Tras nuestro vuelo en globo salimos camino de Pammukale, en nuestro trayecto pararíamos en una antigua Kervansaray. Estos lugares eran los alojamientos de las antiguas caravanas de la Ruta de la Seda. Antes de llegar a nuestro destino pasamos por un par, una de ellas estaba siendo restaurada y desde fuera se veía como una fortaleza en medio de los montes vacíos. La kervansaray donde nosotros paramos era una parada típica de turistas y se había convertido en un mercado lleno de tenderetes y teterías para los turistas. Aún así, si uno deja de ser el típico turista que solo para para beber, ir al baño y comprar souvenirs de los chinos se puede dar cuenta que tanto esta como las otras kervansaray tienen forma de fortaleza, con grandes muros y pocas ventanas. Están construidas así porque eran un refugio de las caravanas para los bandidos, dado que estaban muy desprotegidas en su viaje de oriente a occidente.
Las caravanas podían alojarse durante tres días sin ningún coste. Y por dentro el lugar tiene un gran techo y grandes salas que es donde se guardaban los carros y los animales de las caravanas. Todo dentro del edificio para mejor refugio de los ladrones. Si bien es una pequeña parada y ahora ya bien esté llena de mercadillo o este vacía o se haya convertido en un hotel se puede ver perfectamente cómo eran estos lugares que fueron tan importantes en la historia de la Ruta de la Seda. Así que vale la pena cualquier parada en estas posadas para caravanas de la época medieval que aun siendo como fortalezas para evitar los robos y asegurar el descanso de los comerciantes no dejaban atrás la decoración de sus pórticos de entrada.
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