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Diario 2018 TAIWAN: Dia 7- Parque Nacional de Taroko

Cerca de Hualien hay mucha variedad de actividades y excursiones que realizar, no todo se reduce a andar por el parque, pero como sé lo que les gusta a mis amigas al siguiente día incluir seguir andando por el Parque Nacional de Taroko , además hacía apenas una semana se había abierto el acceso a la Water Curtain del camino Baiyang. 

  
  

El día comenzó nublado y presagiando lluvia pero al final tuvimos suerte, entramos de nuevo al parque a través del arco del parque, esta vez sin parar, y nos acercamos al comienzo del Camino Lushui. Mis amigas querrían haber hecho el Camino Zhuilu pero dada la altura que tenía y nuestra forma física no me atrevía de reservar ese recorrido que lleva todo el día y hay que avisar con antelación para conseguir el permiso necesario para hacerlo. Así que para compensarlas hicimos el camino Lushui que fue construido a lo largo de un acantilado con vista a la autopista Cross-Island, y que se asemeja en cierta medida a Zhuilu Old Trail aunque una altura mucho menos espectacular. La razón de la similitud es que ambos senderos formaban parte de la Old Cross-Hehuan Mountain Road de la era colonial japonesa. La altura es nada comparable pero las vistas del río y la montaña también es muy interesante. El camino es muy corto, apenas 2 kilómetros, pero incluye vistas de vegetación, un puente colgante, un túnel escavado en la roca, y un camino con vistas a la carretera de montaña y varias cascadas de agua que dan a parar al río. 

  
  

También desde aquí se puede ver el pabellón Yuewang y su puente colgante, que es comienzo de unos de los caminos que tiene el parque. Una vez terminado el camino nos fuimos al pabellón Yuewang para cruzar el puente colgante y nos encontramos con un cartel que indicaba que estaba cerrado por mantenimiento hasta el 30 de noviembre, sería el primero de dos puentes colgantes que nos podríamos recorrer debido a cierres. 

  
 

No todo iba a salir rodado en este viaje. De aquí nos dirigimos a visitar el Puente Cimu, que es el único puente en Taiwan que se construyó con mármol obtenido de Hualien. El puente es de acero rojo y está coronado al inicio y al final con dos leones de mármol blanco, desde el puente se pueden apreciar las vistas más magníficas de los enormes acantilados de mármol de las gargantas de Taroko y el río de color blanquecino. Hay un pabellón situado en una roca al lado del puente y que dice el guía que a esa roca se le llama el príncipe sapo porque parece una rana con una corona, la piedra del indio la reconocimos pero la de la rana no tanto. Estos pabellones en ambos extremos del Puente Cimu fueron construidos por Chiang Kai-shek y Chiang Ching-kuo como tributos a sus madres. Tras esta parada nos fuimos a comer antes de comenzar el camino Baiyang, esta es otra costumbre taiwanesa que no entendemos: andar justo después de comer. 

  
  

Era sábado y el camino Baiyang ha estado cerrado durante muchos meses pero hacía solo un par de semanas que se había abierto así que había mucha gente que quería recorrerlo, debido a ello el guía nos dejó y se fue a buscar donde aparcar el coche. Mientras esperábamos al guía vimos a un policía dedicarse a multar a los coches que paraban en el parking destinado para autobuses y cuando lo vi venir le dije a mis amigas que se iba a creer que el coche que estaba al lado nuestro era nuestro. Efectivamente el policía nos preguntó, y nosotras lo negamos, él se dedicó a poner la multa pero nos preguntó de dónde éramos, le dijimos que de España y nos hizo un pase torero, nos dijo que lo había visto en la televisión. Los tópicos nos identifican.

 

  

Tras esperar un rato nos dirigimos hacia el túnel de acceso al camino, este camino tiene varios tunes por los que es importante llevar linterna consigo. Antes de entrar hay un cartel que te avisa sobre los desprendimientos, las avispas y serpientes venenosas, además de que lleves linterna. Aún así el camino es muy plano y fácil de hacer, nosotras vimos hasta cochecitos de perros y alguno de niño por el camino, y si es cierto que de repente de podías encontrar una piedra enorme en medio del camino y rodeada por cintas porque acababa de caer y no la habían retirado, pero lo mantienen limpio y liso cuando está abierto, por eso pasa bastante tiempo cerrado. El primero es el túnel más largo y ancho de todos los que hay en el camino y da lugar a un espaciado rincón con vistas al río que bordeará todo el camino. Aquí podemos disfrutar de nuevo de las aguas color turquesa y de las piedras de mármol de la garganta de forma que Baiyang parece una versión pequeña de la garganta principal sobre el río Liwu. 

