Llegamos a Uxmal con bastante tiempo, lo que fue muy afortunado porque el guía no tenía las entradas sacadas y había una fila interminable. Después de esperar durante un rato, tiempo en el que dio para ir al baño (y en el de mujeres siempre hay fila) y visitar tiendas de suvenirs (aunque no compre nada), por fin entramos al recinto arqueológico. Lo primero que te encuentras es un círculo de piedra que es la recreación de un antiguo pozo, y frente a él la casa del adivino, que fue reconstruida tal y como era en la época, por lo que se muestra impresionante en la entrada. La parte que vemos al entrar es la parte de atrás, y lógicamente ya no permiten subir al templo, por lo menos a los turistas no les dejan porque las iguanas escalaban por las piedras sin problema, y se paraban para tomar el sol. Aquí empezamos a encontrarnos con grandes iguanas, que daban bastante miedo, porque van libres y son muy grandes. Dando un rodeo a la casa del adivino podemos ver figuras de rostros con trompa de elefante, aquí el guía nos explica que el estilo predominante es el Puuc.
En el resto de reciento arqueológicos este estilo aparece con menos fuerza que en Uxmal donde es claramente visible en todas las figuras que forman las piedra, no solo el rostro con trompa de elefante, también caras de monstruos con la boca abierta, serpientes emplumadas, el Quetzalcoalt, y otra serie de figuras, que parecen escondidas entre los muros hasta que uno se fija en todos los detalles. Dando un rodeo llegamos a lo que es el frente del templo, en realidad la entrada debería ser por otro lado pero en cambio se hace por la parte trasera de la ciudad. La casa del adivino tiene coronando su punta el rostro del dios de la lluvia, que es la cara de un monstruo con la boca abierta. Este templo se encuentra muy bien conservado y se puede ver con detalle cómo se construyó el rostro del dios, con los ojos y la boca. El templo está en un patio cuadrangular rodeado de edificios con columnas como los que se pueden encontrar en Pompeya , además estos edificios se encuentran decorados con piedras con forma de tejas o con la forma del euro al revés. Saliendo por la puerta principal el arco uno debe darse la vuelta para comprobar que la puerta encaja perfectamente con el rostro de la casa del adivino, de forma que antes de ver la pirámide lo que se ve es el rostro del dios de la lluvia, lo que demuestra la precisión con la que se construyó.
De aquí nos acercamos a al cuadrángulo de las mojas. El lugar se encuentra formado por tres edificios donde se puede encontrar diversas figuras grabas en sus paredes. Los edificios están rodeando una plaza rectangular, de ahí el nombre de cuadrángulo. El edificio que está frente a la entrada es el más elevado, y se permite a los turistas subir esas escaleras. La subida es recomendable porque desde ahí arriba se puede ver el palacio del gobernador y algo de la gran pirámide. Los otros dos edificios que se encuentran en los laterales resaltan por su decoración, con el dios de la lluvia, la serpiente emplumada, figuras de personas, el maíz, y otros tipos de figuras en movimiento. Salimos del cuadrángulo de las monjas y bajando cruzamos un juego de pelota para ir directas al palacio del gobernador y subir sus escaleras. El palacio está dividido en dos partes, la primera parte nos lleva hasta un fabuloso mirador desde donde ver la casa del adivino y el cuadrángulo de las monjas, junto al mirador hay un pequeño edificio llamado la casa de las tortugas por la decoración de tortugas del mismo.
De aquí nos acercamos a la plaza frente al palacio del gobernador donde encontramos dos figuras, una es un gran falo de piedra y la otra dos jaguares de piedra unidos por el pecho. Dejamos subir al edificio del palacio del gobernador para la vuelta y continuamos hasta descubrir, a un lateral del palacio, la gran pirámide. De magnitud similar a la Pirámide del Adivino solo ha sido parcialmente restaurada y por tanto permiten a los turistas subir. Nuevamente el esfuerzo merece la pena, la vista desde la gran pirámide es mejor que desde el resto porque al estar más alta se ve todo un mar de árboles verde y un poco el techo de los edificios pasados como el cuadrángulo de las monjas y la casa del adivino. Aunque lo cierto es decir que hay un hotel de cierta altura que rompe el encanto de ver un mar verde de selva a nuestro alrededor.
Desde una de las esquinas de la pirámide podemos ver la casa de las palomas, o más bien se puede ver el tejado estilo campanarios enrejados del templo. En lo alto de la pirámide podemos ver el rostro del dios de la lluvia en el interior de un hueco central, además de grabados de guacamayas y pájaros. Permanecimos un tiempo disfrutando de la vista y al final bajamos porque estaba el resto del grupo preocupado por nosotras. De aquí subimos al palacio del gobernador para ver sus grabados y a la sombre disfrutar de la panorámica vista que tiene de la casa del adivino y las monjas. Aprovechamos hasta el último minuto antes de irnos.
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