Salimos de Saigon dirección al delta del Mekong, el trayecto dura bastante pero el guía nos comenta que desde que crearon un puente para cruzar el río el camino es más rápido que antes. En el camino vimos un accidente de tráfico. El primer accidente, de motos, y con sangre, según el guía llevaban cascos para multas que son cascos solo para evitarse la multa pero que no hacen nada si te caes. Enseguida se nota que estás en el delta porque la vegetación a los lados de la carretera es más verde. El guía nos llevó hasta el embarcadero donde un barco nos esperaba, para llegar ahí tuvimos que ir a través de una antigua fabrica de ladrillos. El guía nos comentó que habían tenido que dejar de trabajar porque se había prohibido, no recuerdo exactamente el motivo de ello. Nos montamos en el barco donde nos ofrecieron agua de coco (me gusta el coco pero no el agua de coco) y zarpamos enseguida. Los barcos del delta llevan todos ojos pintados en la proa, según dice el guía porque así ahuyentan a animales como los cocodrilos haciéndose pasa por animales más grandes.
No sabemos si es por eso o por tradición, pero todos los que vimos tanto en el delta del Mekong como cuando fuimos por Can Gio llevaban los ojos pintados. Tuvimos un paseo por el delta donde ver los palmerales y los diferentes tipos de cocos que existen. El río no solo está amarillo, sino que además está poco limpio, pero hay rinconcito donde el paseo tiene un poco de encanto, tampoco mucho pero no esperaba mucho de esta excursión. Después de un paseo nos pararon en una granja de cocos. Bajamos del barco y recibimos una explicación y muestra de como recolectan los cocos, los abren, secan el coco, se saca la carne y se pasa por varias máquinas hasta que se logra extraer la leche de coco. Luego lo cocinan y elaboran unos caramelos de coco y miel.
Mientras algunos se dedicaban a comprar tras la explicación yo me puse a recorrer el lugar, había un sitio con muchas abejas y es que vendían también miel, pero con las abejas pululando por ahí, así como tenían bebidas reconstituyentes hechas con pájaros muertos y serpientes. Algunos del grupo se bebieron un chupito de ese líquido, pero con tanto bicho muerto a saber lo que tiene, hace nombre a la frase de lo que no te mata te hace mas fuerte, no hay duda. Después de ellos nos llevaron a una huerta familiar en la que nos esperaba una degustación de fruta típica del delta con sal y picante y nos acompañaron con música y bailes típicos de la zona para luego pasar la bandeja de propina.
De ahí volvimos al barco hasta llevarnos a tierra donde montamos en los coche-moto, en el que montamos salió rapidísimo y se puso en primer lugar, y con esas motos nos llevaron a otro rincón del delta donde nos subimos a unas canoas para dar un paseo por el delta por un canal más estrecho y sin duda más bonito que el gran río. El paisaje era bonito, un canal estrecho rodeado de vegetación tropical. Tras el paseo en canoa nos llevaron andando por los huertos del delta hasta un restaurante en medio de los huertos donde paramos a comer y donde nos dieron lo que llaman “oreja de elefante” que no es más que un pescado de río al que llaman así. Tras la comida volvimos a los mote-coches que nos llevarían de vuelta al autobús para regresar a Saigon.
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