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Diario 2009 DINAMARCA: Hellsingor - dia 3

Mi ultimo día en Dinamarca tenia que elegir entre Hellirod o Hellsingor. En uno de los sitios se encuentra el castillo de Frederikborgs, un palacio versallesco danes y en el otro el castillo de Krongborg, donde se desarrolla Hamlet. Como llevaba ya muchos palacios versallesco en mi haber me decidi por otro tipo de castillo. Pero como veis seguimos viviendo dentro de historias y leyendas.

 
 

Desde Copenhague se llega en tren a Hellsingor como al resto de lugares, con esos billetes en danes que uno acaba por entender, dicen que en un día de tormenta es lo más propicio para ver el castillo, con el mar contra la fortaleza, recordando a Shakespeare pero hizo un día soleado. Nada más llegar lo primero que sorprende es la estación, solo hay dos vías, así que es pequeñita, los billetes se venden en la tienda Seven Eleven pero lo que sorprende es el edificio en sí, que hasta que uno no entra o lo ve desde el otro lado no se da cuenta que es como un pequeño palacio, no me lo esperaba así que supuso una grata sorpresa, cuando sales afuera te encuentras con el puerto y los grandes ferrys, el olor y el color del amplio mar y el contraste a su derecha del pueblo con sus casitas de colores. 

  
 

 

El pueblo resaltaba por sus casas e iglesia coloridas, las casitas, como de costumbre, eran como sacadas de un cuento, puedes caminar por un callejón que según leí solo son 2 metros de ancho y cuando caminas por esa calle empedrada es como estar en otra época, las casas de “cuentos de hadas”, ni una papelera o lámpara moderna estropea el lugar, tampoco puertas de acero, nada que estropeé el ambiente. Ademas, al ser sábado había rastro por lo que las calles quedaron peatonales. En fin, que yo pensaba que en Hellsingor vería el castillo y ya está, y me encontré con un pueblo pequeñito, no tardas nada en recorrerlo, pero con pequeñas sorpresas que apreciar.el pueblo es pequeño como Odensen y Nyborg, así que es fácil no perderse y recorrerlo todo a pie.

  

 
 

Aunque la atracción principal del lugar no era el puerto, ni el pueblo, ni su costa marítima (que tienen su puerto como los del mediterráneo donde, tal vez por eso de que era marzo y el clima es todavía de invierno, no había demasiada gente, pero algún que otro paseaba por ahí, y el mar estaba tranquilo, hacia sol... solo les faltaba el chiringito, pero entonces ya no seria Dinamarca) sino su castillo, donde se desarrolla la obra de Hamlet. 

 

El castillo por dentro no abre hasta las once, así que si se llega antes (como fue mi caso y el de otros tantos turistas, se notaba que era sábado, hasta me tope con algún español) es recomendable recorrer el castillo por su exterior, que aunque parezca una tontería recorrer las murallas la extensión del lugar es bastante grande como para estar bastante tiempo deambulando por ahí. Aquí tenéis el enlace con los planos y horarios del castillo www.kronborgcastle.com/


  

  
 

  

  

 

Antes de ir directo a la entrada recomiendo ir hacia la playa y de ahí ver el castillo. También se puede acortar camino y desde la zona de playa bajar a las murallas y entrar por ahí, pero siguiendo el recorrido normal se pasan primero dos puentes sobre dos canales que protegen el castillo, en sus aguas cisnes y excavadoras, se nota que en invierno aprovechan para arreglar las cosas para el verano.

  
  

Paseando por el interior se ve todo el castillo por fuera, varias casitas que no se que serán en verano pero que ahora estaban cerradas, y lo mejor, y donde más frío se pasa, en el lado donde el castillo da justo al mar. Mucha gente hay mirando el mar, los barcos, pero el viento sopla frío y fuerte, y es fácil imaginarse un dia de tormenta como el mar golpearía queriendo llegar al astillo, que aunque cercano esta lo bastante lejano para que se vigile pero no se alcance.

 
  
   

Ya dentro, el castillo tiene un patio interior donde el viento desaparece y llega la falsa simetría. Hay varios tickets para el castillo, la que lo incluye todo es la más cara pero vale la pena. Por un lado se visitan las estancias del castillo, con salas sutilmente decoradas, con suelos de ajedrez, largos salones y grandes chimeneas de piedra. En teoría de todas las estancias el salón es la mas impresionante pero cuando fui estaban realizando obras de shakespeare y estaba todo con asientos, cámaras... y ya no tenia el mismo encanto, aun así es fácil imaginarse al Hamlet de shakespeare pasear por esos pasillos y salas, las salas decoradas tenían mucho encanto, estaban organizadas como una escena, con libros por el suelo, o con una partida de cartas a mitad sobre la mesa..... 
 
 

 

 
 

 
Otra parte incluye el museo marítimo que se encuentra dentro de las salas del castillo. No había nadie visitándolo pero está muy bien, sobre todo teniendo en cuenta la tradición marítima que tiene Dinamarca, desde los vikingos hasta nuestros días, pero al haber tan poca gente se oía hasta el crujir de la madera al caminar. 

 

  

Otra parte del castillo es la capilla, absolutamente preciosa. Toda la madera de los asientos se conservaba decorada y pintada, cuando entré yo salían un pequeño grupo de españoles (aunque vi una “gran” cantidad de turistas si los comparamos con las 5 que vi en Copenhague y ninguno en la isla de Fiona), el caso que me quedé ahí sola y en el silencio se puede imaginar cualquier escena ahí dentro.

 
  

Y la última parte (dado que hasta el verano no abren la torre del faro) es la casa de la oscuridad o casemates, ahí llaman así a los túneles del castillo donde guardaban comida y metían también a los prisioneros. Ahí abajo guarda la figura de un guerrero danes que dicen descansa ahí hasta que Dinamarca vuelva a necesitarlo y se levante de su sitio para lugar por su patria. El caso es que cuando baje bajaba una familia con los niños y estos llevaban linternas, no entendí lo de llevar linterna hasta que me meti ahí dentro. No sé veía absolutamente nada, era oscuridad absoluta, solo ponían lámparas donde dejaban alguna baldosa informativa de la época o para alumbrar la flecha del camino. Un laberinto donde uno no veía donde pisaba y si te topabas con alguien te podía dar un susto de muerte. Conseguía ver la estancia gracias al flash de mi cámara. Aun asi es recomendable. Es fácil imaginar como era antes porque no se han molestado en ponerle mucha luz al lugar.

 
  
 

Ya habéis visto que las ciudades de Dinamarca se ven a pie sin necesidad de utilizar transporte urbano. y para ir de una ciudad a otra solamente el tren ya es útil porque hay varios horarios de salida. aquí un enlace donde buscar los horarios y precios para viajar por Dinamarca en tren:

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