Hoi An
Con otro retraso de vuelo (esto ya se estaba convirtiendo en habitual) llegamos a HoiAn de noche y con lluvia. No llovía muy fuerte, pero si el calabobos, lluvia intensa y continua que al final te moja igual que un chaparrón. A mi no me sorprendió ya que cuando organice el viaje dejé fuera muchas cosas de ver en el centro del país (y razón por la que acorté el viaje en esta zona) porque muchos de los sitios que quería ver me respondían que en esa época estaban cerrados habitualmente porque era época de lluvias. Nuestro alojamiento estaba cerca del centro así que decidimos aprovechar lo que no parecía una lluvia intensa y salir enseguida para ver la ciudad de noche, no fuera que al día siguiente lloviera con más fuerza y fuera imposible. Lo de la lluvia y tener turismo debe ser habitual porque en cada habitación el hotel tenía dos paraguas para uso de los clientes. Cogimos los paraguas y salimos en cuanto dejamos las maletas, eran ya las nueve de la noche y los que buscaran cena lo tenían bastante pillado, pero nosotras solo queríamos ver la ciudad de noche. Nuestro hotel estaba cerca del río así que solo tuvimos que mantenernos andando al lado del río hasta el centro que se identificaba enseguida por la cantidad de luces que lo iluminaban. En el lado de la izquierda estaba lo que es el barrio antiguo de la ciudad y lleno de tiendas que ya estaban cerrando, en el lado derecho todo bares que ofrecían happy hours y música en directo (en inglés sobre todo) y me recordó mucho a la calle central del barrio francés de Nueva Orleans, o Benidorm si buscamos un lugar mas cercano. Recorrimos la margen izquierda y la derecha, pero en un lado solo nos vendían ir a su bar y mucha música estridente, así que fuimos por el otro lado, yo buscaba el puente japonés, pero no hubo forma de encontrarlo, al día siguiente descubriría por qué. El agua del río estaba al ras de los puentes y había zonas donde no había diferencia entre los charcos y el río y era claramente zona inundable que esquivar, nos metimos más por las calles del interior de la zona de la izquierda y encontramos casitas antiguas que ya nos fueron gustando más, luego nos enteramos que esa era la zona que se conservaba antigua, incluso visitamos una de esas casas, pero a esas horas de la noche solo estaba cerrado y tras buscar infructuosamente el puente japonés finalmente regresamos al hotel mientras veíamos la única barca con farolillos encendidos que estaba achicando agua (lo que no daba mucha confianza para montarse en ella). Empezamos la mañana con sol y nubes y nada de lluvia por el momento, eso eran buenos augurios y aunque durante la mañana hubo momentos de chaparrones nos pillo principalmente dentro de los sitios a visitar. Salimos en un tour con guía y reconozco que no hice siempre mucho caso al guía, así que si no recuerdo alguna cosa es normal (y la verdad es que Hoi an es una ciudad recomendable para visitarla por tu cuenta, pero bueno, hay gustos para todos). Para ser mas productiva aparte de un paraguas llevaba la capa de agua de cuando el camino de Santiago y MachuPichu y que tan bien nos ha venido en esas ocasiones. Hoi An fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su arquitectura única y su importante papel histórico como antiguo puerto comercial, como centro comercial tiene en su haber varias Asambleas. Nuestra primera visita es a Hoi quan Phuc Kien o Sala de la Asamblea Fujian. Las comunidades chinas que llegaron a Hoi An decidieron construir diferentes asambleas de reunión, donde poder negociar, conversar y mantener las tradiciones de su país. La de Fujian es la más grande de las cinco que se conserva y una de las más visitadas. Fue construida por el mil seiscientos y originalmente fue un templo dedicado a la estatua de Thien Hau o la diosa del mar, protectora de los marineros y pescadores. La casa parece un gran templo chino, con su gran patio, arboles y fuentes. Dentro del edificio lo primero que nos encontramos es una gran mesa, donde debían hacer las reuniones de la comunidad, a los lados hay cuadros de los dioses protectores y un patio central. Tras el patio está el altar custodiado por los dos guardianes protectores que, aunque son seres buenos que protegían, tienen aspecto de demonios. Luego tenemos a la diosa protectora de marineros y pescadores. La portuguesa que