Roma es exquisita y plena. Cada rincón esta lleno de algo, de historia o de arte. Tal vez por eso Atenas me decepciono, porque tal vez esperaba encontrarme una ciudad como Roma. Con su foro romano, su circo romano, su coliseo, y todos sus resto de otra época romana, también su barrio del Trastevere, y sus olores a pizza, la fontana de Trevi, tan enorme y pequeñita, sus plazas, sus calles, sus iglesias, su metro desastroso, su río y sus puentes, la famosa plaza España.... En fin, tantas cosas y rincones hay por ver que Atenas se queda corta en comparación...
El primer día en Roma era ya de noche cuando llegamos, pero nos estrenamos intentado sacar un billete de metro, aunque por lo que vimos, no era muy necesario por como se colaba la gente. En nada salimos de la parada y al frente iluminado el coliseo romano, grandioso y silencioso. Cenamos por unas callejuelas cercanas y a lo tanto se nos hizo las cuatro de la mañana y nos costo dios y ayuda conseguir parar a un taxi ¡todos pasaban de largo!. Por Roma me moví en metro, a pie y en taxi. Aunque lo ultimo no lo recomiendo, solo tomamos una vez taxi a eso de las cuatro de la mañana y porque no sabíamos como llegar a nuestro hotel y excepto casos así, no vale la pena, mejor no hacerlo.
Comentarios
Publicar un comentario
.