A la mañana siguiente visitamos con el tour Puebla pero primero nos dirigimos a otro lugar por lo que pudimos ver la zona menos céntrica de Puebla, con sus casas decoradas con cerámica, como en Portugal. Cuando regresamos más tarde para el tour, lógicamente entramos a la catedral y vimos la plaza de armas, donde ya habíamos estado de noche, aquí fue cuando empezó a llover, pero como ya habíamos estado y era el final de la visita dimos un paseo por la galería comercial y de ahí fuimos a comer a la casa de las muñecas, una de las muchas casas que hay que visitar por Puebla, porque su fachada está adornada con una serie de figuras en movimiento como muñecos, realizadas en azulejos de talavera, la historia de la casa es una burla al alcalde que no dejaba que se construyera más alta que el resto, así que el dueño puso esa cerámica en la fachada para llamar la atención.
También vimos la fachada de la casa de Alfeñique, aquí el detalle de la fachada parece estar cubierto de azúcar (de ahí su nombre) y también tiene su historia, y es que se dice que una mujer de Puebla dijo que solo se casaría con el hombre con la casa que más pareciera a un dulce, y está puede pasar por un pastel por cómo está decorada. La casa está cerca del mercado artesanal del Parián donde fuimos después de comer. Pero antes de comer no nos quedamos viendo solo la catedral y su plaza sino que antes de ir ahí recorrimos más rincones de Puebla.
Comenzamos por la capilla del Rosario, su interior es espectacular, y además de figuras y cerámica se pueden encontrar sirenas en las decoraciones. También fuimos al callejón de los sapos, rincón lleno de coloridas casas donde encontrar patios increíbles con cientos de muebles y antigüedades. antes de llegar al callejón de los sapos pasamos por una calle donde me fijé tiene una placa dedicada a John Lennon en lo que es la jardinera de un árbol. Recorrimos la calle de los dulces, donde no pudimos evitar comprar polvorones y calaveritas de azúcar. Estas calaveras se compran y se decoran con el nombre de la persona a la que regalarlas, yo me las compré por gula dado que cuando era pequeña recuerdo unos corderitos hechos todo de azúcar que ponían en las palmas de semana santa y que hace tiempo que no veo, así que las calaveritas, de puro azúcar, me supieron a gloria y me trajeron un recuerdo de mi niñez.
Por esta calle pasamos por la casa museo de los Serdán, donde había una fila grande para entrar, sobre todo de niños. El muro de esta casa está todo lleno de balazos, y lo conservan así porque fue donde tuvo lugar el primer tiroteo de la revolución mexicana de 1910. Mientras recorrimos estas calles vimos un montón de fachadas y torres de iglesias, pues como ya había dicho Puebla tiene muchas iglesias. Finalmente pasamos por la casa del dean y la casa de la cultura, donde se encuentra la Biblioteca Palafoxiana que aloja más de 43,000 obras, y una puerta de entrada a la biblioteca impresionante (este Palafox no tiene nada que ver con el de Zaragoza), vale la pena entrar solo para verla. Una ciudad diferente en su aspecto a Veracruz o México D.F. pero muy bonita.
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