venía en el grupo me pregunto si no había notado que aquí eran mas “chinos” que en el norte, y es que hay mucho templo y casa china y no hablan con “rencor” mientras que en el norte se llevan un poco mal. Un guía en el norte nos contó que su abuelo luchó contra los franceses y los norteamericanos y que todavía tenía rencor pero que los de su edad tenían más rencor con China. Al parecer en el 2008 China movilizo su tropa marítima para hacerse con una isla en el mar de china que es de Vietnam y que los llamaron todos los hombres al servicio activo y que si no fuera porque un tifón obligo a los chinos a abandonar la zona igual entraban en guerra, y que en el norte había comprado todos los pasaportes vietnamitas a los lugareños y les había dado pasaporte chino y luego había reclamado que esa lugar era de China porque todos sus ciudadanos tenían pasaporte chino, o que tuvieron que poner fronteras con policía en el norte cuando con otros países no hacia falta porque China les iba quitando terreno así como quien no quiere la cosa. Entonces la diferencia entre el guía del norte y del centro al hablar sobre los chinos era claramente distinta. De aquí marcamos a el museo de cerámica de HoiAn. Se creó el Museo de Cerámica Comercial con la ayuda de expertos japoneses y que refleja vívidamente la ruta del comercio de cerámica en el mar en siglos anteriores, cuando Hoi An An era un lugar de encuentro para intercambios comerciales en el mar para los buques mercantes Este-Oeste-EurAsia-Europa. Aunque lo atractivo del museo es el lugar donde se encuentra; se trata de una típica casa de dos plantas con balcón de madera construida alrededor del siglo XIX. Aquí podemos ver el espacio general típico de la arquitectura de las casas antiguas en Hoi An; casa delantera, casa trasera y casa puente. La terraza se encuentra entre las casas delantera y trasera, con la cocina y el baño en la parte trasera. Se puede subir por las estrechas escaleras del patio entre la casa delantera y la trasera hasta la zona superior y salir a la terraza. Afortunadamente cuando estamos dentro de la casa empieza a llover y cuando salimos deja de llover. Si solo son estos chaparrones conseguiremos salvarnos de la lluvia. Ahora nos dirigimos a la Casa Tan Ky, una de las casas más antiguas, ya que fue construida a finales del siglo XVIII. Cuando llegamos la reconocemos por ser una de las casas que por la noche nos llamaron la atención (por fuera). El guía nos comenta que esta fue una de las primeras casas de Hoi An en ser considerada Patrimonio Nacional Vietnamita. Nada más entrar en lo que es la casa delantera te encuentras los altares familiares y varios muebles antiguos, esta es una casa donde se conservan bastantes muebles originales, y además en su construcción encontramos una mezcla de estilos chino, japonés y vietnamita. No os puedo explicar mucho más porque mientras el guía nos explicaba tuve que salir a la calle porque me daba un ataque de tos continuo. Al salir incluso unos turistas preocupados me ofrecieron si quiera agua. Como conozco mi tos alérgica dije que no, no era algo que calmar con agua. Cuando mejoré volví a entrar y la chica pensaba que me colaba sin entrada, y ale dije que estaba con el grupo pero al poco tuve que volver a salir otra vez con ataque de tos, lo que fuera que pusieran en la casa me daba alergia así que saque mi mascarilla FP4 me la puse y ya cuando volví a entrar a la casa ya no me volvió a dar ningún ataque de tos y justo ya estaban pasando pro el patio de camino a la parte trasera de la casa que tiene la salida directa al río, por lo que la parte final de la casa es un almacén donde la familia conservaba los productos con los que iba a comerciar, y que ahora era una tienda. En esa zona hay marcas de las diferentes inundaciones. Cuando dije que en esta época suele llover es que llueve de tal manera que el río sube y el agua cubre las primeras plantas de las casas, la riada mayor marcada en la casa que podamos ver fue el 6 de octubre de 1964.Y es que la marca del año apuntaba directamente bajo el suelo del segundo piso. Como digo tuvimos mucha suerte, más aún cuando el guía de My Son nos enseñó como había recogido a unos turistas hacia solo diez días (había tenido que ir en barca a recogerlos al hotel porque las calles eran ríos, y eso solo diez días antes de nuestra