. Tomando el camino de las palmeras acabo frente al a Torre del Pretorio y el circo romano, la primera visita con entrada. La entrada al circo romano se encuentra escondida tras los muros que se conservan en pie, ahí me explican los monumentos visitables y me dan un plano de la ciudad (aunque yo ya llevaba). Cojo la entrada combinada (que es la más rentable si se pretende ver más de dos monumentos) aunque me avisan que la Casa Canals está cerrada a turismo por unas jornadas históricas, lo que ya sé ya que estoy inscrita en la reserva de las jornadas. El recorrido por el circo está marcado para entrar por un sitio y salir por otro, como no hay mucha gente me tomo mi tiempo para ver todos los detalles. Primero se sube por las escaleras que llevan a los asientos que nos da una vista de la arena y los pasillos de acceso a la misma. Desde aquí podemos ver la torre de los monjes que fue construida en 1300 como defensa de la ciudad frente a las entradas por el mar, y es que en Tarragona aprovecharon todas las construcciones anteriores por lo que hay muchas casas y lugares construidos con muros romanos. Bajamos por el mismo sitio y seguimos el camino visitando diferentes túneles y zonas del circo romano, como la zona para las carreras de cuadrigas y caballos, que nos conectan con la Torre del Pretorio. La torre consta de tres pisos, y el segundo es la salida del circo (creo que antes del covid se podía entrar por ambos lugares, pero ahora mismo hay una entrada y una salida, creando un recorrido único para no cruzarse). En la torre tenemos la primera planta que nos da una vista a otra entrada del museo, ahora no usada, y cuyas piedras y estructura me recuerda a otros lugares como Egipto, qué maravilla que hayan conseguido conservar tanta altura de estructura. La tercera planta es la terraza de la torre del Pretorio donde tenemos una vista de la ciudad donde destacan dos elementos: el anfiteatro romano junto al mar, ya que desde que aquí se ve su curvatura semicircular, y la catedral de Tarragona, que sobresale sobre el resto de edificios ya que se construyó a posta en lo más elevado de la ciudad. Esta torre, como la otra, se construyó en la edad media adosada a las ruinas romanas del circo, aprovechando ya la construcción anterior (siendo incluso un palacio de los reyes de la Corona de Aragón). Y llegando a la segunda planta tenemos las almenas y una escalera para bajar y salir del reciento. Lo lógico si se mira el plano es que después del balcón del Mediterráneo hubiera hecho el anfiteatro, y de ahí al circo, pero hay un motivo por el cual no lo he hecho así. Al ser invierno los horarios son más ajustados y las casas Castellarnau y Canals cierran a las dos y media. Habiendo llegado a las diez y media y con el tiempo que me tomo en ver los lugares si estoy sola podía implicar que no llegara a ver la casa (cierran el acceso media hora antes), así que primero tome el circo cuya salida da a la plaza del Rey y desde ahí se coge una calle que me lleva directa a la Casa Casternalleu, y he de decir que fue muy inteligente no excluirla de la visita, porque es impresionante. Sin duda una parada obligatoria, aunque no en todos los sitios la comentan. Pues como decía salí del circo a la Plaza del Rei, ahí podemos encontrar el Museo Nacional Arqueológico de Tarragona, que no sé por qué estaba cerrado, y las iglesias de Natzaret y de la Trinitat que estaban abiertas mostrando las esculturas de la procesión de semana santa (de forma gratuita). Tome la calle para llegar a la Casa Casterllaneu, desde fuera no dice mucho, pero por dentro es una pequeña maravilla. Aunque no muy grande la casa conserva los muebles y la decoración de la época modernista. Cuando entré estaba terminando una visita teatralizada en el patio de la casa y lo que hice fue verme el interior yo sola sin nadie alrededor, y cuando acabé bajé a ver el pequeño patio de la casa que ya estaba vacío. Aunque si vi turistas en la ciudad es cierto que la mayoría de las visitas las hice completamente sola. En la casa se pueden ver los dormitorios con las camas, los armarios, espejos, también se puede ver la cocina, con la chimenea y la despensa, así como la botica de la casa en el piso superior. Luego está el