Ir al contenido principal

Diario 2016: Noruega - Stavanger - dia 1

Empezamos el viaje con retraso. Aunque a mis amigas les pilla más lejos decidimos salir de Barcelona, no solo por el precio, sino porque de ahí salían vuelos directos a Stavanger, y si hay que evitar una escala, vale la pena cambiar el lugar de salida. Por desgracia hubo un retraso de cuatro horas. En el aeropuerto la gente preguntaba si el vuelo iba a salir o se cancelaría, a lo que el chico de información no podía decir nada, yo pregunté el motivo del retraso, porque no es lo mismo que se retrase porque hay un fallo mecánico que porque ha salido con retraso de su destino. En nuestro caso salió con retraso, por lo que llegó a Barcelona con retraso. Debido a eso en vez de llegar por la tarde a Stavanger y tener toda la tarde, llegamos a eso de las ocho de la tarde, y teniendo en cuenta que nuestro hotel estaba en las afueras llegamos para ver la ciudad de noche, por fortuna para nosotras porque nos gustó mucho más Stavanger de noche que de día. Y aún fuimos más afortunadas porque los que hacían escala en Londres llegaron pasadas las doce de la noche. 

 
 
 
 

Aunque el guía nos indicó perfectamente como coger el autobús para llegar del hotel al centro de la ciudad estuvimos a punto de coger el bus en dirección contraria, afortunadamente preguntamos a una chica que estaba en la parada y nos dijo que la parada correcta era la de enfrente. Así que volvimos a cruzar la carretera y a comprar el billete de autobús. En la parada había una máquina para comprar los billetes con tarjeta de crédito, en Noruega casi todo se paga con tarjeta de crédito, aunque sea solo un chicle en un kiosko (en España no sería viable, pero alguna ventaja tiene ser un país rico como lo es Noruega). El guía nos comentó que era más barato comprar el billete de autobús con tarjeta que con dinero, y lo pudimos comprobar porque a la vuelta no había máquina, por lo que tuvimos que pagar al conductor, y vimos que era casi cinco euros más caro. 
 
 
 
 

Nos bajamos del autobús frente al lago que bordea la catedral, caminamos alrededor del lago Breiavatnet disfrutando de las casitas de madera que hay a su alrededor, hasta llegar a la catedral, tenuemente iluminada. La ciudad no estaba excesivamente iluminada, pero si lo suficiente para llenar de colores la noche. Además la plaza frente a la catedral y el puerto tenía farolas con luces en forma de hojas de árboles, una idea muy original que daba un tono otoñal al lugar. Paseamos alrededor del puerto, tanto a un lado como al otro había bonitas casas de madera de colores y de tono blanco, con amplias ventanas de estilo portuario donde encontramos bares llenos de gente y el museo marítimo. En el muelle también pudimos ver un barco de la cruz roja antiguo (según nos comentó el guía los noruegos tiene afición a la restauración). El día había sido soleado por lo que el cielo había quedado de un azul claro salpicado de nubes, lo que nos dejó imágenes preciosas del lugar

 
 
 

Comentarios

Entradas populares de este blog