De Odense marche en tren hacia Nyborg, esta es una población muy pequeñita, que enseguida se ve a pie por lo que uno tiene tiempo a ver más cosas de la isla de fionia en un día. La estación esta algo alejada del pueblo y es pequeñita, solo tiene cuatro vías y los billetes se venden en la tienda. Después de mucho buscar y al no ver ningún sitio donde comprar los billetes de tren le pregunte a la cajera de la tienda (esas de revistas, dulces, salados, bebidas...) y resulta que los billetes se vendían ahí. en Helsingor también se venden en la tienda del seven eleven pero ahí al menos tenían un cartel, aquí no había nada.
De la estación al pueblo hay un camino andando, normalmente lo mejor seria coger un bus, sobre todo si el tiempo es igual al que me hizo: frío, viento y lluvia. Lo curioso es que después del chaparrón salia el sol, se paraba el aire y diez minutos después otra vez la lluvia y el aire.
Debido a la lluvia nadie paseaba por el lugar así que es fácil imaginarse un viaje en el tiempo. Frente al castillo, rodeándolo un lago, con todo casitas de colores alrededor....Las casitas junto al lago y el castillo formaban un conjunto precioso, tanto con lluvia como con sol.
El pueblo tiene también su ayuntamiento y su iglesia pero lo que más vale la pena es el castillo, su lago y sus casitas. No hay más para ver, pero lo suficiente para imaginarse cientos de cuentos en esta población, desde Rapunzel en la alta torre del castillo hasta otros más... como decía... Dinamarca es un país de cuento.
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