saloncito, el salón principal con sus pinturas en el techo, las lámparas y espejos, y la sala de billar. Aquí hay que mirar a todos los lados, laterales, muebles, suelos, techos, todo está lleno de detalles. Sobre todo me fijé en el suelo de la sala de billar ya que en la Casa Solans de Zaragoza también está esa sala con un pequeño resto de suelo (nada comparable con la de Tarragona que es un pequeño tesoro que conservar). Tras salir de la casa me dirigí hacia la puerta del Roser para visitar las murallas romanas. Hay dos entradas y salidas de este paseo, y el que yo escogí es el menos frecuentado de entrada porque además de ir prácticamente todo el camino sola cuando me encontraba gente siempre era de frente, o sea, que venían de la otra entrada del paseo. Pero según el plano este recorrido era el más lógico para luego, donde acababa la muralla continuar hasta el anfiteatro romano que había dejado pendiente por tener un horario más amplio. El paseo alrededor de la muralla romana no está mal pero me decepcionó un poco porque no tiene nada especial como para cobrar entrada, pero como estaba dentro del lote al menos no pago los tres euros de la entrada en solitario. Como comentaba estuve prácticamente sola excepto por unos cuantos gatos, el lunes descubriría que Tarragona es colonia gatuna y están protegidos, así que los alérgicos a los gatos vayan preparados, porque no puedes escapar de ellos en la ciudad. El paseo de la muralla acaba en la puerta de San Antonio, aquí podemos encontrar otro de los miradores de la ciudad al Mediterráneo con el que disfrutar de las vistas, y al lado contrario se encuentra la parte trasera de la Casa Canals y otra serie de viviendas que aprovecharon la muralla romana para construirse. Voy bajando por el paseo de San Antonio que me lleva a la parte superior del Parque del Anfiteatro. Hay un ascensor para bajar, pero también se puede ir haciendo zigzag por los caminos del parque, lo bueno de los caminos es que tienes diferentes vistas del anfiteatro a medida que te acercas, el inconveniente el que a veces son laberintos sin salida y si tienes prisa es un problema, y así lo bueno del ascensor es que es más rápido y te deja en el camino recto al anfiteatro, lo malo que te pierdes el paseo por los diferentes rincones. Yo hice ambos por eso lo comento. La entrada al anfiteatro está algo más metida por lo que la verja del museo está abierta y la gente puede entrar y hacer fotografías desde arriba, y solo cobran la entrada si se quiere entrar dentro del propio anfiteatro. Como yo tenía la entrada combinada por supuesto entré, pero las vistas desde arriba antes de entrar son las que te permiten tener un panorama general del anfiteatro. Cuando uno entra en el anfiteatro puede ver de cerca los restos de las iglesias que se construyeron en el centro del mismo, así como los asientos del anfiteatro mientras se pasea por la arena del mismo, también se entrar y sale del mismo por la inmensa puerta de entrada a la arena, que como con el Circo romano no deja de ser sorprendente. Tras ver el anfiteatro volví al balcón del Mediterráneo para tomar la Rambla nueva, donde como he dicho antes hay varias terrazas, y paré a comer. Que todo este andar tiene que ser repuesto. Tras la comida continue el camino por la Rambla y antes de llegar a la fuente del centenario bajé por una calle que me llevó al Mercado Central, de estilo modernista, y otra plaza llena de terrazas y gente comiendo (como hacía buen tiempo – estuve llevando el abrigo colgando del bolso todo el fin de semana- las terrazas estaban llenas). En una calle cercana al Mercado central se encuentra la entrada al foro romano. El Foro romano conserva un par de columnas en pie que me recordaron a las de un aplaza en Atenas porque apenas son un par de resto, impresionantes por su altura, pero muy poca cantidad (Grecia me decepcionó por los pocos restos que quedan en pie), y el resto son cimientos de lo que había en el foro. Es otro de los lugares que tampoco son tan resaltables, pero como está incluido en la entrada, se amortiza y se ve todo: casas, cisternas, paseos y columnas. Tras salir del foro romano me dirijo hacia el teatro romano, el lugar está cerrado ya que solo hacen visitas guiadas