Al día siguiente hizo sol pero nos marchamos a visitar Suzhou. Nos dirigimos a la estación de tren de Shangai donde uno se puede perder fácilmente pues nos encontramos con cientos, quien sabe si miles de personas intentando coger el tren, solo se accede si se tiene billete y a su tren le falta menos de no se cuanto para partir, lo cual es lógico porque cuando llegamos para coger nuestro tren estaba toda la sala de espera llena de gente, y de pensar que toda esa gente iba a coger nuestro tren y no estaban ahí por otros trenes....además las puertas para acceso a los andenes estan cerradas y aunque las abren un poco antes la fila que se forma es impresionante. El tren es al estilo de Dinamarca hay billetes con asientos y billetes sin asientos, por supuesto los chinos que no tienen asiento reservado se agolpan junto a las puertas del vagón al acecho de un asiento libre. el tren que tomamos no estaba mal, como digo muy parecido a los de Dinamarca pero nada puntuales, salimos y volvimos con retraso algo que no debería sorprendernos si tenemos en cuenta que con los vuelos internos nos paso lo mismo.
Al llegar nos recogió nuestra guia, y lo primero que vimos es que es una ciudad china, vamos, lo que se dice un aspecto sucio y pordiosero. En principio Marco Polo la bautizo como la "Venecia de Oriente". El centro de la ciudad vieja lo atraviesa el Gran Canal, a su alrededor una densa red de estrechos canales de agua, calles y vías fluviales en las cuales las edificaciones están a orillas de lagos y riachuelos y aunque vimos canales preciosos y sus parques lo cierto es que muchos de los puentes por donde nos asomamos nos mostraron un aspecto d los canales muy “veneciano en cuanto a que están en ruina y sucios, supongo que el agua estropea tantos los edificios de Venecia como los de china. la guia nos ofreció una excursión en barco por los canales pero a un precio muy caro asi que no aceptamos, no nos hubiera importado verlos desde las calles y los puentes pero en algunos casos, como en Venecia, esto es algo difícil.
Lo primero que visitamos fue la Colina del Tigre, bajo la que se cree se encuentra enterrado el rey He Lü y donde tienen una pagoda inclinada, al estilo de la torre de pisa pero en pagoda...se que en la colina del tigre jamás hubo un tigre pero no porque se le dio ese nombre porque nuestra guía era un poco pasota. Lo más bonito eran sus jardines, escaleras, bonsáis, etc. Lo cierto es que tienen un aspecto muy chino, al estilo del jardín de yuyuan de Shangai. Después fuimos a ver el jardín del pescador. Lo primero que nos encanto fue el camino hasta llegar al jardín, digamos que los jardines tenían el antiguo encanto chino pero cuando se han visto otros tantos al final cansa, recuerdo que en Seúl me canse de ver palacios y en Kyoto de ver templos. un poco es perfecto, tomar demasiado al final empacha. Como decía el camino de entrada es una calle con casas chinas, y ahí vimos que había ropa tendida entre casa y casa, nos comento la guia que eso estaba prohibido pero que aun así seguían haciéndolo, también vimos a los chinos lavando la ropa, comiendo en la puerta, paseando en bicicleta y hasta un perro vimos, que es realmente raro, dado que durante todo el viaje no habíamos visto ni uno. Aun asi el jardín del pescador merecía la pena, además lo vimos casi completamente solos y aunque pequeño lo recorrimos varias veces por todos los rincones, la guia nos dejo libres para meternos por todos los lados, asi ella no tenia que contarnos nada. El patio central está ocupado por un estanque, y un estrecho camino serpentea a su alrededor entre la orilla, las rocas y la vegetación. Luego estaba una estancia central con un estanque lleno de carpas que tenia unos espejos y es que es el llamado mirador de la luna o algo asi explico la guia, que para una cosa que explica no preste atención. Luego nos fuimos a comer.
Después de la comida nos llevan a una fábrica de seda pero dijimos que no, y funcionó. Como decía nos toco una guia pasota que tenia ganas de deshacerse de nosotros, y nosotros que ya estábamos cansados de guías le regalamos tiempo porque decidimos volver antes a Shangai. Nos comento la guia que podíamos cambiar los billetes de tren y conseguir unos antes pero que había que pagar 10 yuans, nosotros que vale, que nos queríamos ir porque excepto los canales no vimos mucho más que nos motivara a quedarnos, la ciudad nos pareció muy industrial. El caso es que el chofer para en medio de la carretera y dice la guia que en la bandea roja nos los cambiaran, cruzamos la carretera a lo chino, o más bien a lo suicida porque si ahí van por tres direcciones diferentes en un solo carril, si además le sumamos a nosotros andando por medio, yo veia coches y motos y bicis por todos los lados, completamente rodeada pero sin perder el paso a la guia conseguimos cruzar ilesos. Y cuando damos la vuelta al muro donde estaba la bandera roja nos encontramos con un chino bajo una sombrilla en silla de ruedas que por 10 yuan y el billete de tren te da otro, en fin, la reventa china de billetes de tren. El caso que para el siguiente tren a Shangai nos dio cuatro asientos juntos y en primera, cuando a la ida habíamos tenido que ir en el mismo vagón pero no en asientos junto, pero supongo que esa es la ventaja de la reventa china de billetes de tren. Y luego entramos a la estación la guía nos dijo que no nos preocupáramos si tardaba en salir en el cartel el tren porque solía retrasarse (cosa que hizo, claro) y luego se marcho. La que tomaba los billetes en la entrada a la sala de espera fue muy maja, éramos los únicos occidentales de la sala (a abarrotar, por supuesto) y cuando avisaron la salida de un tren se acerco a mirarnos los billetes no fuera el nuestro y como lo dicen en chino no nos hubiéramos enterado. Al ir a coger el tren en el suelo, como en Japón, te marca donde para cada vagón (eso tendrían que poner aquí, es lo que más extraño, el saber el sitio exacto donde va a parar el vagón que me toca). El caso es que nosotros nos situamos bien peor los chinos no y una avalancha de chinos vino hacia nosotros, el tren, como a la ida, iba a rebosar. Por le camino disfrutamos de la vista de los canales, arrozales y las casitas y sus barcas como medio de desplazamiento, algo muy curioso comparado con lo que es la ciudad o el propio Shangai.
Comentarios
Publicar un comentario
.