El último día completo tenía pensado visitar el palacio de Bleheim y sus jardines (mas que jardines son un bosque) y el pueblo de al lado, Woodstock, para ello tenía que tomar el tren y un bus. Pero cuando me levanté vi que la lluvia anunciada para los cuatro días había llegado, y el peor día de todos, el día que iba a estar por fuera, paseando. Así que decidí hacer un pequeño cambio de planes, me fui a la estación de Victoria y tome un tour por los Cotswolds, y luego me fui a ver Bleheim. Así cubrí la mañana y la tarde sin tener que mojarme todo el día, y digo todo el día porque mojarme me moje una barbaridad, pero al menos iba mas resguardada que andando todo el día al aire libre, sobre todo si tenemos en cuenta que se paso lloviendo desde las nueves de la mañana hasta las nueve de la noche sin parar ni un minuto.
La primera parada de los Cotswolds fue Bibury. El pueblo es realmente hermoso, un río pasa por entre la hierba, con patos y cisnes blancos y negros nadando por entre el musgo del agua, sauces y otros árboles por entre los caminos y los puentes, las casitas de piedra con techos empinados, de colores grises, y tan cuidadas. Muchas de las casas de piedra con jardines se extienden hasta alcanzar el río, dando mayor colorido al lugar. Solo estuvimos unos minutos bajo la lluvia pero era un lugar encantador, una pena si me lo hubiera perdido. Dijo el guía que el poeta William Morris llamó a Bibury” el pueblo más hermoso de Inglaterra” cuando lo visitó y realmente es uno de los más bonitos que vi.
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