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Diario 2010: EE.UU. - Los Angeles - dia 1

Al pasar por aduana me tocó un policía muy guapo, y hablaba español. Como ya dije una vez en EEUU hay que saber conducir y llevar coche, y como una no sabe volví a experimentar la situación de no poder ver nada. Los Ángeles es una ciudad demasiado grande para mi gusto. No tiene un trasporte público adecuado, por lo que si no tienes coche, propio o alquilado date por perdido. Me costó 2 buses y casi 3 horas llegar a la playa, y mi hotel no estaba lejos. En la recepción del hotel me dijeron, puede ir a la playa, no está lejos, y pregunte que si andando y se echaron a reír. Si no se puede ir a andando es que no está cerca, digo yo. Bueno, mi primer día en Los Ángeles, aterrice, deje la maleta en el hotel y salí a visitar la ciudad (¿quien dijo jet lag?). 
 
 
 

La parada del bus estaba justo al lado de mi hotel así que aproveche y pregunte cual bus tenía que coger para ir a la playa de Santa Mónica. El chico fue muy majo, hasta llamo a su madre de origen cubano para que me lo confirmara en español (como si no nos hubiéramos pegado 3 horas hablando en inglés) y resulto que hasta trabajaba en la misma empresa que yo. Qué pequeño es el mundo. De Santa Mónica baje andando hasta Venice. Ambas playas son como en las películas, paseos de madera, atracciones, playas largas, vigilantes de la playa en su casita, patinadores por el paseo de palmeras, surfistas. Pero aun así tampoco es para tanto la playa, mil veces mejores las de Corea del Sur y hasta algunas españolas. Y Venice Beach a medida que se hacía de noche peor pinta tenia, así que me fui a dormir al hotel, que entre lo poco que dormir en el vuelo y que no había descansado mi cuerpo ya estaba agotado. 

 
 
 

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