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Ceremonia del Cañonazo de La Habana & vista nocturna - Cuba

Ceremonia del Cañonazo de La Habana

El motivo de esta visita es que no solo se va a ver el cañonazo sino que la visita incluye vista del anochecer desde la fortaleza de los tres reyes del morro, vista del mirador del Cristo de La Habana, el museo al aire libre de la armamentística de la batalla de playa Girón, visita a la fortaleza de San Carlos de la Cabaña y sus museos, y vista de la ceremonia del Cañonazo. Es decir, no pagas por solo ver la ceremonia, al menos no con la agencia que nosotros contratamos. En nuestro caso no hicimos la fortaleza de los tres reyes del morro porque por logística con nuestro circuito contratado desde España empezamos el tour 1 hora más tarde de lo usual (también nos costó menos, dado que se paga por horas). Nos recogieron en el hotel, puntales, aunque llegaron antes y se les ocurrió escribirnos por wasap. El wifi en Cuba es de pago y solo en algunos sitios, y los precios de habilitar los datos no son para nuestros bolsillos así que decidimos viajar mucho más desconectadas que de costumbre. El móvil solo usábamos para enviar un mensaje de los de texto a España para dar señales de vida a la familia. El aso es que como no teníamos internet no recibimos el wasap. Los últimos días en La Habana si compramos las tarjetitas de un euro por hora para usar en el hotel, pero solo porque ya habíamos tenido bastante de noche por La Habana. Pero volviendo a la excursión, la hicimos en un coche clásico americano cerrado, al principio eso de no tener cinturones de seguridad se te hace complicado, pero luego ya te adaptas tan bien que cuando llegamos a Madrid tenía que mirar a mi amiga con cara rara hasta que se acordaba que tenía que ponerse el cinturón. Tomamos el coche para cruzar el túnel subterráneo construido en los años cincuenta que une la Habana vieja con las fortalezas. Nuestra primera parada es el Cristo de La Habana, esta escultura de mármol de 20 metros de altura, se haya al otro lado de la bahía de La Habana y representa la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Como curiosidad, la escultura tiene los ojos vacíos y sandalias en los pies (no lleva los pies descalzos). El Cristo no es que diga mucho pero es un fabuloso mirador de la ciudad de La Habana. Apenas hay un par de personas ahí porque lógicamente es de noche y La Habana de noches es una ciudad con muy poquita o casi nula luz (menos mal que hay luna llena esta noche y que los móviles tienen linternas). Desde este mirador a los pies del Cristo tenemos enfrente el castillo de la real fuerza, y por tanto se tiene una vista de toda la bahía además del Capitolio que hoy tiene su cúpula dorada iluminada. La mejor vista nocturna de la Habana la encontraras en este lugar, pero es complicado ir por tu cuenta de noche, por eso los tours del cañonazo que te incluyen estas visitas son interesantes. El guía Vladimir nos comenta que las láminas que adornan la cúpula son de oro regalo de Rusia. Al lado del Cristo está la antigua comandancia del Che pero como es de noche apenas se puede ver la casa. Cogemos el coche y nos acercamos hasta la zona donde se encuentran una serie de tanques y aviones de combate, al lado hay una taquilla nada iluminada (pero que el guía nos va iluminando con la linterna de su móvil) para poder ver la crisis de Octubre cuando la batalla en playa Girón y el triunfo cubano sobre la armada estadounidense (estos cubanos son muy patrióticos, a todos los escuchas hablar de ellos y su país como si fueran los mejores del mundo-y tuvimos diez días de ello-). De aquí nos dirigimos a la fortaleza de San Carlos de la Cabaña. No había nadie en la zona de taquillas para entrar en la fortaleza y un cubano le dijo al guía algo, así que entramos en uno de los primeros patios de acceso y ahí nos dijo que le habían ofrecido que si queríamos entrar con un “guía” aparte pagando la mitad de la entrada. Estas cosillas, como las propinas, es como los cubanos se van sacando su dinerillo, porque conseguir dinero en un país comunista donde no existe la propiedad privada tiene su miga (y eso que uno de los guías en Trinidad nos dijo que ahora los cubanos ya podían venderse casas entre ellos-el extranjero por ahora nada-). Una vez dentro aprovechamos para visitar la iglesia de la fortaleza, pero el guía al ver tanta gente nos comentó que si preferíamos acercarnos a las murallas a ver la vista y coger buen sitio para el cañonazo y ver los museos de la fortaleza después. Según nos dijo fue el día que más turistas había visto en la ceremonia. Al parecer con eso de los 500 años había aumentado el turismo esa semana. La vista desde la fortaleza no está mal pero al estar más arriba no se ve con tanto detalle el castillo de la real fuerza y la iluminación de la ciudad ya se sabe, eso sí, se tiene una perspectiva perfecta de la forma de la bahía y como antiguamente era un sitio estratégicamente idóneo para evitar el acceso de los piratas y los ingleses. Aquí vimos a una mujer vestida de blanco que llevaba un paraguas/sombrilla abierto, de día con lo fuerte que pegaba el sol de Cuba no nos extrañaba, pero de noche y sin lluvia no entendíamos que hacía la mujer. El conductor de nuestra visita a Las Terrazas nos lo explico, forma parte de la tradición de la Santeria, la religión principal de Cuba por lo que vimos. Esperamos hasta comenzar la ceremonia que consiste en una recreación (algo más espectacular para el turista) del cañonazo que históricamente se hacía a las nueve de la noche desde la fortaleza y que avisaba a los ciudadanos de La Habana que iban a subir la cadena que unía el castillo de los tres reyes del morro (un Conjunto de edificios defensivos ubicados estratégicamente en la entrada del canal utilizados en el pasado para proteger la ciudad de piratas e invasores) y el castillo de San salvador de la punta, y que así evitaba al entrada de cualquier embarcación, grande o pequeña, a la bahía de la Habana. Tras el cañonazo la mayoría de los turistas se fueron y nosotras pudimos disfrutar de ver los museos, vimos primero el delas armas donde el guía nos comentó que siempre le habían parecido muy curiosas unas navajas españolas más grandes que unas dagas, casi como espadas (nunca las había visto así que no tengo idea de cómo y para qué había semejantes navajas) y luego fuimos al museo que guarda varios objetos usados a lo largo de su vida por el Che Guevara (como su mochila de medico) y fotografías con la historia de su vida de revolucionario. Es sorprendente como el guía, un chico joven, hablaba con orgullo del Che y se sabía todas sus acciones de guerra como si hubiera pasado ayer. En Cuba, entre esa obsesión por la esclavitud española a los africanos y chinos y la revolución del Che y Castro, a veces nos parecía que habíamos viajado en el tiempo, pero comentarios así no se podían escuchar en este siglo. Cuando terminamos de vernos toda la fortaleza montamos en el coche para cruzar el túnel y regresar a nuestro hotel pasando por un Capitolio completamente iluminado (y no sabéis lo mucho que nos costó verlo así en las siguientes noches), el Gran Teatro, y el hotel Inglaterra iluminados. Un tour nocturno muy completo, pues hay poco más que ver iluminado en la ciudad y muy recomendable por su vista nocturna desde el Cristo de La Habana.

Visita: Noviembre 2019

Mis imágenes: Cuba - cuaderno fotográfico

Video de la ceremonia

Información para viajar: Natural Cuba Travel
Natural Cuba Travel II

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