los domingos, pero el domingo tenía planes que no incluían turismo así que me acerco para ver si se puede contemplar algo de las ruinas o está todo tapado. Afortunadamente hay algunas ventanas con rejas entre los muros que rodean el teatro y puedo ver las ruinas que se conservan del mismo. Tras ver el teatro romano subo hasta llegar a la Plaza de la Font, esta plaza es rectangular y de grandes dimensiones, y también llena de terrazas, aquí es donde puedo ver el Ayuntamiento de la ciudad con su fachada neoclásica. De aquí me dirijo hacia la calle mayor que me lleva hasta la catedral de Tarragona, donde no entro ya que he reservado una visita guiada para el lunes, que estoy medio día y es lo único abierto. Junto a las escaleras que llevan a la catedral están los pórticos de la calle Mercerias que, aunque antiguos, pasan desapercibidos. Desde aquí me acerco a la plaza del foro donde aparte de más terrazas se conservar un par de ruinas del antiguo foro romano. Desde aquí me acerco a la plaza de los ángeles donde está la antigua judería, aunque está llena de andamios y queda muy poco glamurosa para las visitas, y de aquí voy pro la calle que me lleva directa a la Casa Canals donde voy a esperar a que salgan de las Jornadas Históricas mis amigas de Nautilus (ya que no queda mucho para que acabe) para irnos a cenar. Una cosa que me sorprendió es que no hay muchos monumentos iluminados de noche en Tarragona, aunque con el precio de la luz, casi mejor no gastar en eso. Y del sábado pasamos al lunes, ya que el domingo vi la Casa Canals pero no hice nada más de turismo, por cierto, la Casa Canals tiene también su salón y salas muy bonitas, aunque está menso conservada que la otra casa. Y volviendo al lunes, me acerqué de mi alojamiento hasta la catedral y di un rodeo a la misma por las callejuelas es algo muy recomendable ya que hay restos romanos en algunas paredes, se ve el claustro de la catedral, el antiguo hospital gótico y la entrada la capilla de Sant Pau (que por tema de horarios no llegué a ver, como otros lugares más alejados de la parte alta de la ciudad – hay que priorizar-). Tras el rodeo a la catedral entré a pagar la entrada reservada y me puse a recorrer la catedral hasta la hora en la que viniera el guía, tuve bastante suerte por dos motivos, por un lago porque la visita no se canceló – solo éramos tres personas- ya que al ser temporada baja no todas las visitas salían, y que el guía era un recreador de las jornadas históricas e iba a tener una visita muy entretenida y didáctica. Como decía me vi el interior de la catedral antes de la visita guiada y, como en la Casa Castellarneu, estuve yo sola en la misma (los lunes no son días de turismo por lo que parece). Cuando llegó el guía descubrí que era Paco, el recreador organizador de las Jornadas Históricas 1800 de Tarragona. La visita consiste en la entrada y visita a la catedral y subida a la torre de la misma. Sin duda solo la subida a la torre vale el precio de la visita guiada. Eso sí, la subida se hace con varias paradas porque son 150 escalones y no es cuestión de matar a los turistas en cuanto llegan. En la subida se hacen tres paradas, la primera parada se puede ver la sala de mantenimiento del reloj que antes en la catedral nos ha enseñado el guía, la siguiente parada tenemos una buena vista del seminario y del mar Mediterraneo. De aquí subimos hasta donde se encuentran las campanas, aunque no es la última subida, la ultima la hacemos para llegar a lo alto del campanario, a aguardar a que toque la campaña las doce, y mientras disfrutar de la mejor vista de la ciudad, ya que es el punto más alto y se puede ver hasta el cabo de Salou desde aquí. Ningún otro mirador o torre tiene una vista igual. Tras el toque de campanas comenzamos la bajada para continuar la visita que termina en el claustro. Con la entrada puede verse la catedral, y también el interior del claustro, los muros del antiguo templo romano que se usó para la construcción de la catedral (algo muy habitual en esta ciudad) y el museo diocesano, así que cuando me despido de Paco voy a ver lo que me falta antes de salir corriendo hacia la estación de tren, donde comeré en una terracita antes de coger el Ave de vuelta a Zaragoza.

