Bueno... pues después de todo el palizón tuvimos fiesta de disfraces, lo de la fiesta de disfraces es relativo, era más bien fiesta egipcia dado que te ponían cena egipcia y todos vestían chilabas, pero vamos... lo leí en internet y no me creí que a mí me lo hicieran pero sí, me toco, pero hay que destacar que lo peor es que al día siguiente te levantan a las 4.30 de la mañana para ir a Abu simbel en bus... en la famosa caravana que ya os he hablado. Así que si uno se mantiene despierto puede ver el amanecer en el desierto. Los templos de Abu simbel, patrimonio de la humanidad, no están ni como se encontraron ni en el lugar original. Debido a la construcción de la presa de aswan los templos iban a quedar inundados por el agua por lo que plantearon diferentes propuestas para proteger los monumentos, la que gano propuso crear una montaña artificial y colocar los templos ahí. Cabe destacar que estos templos estaban construidos sobre la piedra de la montaña, lo que significa que no habían transportado la roca hasta ahí y que no tenían ningún corte, así que al trasladar los templos tuvieron que córtalo en trocitos y transportarlos y después pegarlos, como un puzzle pero sin la piezas cortadas. Lo cierto es que hicieron muy buen trabajo porque apenas se ven las huellas de los cortes y uniones de la piedra, hay que fijarse bastante y no en todas las piedras se puede percibir el corte.
Una de las figuras del templo consta caída, apareció así cuando descubrieron el templo, no saben cómo cayó, creen que en un terremoto, pero hay otras teorías, el caso es que decidieron que en vez de dejarla de pie iban a dejarlo todo conoce había encontrado y la dejaron caída tal y como la encontraron. Por dentro no permiten hacer fotos, aunque la gente las hace... yo no hice, me compre unas fotos de dentro, es increíble lo bien que se conservan las pinturas y grabados de estos templos, tal vez porque estaban más lejos de las otras zonas de Egipto. Lo que sí es cierto es que es agobiante el calor que se pasa ahí dentro, por un lado por el calor en sí que hace y por otro, porque hay muchísima gente, aun llegando de los primeros (el 7º autobús que de unos 50 no es muy tarde) se formaron unas filas tremendas (y eso que los templos son grandes). Afortunadamente (por lo del madrugón y los kilómetros entre pecho y espalda) ese día lo único que quedaba pendiente pro ver era la presa de Aswan, que con dos minutos vale y sobre, aunque ahí dijo el guía que es la única zona del Nilo donde aún se ven cocodrilos.
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