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Diario 2005: Portugal - Alcobaça- dia 4

Estaba alojada en Lisboa pero hice viajecitos a otros rincones, hay bus, hay tren, así que no es muy difícil hacer el viaje. Uno de los sitios que visite fue Alcobaça. aquí aparte del pueblo lo principal es su monasterio. ahí se encuentran los sepulcros de Don Pedro y Doña Inés de Castro. ¿conocéis su historia? a mi me la recordaron en mi viaje por esas tierras y con detalle. hasta vi en la tele del hotel que habían hecho una serie de época de la historia. es la historia del principe Pedro I de Portugal, el reino pertenecía a su padre, el rey Alfonso IV, y se hallaba envuelto en las luchas por el poder con los reyes de Castilla y Aragón. Cuando Pedro alcanzó edad suficiente para contraer matrimonio, se convino en desposarlo con la infanta de Castilla, doña Constanza, y obtener así alguna ventaja de esta alianza de sangre. Pero Pedro se enamoro de una dama de compañía de la propia infanta, llamada Inés de Castro, de la que decían era hermosisima. murió doña Constanza, y don Pedro quiso casarse con doña Inés, que ya le había dado cuatro hijos. Pero su padre Alfonso tenía planes, y pensó en casar a su hijo con otra princesa. Don Pedro lo desobedeció, y secretamente se casó con doña Inés. Aunque el secreto no lo fue tanto. 

 

Irritado don Alfonso no vaciló en decretar la muerte de la esposa de su hijo, y encargó a tres cortesanos que se trasladasen a Coimbra, donde estaba doña Inés, y la asesinasen. Don Pedro se alzó en armas contra su padre, sin tregua ni cuartel. El reino se dividió entre los partidarios de uno y del otro. Don Pedro sucedió a su padre al morir este, lo primero que hizo fue buscar a los asesinos de su esposa. Sus pesquisas le indicaron que los criminales habían huido a Castilla atrapo a dos de los hombres y aún estando vivos les hizo sacar los corazones, a uno por el pecho, y al otro por las espaldas, y después mandó quemarlos. No contento con esto, hizo desenterrar a doña Inés, trasladó el cadáver a Lisboa y lo sentó en un trono junto al suyo; luego ordenó que todos los cortesanos desfilasen ante ella y de rodillas besasen su mano, como reina. Y en le monasterio de Alcobaça hizo labrar don Pedro dos tumbas: una para él y otra para doña Inés. Las tumbas están encaradas una frente a la otra.

 

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