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Diario 2011. Peru - Huaynapichu y Machupichu ciudadela - dia 15

No madrugamos mucho pero a eso de las nueve ya estábamos por la ciudadela, por la noche había llovido con intensidad y al subir en el autobús encontramos una tremenda roca en medio del camino, que había caído de la montaña debido a las lluvias. Para hacerse una idea era como la roca redonda de la película de Indiana Jones, impresionante lo que la intensa lluvia había hecho el día anterior. Aprovechando que la niebla se estaba levantando y nos hacía un fabuloso sol volvimos a recorrernos toda la ciudadela, tomando fotos en cada rincón, para tener unas con sol y otras con niebla. 


 

Tuvimos suerte porque Machupichu con niebla tiene un aire misterioso, y Machupichu con sol muestra los colores de verde brillante que hacen magnifica su estructura. Cerca de las diez nos acercamos a la entrada del Huaynapichu, teníamos a entrada para las diez, y esperábamos que nos diera tiempo de subir y bajar para coger el tren de regreso sin problemas. Lo principal era el tiempo que hiciera. El día anterior en el camino a la puerta del solya comenté que conocimos a una chica que tenía la entrada del Huaynapichu pero que tuvo que volverse porque por la niebla no era capaz de ver donde ponía los pies, lo que es bastante peligroso en la montaña. Antes de la hora vimos a unos españoles pasar antes de las diez, echándole jeta al estilo español por lo que pude oír que decían entre ellos.
 

Llegada la hora puntual firmamos el libro de registro y comenzamos el camino, justo costó una hora de subida, y no nos paramos a penas para hacer fotos, solo en aquellos lugares que tenían espacio para ello, dado que aunque bien señalizado no todo el camino de subida era sencillo. Tuvimos mucha suerte de que nos hizo sol toda la subida. Al llegar a una gran explana descansamos un rato y luego cuando íbamos a subir una francesa que nos había adelantado nos preguntó si sabíamos cómo llegar. .

 

El problema es que para llegar al pico hay que subir unas rocas y meterse por un agujero nada señalizado. Nosotras lo sabíamos porque todos los españoles que bajaban nos decían que merecía la pena la subida pero que para subir del todo había que pasar por una pequeñita gruta, de rodillas y con la mochila por delante porque no cabe una persona y su mochila. El caso es que tras nosotras tres nos siguieron la francesa y otra pareja más que había estado dando vueltas por la explanada, suponemos que buscando como subir a al cima. Tras meternos en el agujero a rastras, sin ver nada de nada hasta llegar al agujero de salida (tenía delante a una compañera y con lo estrecho que era el agujero no había ni una pizca de luz), al salir una escalera de madera apoyada en una roca nos permitía subir a la cima y disfrutar de la vista, impresionante de la ciudadela, del camino hasta la puerta del sol a lo lejos, el río muy lejano, la carretera de subida a la ciudadela. Lo cierto es que la vista merecía el esfuerzo de la subida

 

Y al poco de estar ahí arriba comenzó a llover y comenzamos la bajada, con calma porque el barro y la piedra mojada resbalaban fuimos retomando el camino de vuelta. Hay más para ver en el Huaynapichu, como la gruta de la parte de atrás, pero nosotras íbamos algo pilladas de tiempo dado que a las tres y algo de la tarde salía el tren a Cuzco y primero teníamos que bajar de ahí sin caernos, y luego ir hasta la salida, que la montaña no está pegada a la entrada y la ciudadela es grande de recorrer, y luego tomar el autobús que había filas para cogerlo debido a la cantidad de agua que caía, y luego de la parada del bus al hotel a coger las mochilas, para luego ir a la estación. Vamos, que no nos sobraba el tiempo y nos conocemos y gastaríamos mas tiempo del necesario haciendo fotos, y el objetivo, que era la cima, ya estaba cumplido. Aun así después de firmar el registro de salida del Huaynapichu tuvimos que refugiarnos en una de las pocas casas incas con techo que hay. Estábamos casi todo el mundo ahí apretujado porque llovía con gran intensidad. Machupichu con lluvia es también algo para ver, porque es difícil imaginarse como alguien pudo vivir ahí arriba con esas intensas lluvias.

 

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