Al día siguiente visitamos la parte de las cataratas del lado Canadiense y cruzamos al lado estadounidense solo para coger el barco que se acerca a las cataratas. Hay barcos a cada orilla, uno del lado canadiense y otro del lado estadounidense y el recorrido es el mismo, lo que sí es cierto es que es una experiencia que nadie puede dejar de hacer. Irse sin ver las cataratas desde el agua es una pena porque, aunque te mojas, es una impresión y una imagen fabulosa. Sin duda vale la pena .Tanto en el barco "mist of the river", como el que sale de la costa canadiense, como el que sale de la costa estadounidense la vista es la misma, se recorre el Niágara bajo las cataratas. Una vista que no se puede perder. Te mojas un poco, pero realmente no mucho, no tanto como para ponerse esos chubasqueros azules pero como no lo sabes cuándo te montas acabas poniéndotelo. Desde abajo se la gente pequeñita ahí arriba, al lado de las cataratas, en la zona de estados unidos que ya recorrí y ves lo diferente que es vista desde arriba a vistas desde abajo.
Al lado canadiense también cruzamos al día siguiente por la mañana para ver la zona de Niágara Falls canadiense. Esta zona no son solo las cataratas (cuya vista frontal es preciosa, no se puede negar) ni los casinos y las torres de altos edificios, también caminando por la carretera que recorre la ribera del río Niágara se puede visitar el primer teleférico del mundo, inventado por un español (hay una placa conmemorativa al respecto) y que se llamo transbordador, cruzaba de una orilla a otra orilla del lado canadiense ambas pues el río hace un requiebro. Hoy en día sigue en funcionamiento pero solo en determinadas ocasiones para no estropearlo.
Siguiendo por esta ruta pasa al lado de varios campos de golf, sorprende que estén tan cerca de la carretera (que bordea el rió Niágara) porque ¿y si a alguno se le va la pelota? sin duda algún coche se habrá llevado alguna bolladura. La carretera que recorríamos se hizo famosa cuando Churchill la recorrió, aunque la fama de ir de luna miel a las cataratas del Niágara la inicio el hermano de Napoleón Bonaparte, o al menos eso dicen los canadienses. Finalmente se llega al jardín botánico y a un famoso reloj floral, o al menos es un lugar destacable en las guías para visitar en Niágara Falls.
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