  
  

Tras un paseo junto al río llegamos al segundo túnel, estos túneles son más cortos que el primero y se necesita luz pero a veces apenas unos pasos. Se continua el camino amplio para cuidar de las rocas que aparecen caídas en el camino y así se llega al tercer túnel, después se sigue el camino cada vez más arriba del río, y con más vegetación y flora que ver junto con el agua del río, que aquí ya tiene tono más turquesa. Y llegamos a otro túnel, aquí las rocas sobresalen de forma muy geométrica y el guía nos avisa en una parte del túnel que hay que pasar rápido porque suele haber desprendimientos de rocas. Las vistas de los rápidos del río de agua turquesa son preciosas desde aquí. Y llegamos al siguiente túnel que es el antecesor a dos puentes, uno nos lleva a una bifurcación del camino, a un lado tenemos la montaña y el río y al otro la cascada Bayang, un puente colgante y el río color turquesa moviéndose rápidamente entre las rocas de la montaña. 

  

  

Tras disfrutar del río y las gargantas vamos hacia el puente colgante, antes de pasar hay un aviso que indica que no pueden estar más de veinte personas en él, el puente es de una sola dirección pues te lleva a una plataforma mirador que te permite observar la cascada Bayang de más cerca. Aquí se ve bien que la cascada cae desde lo alto de la montaña en diversos niveles. Y de aquí entramos al próximo túnel que nos lleva al último paso antes de entrar al túnel de la cortina de agua. Aquí el guía quería que nos descalzáramos y pasáramos con chanclas por el túnel, pero el agua fría del río nos echó atrás y preferimos pasar con las botas de goretex puestas. Antes del túnel de la cortina de agua hay un pequeño paso que cruza hasta el túnel y que es donde desemboca el agua cristalina que cae dentro del túnel. Esa sí la probé y estaba muy fría. Una vez entras en este túnel hay dos opciones: andar por la parte del agua, que llegará por la pantorrilla, o por el camino elevado que hay pegado a la roca. Nosotras, como la mayoría, fuimos por ahí aunque eso no te evita mojarte, dado que el agua cae del techo del túnel.

  

 

Digamos que este túnel es un túnel con cascadas de agua interiores, a lo que te descuidas notas como el agua cae con fuerza sobre ti. El túnel se llama Cortina de Agua, lo que es muy adecuado dado que el agua cae como una cortina sobre ti. Las capas no nos evitaron sentir el agua fría caer sobre nosotras. No nos mojamos pero si se notaba el agua caer con fuerza y sentir que estaba muy fría dado que es agua de manantial que cae directamente del techo del túnel. Fuera de este túnel podemos ver un acceso cortado que da lugar al otro túnel de este camino, que ya no se usa más. Ahora toca regresar por donde hemos venido, la naturaleza ha destruido el camino y el que queda es de ida y vuelta. 

  
  

Tras este camino nos fuimos al área de Tianxiang, una gran terraza fluvial ubicada en un lateral de la carretera, aquí hay mucha flora que atacó mi alergia y en este lugar, además de 7-11 y un hotel podemos encontrar arquitectura de diferentes culturas, incluido un templo chino, una iglesia occidental y vestigios de un santuario sintoísta japonés. El Templo Xiangde es la pieza central de la terraza y es un lugar popular para visitantes y fieles. En un extremo, una estatua gigante del Buda Bodhisattva se encuentra en la parte superior de la terraza, y algo más alto se encuentra la Pagoda de Tianfeng de siete pisos, erguida como una torre de vigilancia. Cruzamos los puentes y empezamos a subir escaleras hasta esta pagoda, pasando al buda, y desde aquí tenemos una observación del desfiladero y del área de Tianxiang. Visitamos el templo y luego bajamos para regresar al coche y volver a Hualien a pasar la noche. 

  
  

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