De camino a Oslo tuvimos otra parada más, esta ya la última antes de coger la autopista. La parada fue en Lom, para ver la starvirke, que es un iglesia de madera de estilo medieval. Es una de las starvirkes más grandes y ha tenido varias reconstrucciones, hay que tener en cuenta el problema de que sea toda de madera la parte de atrás de la iglesia es la que más me gusto por el detalle de sus puestas y tejados, aunque era en la que peor estado estaba la madera, toda ennegrecida. Alrededor de la iglesia y dejando poco espacio para caminar estaba el cementerio, los noruegos suelen dejar os cementerios cerca de la ciudad como zona de paseo, para estar por la zona.
En este caso no es ese el motivo pues el cementerio está todo vallado formando parte del perímetro de la iglesia. Esto hace que sea un poco agobiante con tanta tumba rodeando todo el césped libre. Por dentro había que pagar y no entramos porque en Oslo íbamos a visitar el museo folclórico al aire libre (como en Estonia y en Corea) y ahí ya veríamos por dentro una iglesia de madera. Tras la parda de aseos obligatorio continuamos camino hacia el final del viaje por Noruega. Esta fue la etapa, sin duda, más pesada del viaje por la cantidad de carretera que toca hacer. Sin contar con que en mi opinión lo más bonito ya estaba visto, ni Lom me dijo nada, ni tampoco Oslo, que fue una ciudad muy fea en comparación con el resto del país.
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