Comenzamos el día caminando hacia la puerta de Brandemburgo, postal típica de Berlín. Cerca la embajada estadounidense, el hotel Alton y la embajada británica, que tiene la calle cortada, según parece desde que comenzó la guerra de Irak, cortada y vigilada. Siguiendo la calle de la puerta hacia el lado contrario al tiergarten entramos en la undter der liden que es el paseo de los tilos... (Si, mas verde) y si alguno piensa que Madrid tiene obras o Zaragoza con su tranvía se equivoca, Berlín está lleno de zanjas, vallas, grúas, etc.
Aun así podemos ver las fachadas de la opera, la biblioteca, el palacio, la universidad. En la plaza del palacio hay que acercarse y mirar al suelo donde hay bajo tierra un monumento recordando la quema de libros que se realizo en esa plaza, en definitiva, hay que mirar a todos los sitios a lo largo de la calle para no perderse los monumentos y edificios que haya y así se llega a la isla de los museos.
Si se desea ir a algún museo hay que ir a primerísima hora para evitar las larguísimas colas que se forman más tarde y si hay que recomendar alguno yo me quedaría con el de bergamo, no he visto los otros pero creo que si hay tiempo ese lo elijo, digo si hay tiempo porque si solo veis museos no veréis la ciudad, yo lo hice al revés, primero vi todo lo que pude de Berlín y el último día antes de irme fui de museo.
Rodeando la isla se puede ver las típicas hamacas y chiringuitos y llegar a la zona donde encontraremos la nueva sinagoga, también con su policia berlinés armado y diversos monumentos, que nos llevan al hackesche hafe, aquí cada callejón de las casas es un descubrimiento, fachadas coloridas, jardines la tienda de los appelmann (los muñecos de los semáforos, tan típicos de aquí) pinturas, arte callejeros, y mucho más.
Cerca está el hakescher markt, una plaza llena de gentes tomando algo, además del sol. Así podemos regresar a la isla de los museos, ver el berlindomer, enfrente hay una gran explanada verde con paseo de madera donde se escuchan sonidos de animales, en Zaragoza en la zona expo hay un sitio así, y luego siguiendo subiendo llegaremos a ver el ayuntamiento, con la torre de televisión y la fuente de Neptuno, también está la zona toda en obras, pero girando hacia un lateral del ayuntamiento hay pequeñas callejuelas con casitas de época, traídas de diversos lugares de Alemania, pues en Berlín no quedo apenas nada en pie después de la primera guerra mundial, creando un bonito paisaje en el cruce del canal, la zona se llama nikolaiviertel. Yendo hacia la friedrichstrasse llegué a la hausvogteiplatz, con sus catedrales y sus lugares para comer.
Y de ahí, después de comer, baje hasta checkpoint Charlie, que quitando la puerta del Brandemburgo y las colas de los museos es donde más gente encontré. En el suelo hay unas baldosas que marcan la zona por donde estaba antiguamente el muro, y carteles con información, poco queda original de la época. Siguiendo por la calle por donde está la frontera de la zona estadounidense (se ve claramente por la cabina de aduana) se puede llegar al museo judío, con sus dos policías armados.
Luego fui hasta la postdamer plazt, pasando por un edificio que se construyo en la época del Berlín nazi, para las olimpiadas que se celebraron, claro aspecto soviético. Al lado de la postdamer platz está un trozo del muro de Berlín, lleno de chicles y pintadas para poder hacer la foto del turista y sellar su pasaporte con los sellos de las dos alemanas. La psotdamer plaz se ve en la distancia por sus rascacielos, y es un lugar para comer, tomar algo o descansar del calor cerca de la fuente y bajo su cúpula modernísima. Cercano esta el kulturforum y una calle del tiergarten llena de embajadas de países, a cada edificio más moderno que el otro.
Después de tanto andar la opción del u-bahn es la mejor apuesta para seguir viendo Berlín y aprovechar el día. Llegando a la zona del jardín zoológico, la iglesia wilhemer, que es una gran torre, dentro se puede ver una combinación de azul debido a las vidrieras y la luz solar. Y algo más lejanos, a donde ir con el u-bahn, está el palacio y los jardines de charlottenburg. me sorprendió ver muchos descapotables, igual era por el sol que habían decido todos sacarlos a la calle. Y por supuesto las ferias de atracciones, que no sé si fueron por semana santa o por la pascua solo.
Además de ver el museo me acerque a un lateral de la puerta de Brandemburgo donde está el monumento al holocausto, bajo tierra (que manía estos alemanes por poner todo bajo tierra) está el centro de información, el monumento se puede entrar y es como un laberinto, en teoría por respeto no se puede subir a las piedras pero los turistas agotados se sentaba. En definitiva, la visita a Berlin me dio la sensación de ser una ciudad con mucha arquitectura moderna, museos, muy turística.
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