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Diario 2015: Mexico - San Cristóbal de las Casas - dia 8

Recuerdo que en Monte Alban conocí a una pareja de españoles que estaban trabajando en México y aprovechaban apara hacer turismo y me dijeron que San Cristóbal les encantó. Lo cierto es que yo no vi el encanto de la zona, pero cada uno se lleva una impresión diferente de casa sitio. Siendo sincera el lugar donde menos a gusto me encontré fue en Chiapas y entre sus gentes. En el trabajo siempre me preguntan a donde es el próximo viaje. Cuando les dije que México todos me dijeron que tuviera mucho cuidado, y he ido a muchos sitios y además hasta sola y por mi cuenta y nunca he tenido una reacción como la que tuve con este a México, todo el mundo me decía que tuviera cuidado porque éramos españolas. Incluso a la vuelta la pregunta que todo el mundo me hizo fue qué cómo me trataron en México. Y lo cierto es que la gente es muy maja, pero donde no me sentí nada cómoda fue en Chiapas. Y cuando ibas por las calles de San Cristóbal y te rodeaban las mujeres y los niños para venderte cosas y casi se te echaban directamente encima, con piojos y todo. Y qué decir estar tomando un chocolate puro en una de las chocolaterías de San Cristóbal y ver a los niños ejercer de limpiabotas, en el resto de los estados, incluso en los pueblos mayas, vía los niños de camino de la escuela, en Chiapas no vi a ninguno, los que vi o estaban con sus madres desparasitándoles los piojos, o vendiendo objetos a los turistas, o limpiando botas y zapatos. Puedo entender que quieran conservar su cultura indígena, pero me da pena cómo se ve su vida desde los ojos de un turista cualquiera.


 
 

El San Cristóbal nocturno es mucho más animado que el diurno. Cuando llegamos era de noche así que salimos del hotel, una antigua casa española con un patio y solo dos plantas con balcones, al zócalo. En los portales y las calles adyacentes a la plaza principal había cafeterías con había música en directo, toda música de cantautores, sobre todo de Sabina. En la Plaza Principal hay un quiosco de inicios del siglo XX donde una banda tocaba música. Los árboles de la plaza estaban adornados de luces navideñas y había mucha gente paseando y bailando. Junto a la plaza principal está la catedral donde había más gente, y vendedores de algodón de azúcar entre otras cosas. Aquí me decidí a probar el algodón de azúcar. No podía irme de México sin hacerlo añadir el país a mi colección de países donde he comido algodón de azúcar. Frente a la plaza principal se encuentra el palacio del Gobierno, que estaba todo vallado y cubierto de pinturas. Había una exposición de pinturas de Chiapas para que la gente la visitara de forma gratuita. 

 


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