Visita: Noviembre 2021 

Mis imágenes: Album España I

Información para viajar: Museo Historia Tarragona 

Barcelona - España

Barcelona

Pues esta fue la primera vez que visité la ciudad condal, que posteriormente visitaría varias veces más, porque es una ciudad que a todo el mundo encanta, tiene un atractivo que la gran capital de Madrid, tan de los Austrias, no consigue alcanzar. Primero nos acercamos al barrio gótico, a la plaza del Rei. y luego vamos a la Vía Laietana que separa el barrio Gótico de la Ribera. Seguimos por la calle de la Bòira hasta llegar a la plaza d’en Marcus donde se levanta la Capilla medieval de Marcús.Seguimos por la calle Montcada y descendemos hasta llegar a Pla de Palau y el Paseo del Born. seguiremos el recorrido en dirección a la plaza d’Antonio López, donde se encuentra el histórico edificio de Correos, y subiremos por el barrio Gótico por la calle Fusteria y Regomir hasta llegar a la Plaza Sant Jaume. De ahí continuamos por la calle del Bisbe que pasa por el Puente del Bisbe y llegamos a la Plaza Nova donde se ubica la Catedral. Le damos la vuelta a la Catedral por su parte trasera siguiendo la calle Tapinera. Luego nos acercamos a la Sagrada Familia, solo para verla de fuera y ver sus andamios y su siempre interminable fila de turistas. Y así marchamos luego a ver el zoo de Barcelona, cuando todavía estaba Copito de nieve. No me gustan mucho los zoos pero tampoco los animales.

Visita: 1992 

Mis imágenes: pendientes 

Información para viajar: Pendiente 

Cambrils - España

Cambrils

A parte de la playa, que claramente visitamos cuando estuvimos en Cambrils, también pudimos disfrutar de su puerto deportivo y su faro rojo. Creo que aún hoy sigue en funcionamiento ese faro que resaltaba por ser de color rojo aunque hacia lo mismo que otros faros de color blanco, guiar la travesía de pesqueros y embarcaciones deportivas. El Faro rojo es donde puedes disfrutar de las increíbles vistas del puerto de Cambrils, a lo largo de todo el paseo podrás ver del recorrer marítimo de barcos y veleros y admirar la puesta de sol.

Visita: 1993  

Mis imágenes: pendientes 

Información para viajar: Pendiente

Cadaqués - España

Cadaqués

Ese año recurrimos algunos pueblos de la Costa Brava aunque solo recuerdo dos, uno de ellos es Cadaqués, un pueblecillo pescador. Ahí se puede dar un paseo por sus calles con las casas antiguas de pescadores que son tiendas artesanales o bares. De fondo se puede ver una montaña que corta el paisaje del pueblo de casas blanquecinas, con sus pequeñas calas y puerto. También por el pueblo se puede visitar la Casa Museo de Salvador Dalí, la Iglesia de Santa María y el famoso Museo de Cadaqués, aunque lo recuerdo es que la casa de Dalí se me hizo poca cosa para ser un pueblecito tiene bastantes lugares que ver y rincones que pasear.

Visita: 1990

Mis imágenes: pendientes 

Información para viajar: Pendiente 



Presentación

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