Tras bajarnos del tren en Flam nos dirigimos en autobús a Stalheim, donde nuestro hotel se encuentra en lo alto de la montaña. Es anoche teníamos la cena incluida porque alrededor del hotel no hay más que montaña y nada más. el problema es que el día anterior había habido un corrimiento de tierras y la carretera de acceso al hotel estaba cortada (de ahí el cambio de horarios del tren), afortunadamente todavía existía la vieja carretera que subía al hotel, de un solo carril, de asfaltado viejo, y con ángulos muy cerrados por donde solo cabe un coche, pero que el guía Pablo y el conductor Rafael habían probado bajar en un viaje ellos solos con el autobús, por lo que sabíamos el autobús podía usarse en esa carretera. Así que nos encaminamos hacia la vieja carretera de acceso al hotel, tuvimos que esperar un rato porque al ser estrecha solo cabía un coche por lo que se iba controlado las subidas y bajadas. Tras esperar un rato parado finalmente tocó subir y como teníamos huecos en el autobús nos pidieron que si podíamos subir con nosotros a gente al hotel.
La maestra se sentó a mi lado y me comentó que eran noruegos de viaje escolar, y que el autobús era demasiado largo para poder girar en las curvas, por lo que solo tenían la opción de que alguien los subiera o bien subir andando (y no era una montañita pequeña). La chica me comentó que era una carretera muy vieja pero las vistas eran espectaculares; ahora un valle, ahora una cascada. Además teníamos entretenimiento, mientras subíamos nos encontramos con un coche que se saltó las indicaciones y bajaba por lo que al vernos tuvo que subir marcha atrás, en uno de los momentos el autobús parecía que se fue hacia atrás (los de delante de mí comentaron que eso ni en broma, que no estaba la cosa como para experimentos) y así poco a poco fuimos subiendo hasta el hotel. La chica me dijo que el autobús de chicos de delante era finlandés (estábamos nosotros y todo adolescente de campamento en el hotel, no veas que juega se montaron por la noche) y que esperaba que al día siguiente la carretera estuviera arreglada porque llevaban trabajando en ella desde las tres. Al llegar al hotel lo mejor que tenía eran las vistas: impresionante. Desde el balcón de nuestra habitación vimos un helicóptero recoger agua, pensamos que sería pro algún incendio pero nos dijo el guía al día siguiente que era para la carretera, que ahí echan agua sobre la tierra para que caiga todo lo que tiene qué caer y se limpie.
Tras cenar poco más pudimos hacer porque al estar en plena montaña tras la ventana solo había oscuridad completa, ni una luz. Al irnos del hotel el guía nos contó que el hotel donde nos alojamos era un hotel con historia. Cuando los nazis invadieron Noruega los noruegos les parecieron el sumun de la raza aria, con esa piel blanca, altos, rubios y ojos azules. Así que, aprovechándose de la pobreza de la región (en aquel entonces todavía no se había descubierto el petróleo), hicieron un experimento: ofrecieron trabajo y comida a las mujeres de la zona a cambio de que tuvieran hijos con los oficiales nazis para así obtener la raza aria más pura. Creo que el guía comentó que solo ocho mil mujeres se presentaron y que una de esas mujeres resultó ser la madre de la cantante morena del grupo ABBA, cuando los alemanes perdieron la guerra todos los que “colaboraron” con ellos fueron exiliados a la Laponia, la cantante morena de ABBA era hija de un oficial nazi y una de las mujeres del experimento, y estuvo exiliada con su abuela en Laponia y cuando se hizo famosa con la industria de la música escribió un libro al respecto. Y resulta que el lugar donde las mujeres que aceptaban el “experimento” tenían que presentarse en el hotel donde dormimos. Nunca había escuchado sobre ellos, pero conociendo la historia es más que factible que ocurriera.
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