Cerca de San Petersburgo se encuentran los palacios de los zares, bah, una cosilla simple que llamaban palacio de verano, por ejemplo, y que no era gran cosa. Todo con ironía. Ya que estaba fui a ver el palacio de peterhoff y el de catalina. El palacio de peterhoff entendemos que es el palacio de Pedro el grande. Tal y como os comente en una croniquilla anterior Pedro había estado en Francia, por Alemania, Ámsterdam. El caso es que le gustaron los palacios de ahí. Al parecer mucho el de Versalles y decidió hacerse un palacio igual pero, mas grande. Sobre lo de hacer las cosas más grandes. Cualquiera que vea Rusia, verá que ahí nada es pequeño, todo lo hacen grande. La estatua más pequeñita que encontramos yo le llegaba al hombro, y no soy lo que se dice bajita.
Ahí las cosas son grandes: las estatus, las plazas, los palacios. La guía de san Petersburgo (cuando llegamos ahí ya teníamos asumido lo de "todo grande" de los rusos) nos dijo que los rusos sufrían de "gigantismo". Nos lo creemos... en las primeras fotos podéis ver los jardines del palacio de peterhoff. La fuente de la entrada se parece sospechosamente a Versalles pero por supuesto más grande. Así simbolizaban que los zares rusos eran más grandes. En el palacio hay que dejar los abrigos en el guardarropa y aunque en teoría hay que pagar por hacer fotos no te piden el papelito nunca, solo te llaman la atención si haces fotos con flash. También tienes que ponerte patucos para no estropear el suelo del palacio. Y como hay tantos grupos vas paseando de estancia en estancia con tranquilidad para que no nos agolpemos.
El palacio de Pedro está mucho más completo que el de Catalina. Tiene un montón de estancias visitables. Solo os voy a poner unas pocas fotos para que os hagáis una idea pero es un continuo ir de sala tras sala adornada y cuidada. De todas las salas puedo recordar que esta dorada es el salón de los espejos, copia del salón de Versalles (ya os había dicho...) y la sala donde está el trono el retrato que hay al fondo es de una mujer, no de un hombre pese a la ropa. Es el retrato de Catalina, que le gustaba vestir de hombre y militar más, pues uno de sus amantes era militar y obtuvo el trono gracias al apoyo del ejército. Y la sala que estaba llena del suelo al techo de retratos de mujeres. Un caprichito que tuvo la zarina. Por cierto, Pedro el grande media unos dos metros y le gustaba la carpintería, hacer cosas con sus manos.
No recuerdo si os conté la historia de catalina "la cenicienta" como la llaman los rusos. Fue la esposa de Pedro el grande pero antes de llegar a eso. Dicen que era una campesina, que fue botín de guerra, se convirtió en la amante del generalísimo. Y cuando Pedro en una fiesta de su amigo el generalísimo (dicen que era su mejor amigo) pues que le gusto y para convencerla de que fuera con él se deshizo de su esposa y se caso con ella. De ahí que la llamen la cenicienta. Los jardines en si tiene poco atractivo. Me gustaron más los de Versalles. Las fuentes, si puedo decir que son originales. Hay unas que si te quedas parado te mojan y si pasas corriendo no echan agua. Al final de los jardines, lo que podéis ver a lo lejos desde una de las ventanas del palacio es el golfo. Es lo mejor de los jardines, el paisaje del mar abierto. Para llegar a peterhoff se puede tomar el tren, el bus o el ferry. Sin duda lo más interesante es le ferry.
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