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Diario 2012: El Sur de Groenlandia : De Qassiarsuq a Tassiusasq - dia 2

Caminamos desde Qassiarsuq hasta Tassiuasq subiendo unas montañitas con poco desnivel, cuanto más arriba mejor es la vista: el verdor ondulado de las laderas, las casitas de colores y los icebergs flotando sobre el agua gris. En todos los caminos hay varias cascadas, ríos y lagos. El agua no falta por Groenlandia y en todos los caminos se puede encontrar un rincón donde coger agua para beber. El camino se realiza bajo la niebla, más o menos espesa, pero al menos había dejado de llover. Entonces pequeñas flores violetas comienzan a aparecer a los lados del camino y se vislumbra una casa de madera color verde, con sus tractores rojos, y al fondo de todo ello la costa con los ya conocidos icebergs.


  
  

Acercándonos a la granja hay unas tumbas, cruces blancas, rodeadas de flores violetas. Por el apellido que está escrito en las cruces son familiares de nuestros anfitriones, los inuits propietarios de la granja hostal donde nos vamos a alojar por un par de noches. Nos atiende Jorginne (Georgine pronunciado), una simpática mujer mayor, mezcla inuit-danesa, que es dueña de la granja junto con su esposo Otto. Como ya nos habían dicho, y había leído, antes de entrar en la casa hay que descalzarse. Al principio cuesta lo de recordar descalzarse al entrar en alguna casa pero luego ya te acostumbras a pasear en calcetines por la casa (parece algo muy japonés pero en realidad no se le parece). Apenas dejamos las mochilas, y pese a la lluvia que ha empezado a caer, no podemos resistir quedarnos descansando y salimos a dar una vuelta. Al final nos dirigimos a la costa para poder ver más cerca los icebergs que hemos visto desde la distancia. La granja está situada sobre un pequeño lago por donde entran algunos icebergs, y lo cubren unas ligeras montañas, por lo que la vista al despertarse es como si se durmiera en plena montaña.

  
  

Como decía, salimos a caminar y llegamos bajo una intensa lluvia a la costa, donde disfrutamos quedándonos parados y viendo nadar a los icebergs. Ya sabemos (y nos dicen) que vamos a ver más, y que nos cansaremos de ver icebergs, pero no podemos evitar quedarnos en las rocas, mirando al infinito, disfrutando de ver nuestros primeros icebergs en grupo. Entonces oímos un sonido parecido a un trueno lejano, pensamos que es la tormenta pero nos dicen Ricardo y Miguel, los guías, que es un iceberg que se ha roto y se ha dado la vuelta. Nos fijamos a lo lejos y así es, un iceberg que antes estaba de una forma ahora esta de otra diferente. Y el agua comienza a moverse debido al movimiento generado por el propio iceberg al cambiar su centro de gravedad.

  
  

Así nos pasamos un buen rato, simplemente admirando el paisaje bajo la lluvia y entonces una cabecita negra se asoma sobre el agua: una foca. Hemos visto una foca, que juega con nosotros ya que va nadando y escondiendo la cabeza y sacándola del agua a cada rato. Así que pasamos unos ratos buscando la cabeza de la foca. Al final perdemos de vista a la foca juguetona, a la que solo hemos visto la cabeza, y volvemos a la granja para cenar. Por la noche Miguel, el guía, nos contará una Leyenda Inuit y así cada noche le pediremos que nos cuente una leyenda inuit.

  
  

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