Tras un pequeño conflicto la noche anterior para conseguir descubrir a qué hora nos recogían para el tour a los tunes de Cu chi al final conseguimos descubrir que nos recogían a las doce así que teníamos tiempo de sobra para ir andando desde nuestro hotel a la Pagoda del Emperador de Jade, uno de los principales lugares de culto chino que ver en Ho Chi Minh City. En el interior están prohibidas las fotografías así que poco puedo mostrar, pero es una visita que vale la pena. La pagoda está dedicada al dios taoísta, el Emperador de Jade o Rey del Cielo, y es muy diferente a como son el resto de pagodas y templos que visitamos. El camino hasta ahí esta lleno de edificios que lo único que tienen de interesante es la estructura de algunos, siendo el tipo edificio de planta alargada, apenas aceras y gente jugando al go, comprando, comiendo, así hasta llegar a un parque. Justo estaban asfaltando la acera que rodeaba el parque así que giramos y entramos en el parque, con enormes árboles y sus raíces, gente corriendo, jugando al baloncesto, una ciudad normal. Realmente no era mucho tiempo andando, nosotras hemos andado mucho más otras veces, pero con el calor que hacía empezamos a agotarnos y no veíamos el fin (sobre todo al estrés de cruzar las carreteras teniendo en cuenta que aquí las señales de tráfico y los semáforos no valen nada).
Cuando ya nos íbamos a dar por vencidas y dar vuelta atrás conseguimos encontrar la calle en la que esta la pagoda. Un par de turistas con un guía salían de ahí. En su entrada encontramos un viejo árbol que extiende sus ramas por toda la terraza, un patio con jardín y al final un estanque con peces. Había leído que también hay un estanque con tortugas, pero no lo vi. Si que antes de entrar al templo vimos una flor de loto florecida y grande. Nos descalzamos y entramos a la pagoda, primero hay como una tienda donde venden comida y bebida para las ofrendas, hasta ahora todo normal, pero luego a medidas que avanzas y llegas a las salas podemos descubrir que tiene muchas diferencias con respecto a los templos visitados. Como no es fin de semana no hay mucha gente, pero aun así nos quedamos calladas observando como ofrecen la comida y echan aceite en las velas como ofrenda, así como impresionadas por las gigantes tallas de madera. Tanto las esculturas como las costumbres de la gente que va a ir nos demuestran que este lugar es más interesante y diferente frente al resto de pagodas. Un lugar único que recomiendo visitar si estás en Saigon. En la pagada del emperador de jade tenemos la sala de los Diez Infiernos representando el sufrimiento que espera a los pecadores en el infierno en tallas de madera y al fondo, el Emperador de Jade, flanqueado por los Guardianes Demonio Gigantes. Hay pasillos que te llevan a más salas, en una estatua de Thanh Hoang, rey de los infiernos, montado en su caballo rojo y otras el salón de las mujeres, donde van las mujeres va a pedir fertilidad. Todo esto lo aprendí antes de entrar a la pagoda ya que fuimos sin guía, pero aún sin explicación el lugar es único.
Las tallas de madera y las figuras del lugar impresionan, pero cuando entras a los pasillos y llegas a la sala de las mujeres, ahí también hay tallas, pero lo más curioso (la información la leí después de haber ido y no antes) fue ver a las mujeres orando moviendo las manos como echándose el aire hacia ellas junto a la figura de un caballo y tocando luego una campana. Nuestra suposición, dado que en esa sala había mas mujeres que en las otras salas, es que el motivo de su oración y gestos extraños para nosotras era para la fertilidad (y luego en internet pudimos confirmarlo). Supongo que habrá algunos turistas que harán fotografías (en internet hay algunas) aunque ahora esté prohibido, yo si hubiera visto al menos una persona haciendo fotos, aunque de tapadillo, pues igual hubiera hecho alguna pero cuando fuimos toda la gente eran creyentes, así que nosotras destacábamos mucho (igual en otro día hubiéramos pillado más turistas pero así, aunque más cohibidas, se veía todo más real) por tanto fuimos rigurosas con el prohibido fotografías en interior. Tras salir de la pagoda descansamos un rato en el patio de la misma a la sombra, porque hacia un calor horroroso, y finalmente regresamos sobre nuestros pasos para volver al hotel. Y como nuestro hotel estaba cerca de la plaza con la estatua del monje budista que se inmolo pues aprovechamos para ir a ver la plaza y luego regresar para nuestro tour a los túneles.
Comentarios
Publicar un comentario
.