Tuvimos la suerte de que los dos días fueron completamente soleados de un cielo azul brillante, por lo que pasear por la ciudad era la opción que tomamos en cuenta. Nuestro hotel estaba relativamente cerca del centro, una media hora andando por la calle peatonal de compras, pero por la mañana del primer día teníamos un tour con un guía local. Cuando pasamos por delante del parlamento camino de la isla donde está Glam Stam vimos a la guardia a caballo, nos comentó el guía que al día siguiente había un desfile pero que no sabía el motivo (ni horarios ni nada). Nuestra primera visita fue un paseo a pie por Glam Stam, como hay tanta callejuelas el guía nos aconsejo volver y perdernos un poco caminando (cosa que hicimos), el nos enseño un par de rincones, las casitas con las lámparas en las ventanas, la escultura de san Jorge matando al dragón y liberando a la princesa (la copia de bronce la original está dentro de la catedral), es curioso porque he visto muchos san jorges pero nunca a la princesa representada.
Tras dejar Glam Stam salimos en dirección a la isla que contiene el museo Vasa, este museo contiene el galeón hundido Vasa (estaba mal construido y apenas lo inauguraron se hundió), el barco es impresionante, y el museo en nuestra opinión es muy recomendable (nosotras nos hubiéramos pegado horas ahí). Nada más entrar te inunda el fuerte olor a madera, y te encuentras con un gigantesco barco de madera de varios pisos de alto. Como a los nórdicos les gusta poner tan poca iluminación, si no fuera por las hordas de gente que llenan en museo una fácilmente podría pensar que está en una película de piratas. Las naves vikingas fueron espectaculares pero este galeón era impresionante. El museo consta de varias plantas para poder ver los detalles del barco desde diferentes niveles, también hay varios objetos sobre el barco y como se consiguió recuperar en tan buen estado de dentro del mar y, aunque antiguamente se podía entrar dentro en los años setenta cerraron el acceso porque estaba estropeando la conservación de la nave (algo lógico). Aún así, solo verlo por fuera ya merece la pena. Cuando fuimos estaban haciéndole unos agujeros con taladro y no sabíamos por qué, el guía nos explicó después que al reconstruir algunas de las piezas recuperadas se pudieron clavos que se oxidan, para no estropear la madera estaba probando a quitarlos y poner unos nuevos de acero inoxidable (igual a lo que vi cuando estuve en Grecia y que se hizo con el panteón de Atenas, siglos en pie y al reconstruirlo se lo cargan poniendo varas que se oxidaron con el tiempo y hay tenido que reemplazar). Si se tiene tiempo una visita a este museo es imprescindible.
Tras la visita al museo abandonamos la isla y cambiamos de isla para visitar el interior del ayuntamiento donde se entregan los premios Nobel (menos el de la paz que es en Oslo). El interior de ayuntamiento es espectacular, es un ayuntamiento nuevo pero cada sala ha sido creada usando estilos antiguos que te dejan impresionado. Al principio te encuentras con un patio al estilo de los palacios venecianos pero a medida que vas avanzando de salas e encuentras con diversos estilos, ventanales al exterior para disfrutar de las vistas, murales al otro lado para que no deje de haber vistas, y techos decorados que parecen madera pintada aunque no todos lo son. La sala de plenos tiene un precioso techo de madera con estilo de barco antiguo puesto boca abajo, y pinturas relacionadas con el mar, otra sala tiene un estilo más tirando a Gaudi, y luego está la sala dorada, la más impresionante, que es de estilo bizantino, con sus paredes doradas llenas de imagines simbólicas de la historia de Suecia, y al fondo la dama del lago. Tras visitar el interior disfrutamos de su exterior, donde es gratis entrar y disfrutar de sus jardines junto al mar, y tanto dentro como fuera del ayuntamiento mirar hacia la explanada que da el mar ofrece una sensación de estar en Venecia.
Tras visitar el ayuntamiento volvimos a la isla de glam Stam para callejear y tomarnos un helado porque para ser septiembre hacía calor, y decidimos entrar al Palacio Real. Lo bueno de la visita al Palacio Real es que te separan las zonas para visitar de forma que la entrada te sirve una semana entera. Por lo que aunque solo quedaba una hora para el cierre lo compramos porque aunque solo viéramos una zona al día siguiente podíamos ver las otras, o las que nos diera el tiempo. Es cierto que, como os dijo el guía local, hay palacios más impresionantes por Europa o Rusia, las habitaciones reales (que es lo que vimos por la tarde) no tienen nada desdeñable, el único defecto es que le ponen poca luz.
Tras visitar los apartamento reales nos dirigimos hacia la isla donde se encuentra el el Ascensor-mirador Katarina, que es una estructura metálica al aire libre que fue construida en 1881 para unir la zona de esclusas con la zona alta del barrio de Södermaln. Aunque había obras y tuvimos que subir escaleras y más escaleras. Por la noche paseamos por el centro de la ciudad y como estaba poco iluminado nos quedamos viendo como pescaban, tanto con caña de pescar como en barcas con redes. Frente al parlamento hay unos carteles de los peces que hay en la zona y se pueden pescar.
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