De Agua Azul nos dirigimos hacia Misol-Ha, muy cerca de Palenque. Aquí solo hay una enorme cascada, que según el guía no suele bajar con tanta agua, pero debido a las lluvias estaba más grande de lo usual. Misol-Ha es un imponente escenario natural compuesto por una honda cañada, un elevado peñasco y la espectacular caída de agua. Según nos dijo el guía normalmente solo se ve un pequeño chorro de agua, de una altura considerablemente mayor que las de Agua Azul pero sin tanta agua, y que por tanto era fácil pasar por debajo de la cascada, donde hay una gruta natural, y seguir un camino alrededor de la selva, rodeado de vegetación, hasta cruzar otra pequeñita cascada y terminar el recorrido por la selva.
Primero vimos la caída de agua desde un mirador creado en una de las esquinas de la selva, donde la fuerte caída de agua dibujaba un perpetuo arco iris. Después nos dirigimos hacia la cascada a través de un camino señalado con cuerdas, y vimos a unos valientes meterse al agua. A través del camino llegamos hasta la entrada a la gruta pero la cantidad de agua que caía nos hizo imposible seguir el camino a menos que quisiéramos darnos una ducha, y no llevábamos el bañador ni ropa de repuesto en las mochilas, y subir a un autobús con aire acondicionado con la ropa mojada no es muy aconsejable. Así que tuvimos que volver sobre nuestros pasos y de regreso nos acercamos a la zona donde se había metido los bañistas y donde los rayos del sol se filtraban entre las lianas y los arboles de la selva. Justo ahí nos dijo el guía que el árbol curvado era donde se había rodado la película “Predator”.
Desde ese rincón también se podía distinguir, cubierto por las aguas del río, el camino que rodea la cascada, lo que ahora era un camino intransitable. Lo usual es ver la cascada y hacer el camino que la rodea, pero en este caso la opción era imposible, aún así, la cascada no es el único atractivo. Este lugar fue mágico porque, en poco tiempo, pudimos ponernos bajo el arco iris que creaba el agua de la cascada, y caminamos entre los rayos de luz que se filtraban por las lianas de la selva que rodeaba la cascada. mojándonos con las gotas que el viento traía. Un plus a una parada que consistía en ver una cascada y ya.
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