llegada). Y de aquí nos acercamos al otro punto de explicación y donde finalmente descubrí porque la noche anterior no conseguí descubrir el puente japonés. Para mi gran desilusión estaba todo oculto por unas pancartas y andamios ya que está en reparación y de noche esa zona está completamente oscura, por lo que entre que no se ve nada y que estaba todo oscuro, imposible adivinar que esa era la zona donde estaba el puente japonés. Este puente se creo que para unir el barrio chino con el barrio japonés y a través de la pasarela creada pasamos al barrio japonés. Entre los andamios se puede ver que del puente solo han dejado en pie los pilares de piedra, todas las maderas las han retirado. Una vez cruzamos al puente japonés tenemos tiempo libre para recorrer el casco antiguo de la ciudad. Hay muchos rincones de casas y templos chinos antiguos en Hoi An que se pueden ver, quizás porque he visitado ya en otros países templos y casas chinos estaba un poquito cansada de ellos (al final son parecidos) así que con un ejemplo en Hoi An tenía más que suficiente, por lo que simplemente paseamos viendo las tiendas y tomando un helado por el barrio japonés antes de irnos a comer. Después de comer teníamos una excursión a My Son porque ya me habían comentado desde España que la excursión al puente de las manos no era nada recomendable en estas fechas porque no se suele ver nada. Es cierto que no llovía (estábamos teniendo suerte en eso) pero las nubes no se habían ido (y como descubrimos otro día a los que fueron al puente de las manos no vieron nada, todo nublado. Como de My Son llegamos a Hoi An a una hora más decente que la noche anterior (recordad que las nueve de la noche en vietnam ya no es una hora decente) pues pedimos que nos dejen en el hotel para cambiarnos (bueno, yo no, mi amiga) y salir a ver la noche de Hoi An sin lluvia y disfrutar del mayor atractivo de la ciudad; sus linternas. Lo primero que vemos es que, aunque hay tiendas y mercadillos de comida, la diferencia entre la otra noche y esta es la gente, hay un montón de gente por todos los sitios: las calles y el río. El primer paso es conseguir buscar la forma de subir a una de las barcas de remos que te llevan pro el río. Subimos bastante rápido porque fuimos con unos españoles y la portuguesa y ellos iban luego a ver un espectáculo estilo los parques temáticos que hay por todas las partes del mundo. A nosotros nos daba igual correr que no. Nos dividimos en dos barcas y disfrutamos del paseo, bueno, lo de disfrutar es un decir, miramos el paisaje pero hay tanta gente en las barcas que casi estas pegado, mucho trafico pero eso no impide que encendamos la linterna de papel pidamos un deseo y la dejemos en el río para que flote (luego vas paseando por las riberas y te encuentras decenas de farolillos varados en la vegetación) y así cumplimos con el rito de vigor en este lugar irse de Hoi An sin haber lanzado una linterna al río sería como habernos ido de Shifen sin lanzar una linterna al cielo. Tras el paseo en barca el resto se marcha y nosotras paseamos por el casco antiguo y nos acercamos al mercado. Aquí hay tiendas de farolillos y con los charcos se crea una imagen postal de linternas iluminadas en dos lados. Puedes comprarte linternas y farolillos o pagar por hacerte fotografías o las dos cosas, y por el precio te vale la pena hacerte una fotografía. Los farolillos se introdujeron en Hoi An con la inmigración de los chinos y la integración comercial y cultural en vietnam y al final los farolillos se convirtieron en uno de los símbolos más representativos de Hoi An. Pero igual es porque es un auténtico punto de turismo, pero nos gustó muchísimo más Jiufen en Taiwan. Mi amiga dice que más original y es cierto que, aunque había mucha tienda y comercio no se puede comparar ni de lejos con lo que es Hoi An. En el mercado hay tanto souvenirs como comida así que nos cogemos unos pinchos de pulpo a la brasa y cerdo (hay pinchos de rana para los que les interese) y luego unos pinchos de fruta y estamos más que cenadas por la cantidad que ponen. Tras dar una vuelta tras tomarnos nuestros pinchos nos volvemos al hotel donde encontramos un altas con comida y agua, se nos había olvidado que era el festival de la luna llena del mes.
Visita: Noviembre 2023
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