La ciudad balneario de Huanchaco nos dejó con una duda, el por qué la llaman balneario, cuando nosotros decimos balneario nos referimos a algo diferente, mis compañeras de viaje pensaban preparar los bañadores, pero ya les comenté que como no fuera para meterse al océano ahí no esperaran lo que nosotros esperamos como balneario. Aunque el día era cálido no había gente en el agua bañándose, solo ví un surfista pero tampoco hacía mucho porque el océano estaba tranquilo. Comimos en un restaurante frente a la playa, con vistas al paseo, la costa, los tenderetes ambulantes, los caballitos de totora, las tablas de surf.
El lugar es un destino para turista por dos razones, una el surf y la otra, la más habitual, los caballitos de totora. Yo comí cangrejo reventado, y las algas que lo acompañaban y su sabor me recordaron las comidas coreanas. Por lo que después vi por Perú la totora es una planta peruana que se puede encontrar creciendo cerca del agua, es comestible y resistente para construir los cabellitos, que son en realidad las barcas de los pescadores, que se guardan desde la época de los mochicas y los chimú. El nombre de caballito se lo dieron los españoles porque montarse en él para ir a pescar es como montar un caballo. Tuvimos muy poquito tiempo para pasear por la playa, pero esta era de arena, aunque era de un tono gris.
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