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Diario 2013: Singapur - Dia 2

Este día aproveche para madrugar (a la vuelta a España ya dormiría las horas que iba acumulando de sueño) y tomé el metro de Singapur, que es facilísimo y una autentica comodidad para desplazarte sin morir del calor de la ciudad, y comencé mi recorrido por el barrio árabe de Singapur. El barrio árabe es una zona bastante pequeña formada por un puñado de calles en torno a la Sultan Mosque (Mezquita del Sultán). Por la noche está muy animado y en sus terrazas y restaurante hay gente a cualquier hora. Pero también se pueden encontrar tiendas de tejidos, alfombras, saris, batiks, cuero y perfumes. A quien le gusten laso países árabes disfrutarán de este pequeño barrio, a primera hora de la mañana está bastante vacio pero parece sacado de un cuento de Aladin, con su magnífica mezquita y su calle de tiendas coloridas y alfombras. Un paseo por este barrio es imprescindible, como un viaje al pasado. Junto al barrio está el Malay Heritage Centre, que fue durante mucho tiempo la residencia de la familia real malaya que ya habitaba la región antes de la llegada de los ingleses. 




Una vez terminado el paseo por el barrio árabe, pequeño pero con mucho encanto me acerqué a Littel India, los dos barrios están cerca andando pero con el calor y el sueño me fui a la estación de metro Bugis y cogi un billete para la estación Farrer Park. En la estación hay que buscar la salida A que da directamente a la Serangoon Road. Esta zona ya no está civilizada con respecto a tráfico, por lo que igual tienes que ir hasta el semáforo para poder cruzar y luego desandar lo andado para coger la calle que da justo enfrente de la salida A del metro. O también puedes probar suerte y ver si entre calles mal asfaltadas y coches consigues cruzar sin que te pase nada. Y es que esta es la principal arteria de Little India. En principio iba a hacer el recorrido corto que recomiendan en la guía de Singapur de Internet (muy recomendable echarle un ojo para organizarse recorridos) pero como tenía tiempo me acerqué a un par de templos hindús y chinos que están un poco alejados de lo que es el eje central de Littel India. 


Visito un par de templos chinos, de los más antiguos creados en la ciudad y que se encuentran rodeados de templos hindús, y un par de templos hindús y sigo por la Serangoon Road en el sentido contrario al tráfico de vehículos hasta el templo hindú Sri Veeramakaliamman Temple, el templo está en obras así que es una pena porque no se puede ver por completo su exterior y su torre, que es lo que según leí llama más al atención pro todos esos personajes coloridos y sangrientos, dado que hay muchas imágenes, dentro del templo, de la diosa Kali, diosa del poder y consorte de Shiva, eso sí, la entrada solo es de 12:30 a 16:00. Pero vale la pena aunque sea ver como pueden adorar a una diosa que aparece con niños muertos y tragando las vísceras de una mujer muerta. Como estaban en obras dentro del templo tenían una televisión con imágenes a momento real e las obras que se realizaban en el exterior. Curioso como lo controlaban, pero lo entiendo dado que este fue el primer templo hindú fundado en Singapur por los primeros inmigrantes hindús. Como en todos los templos hindús antes de entrar al templo tendrás que descalzarte y dejar tus zapatos en el exterior. Seguí por la avenida hasta la Dickson Road que recorrí hasta casi su comienzo. En el número 2 está el Wanderlust Hotel. 


Y en la Dunlop Street se encuentra la mezquita Abdul Gafoor, monumento histórico nacional. A las mezquita no entré, sé que en muchas solo dejan entrar si eres musulmán, así que ni me molesté, pero está pro fuera era de un estilo y colorido diferente a las otras que vi por Singapur, asique recomiendo su visita aunque solo sea exterior. 

De aquí callejeé y pude ver mucha basura, calles sin asfaltar y pequeños templos dentro de los troncos de los árboles. Caminando por el mercado que cruza la arteria principal del barrio indio se puede encontrar una antigua casa de comerciantes chinos muy colorida y llamativa por el diseño diferente al del resto del barrio. 


De ahí hasta la estación del metro apenas son unos pasos. Aquí tomé el metro para visitar Chinatown. De nuevo hay que ir por la salida “A” en dirección a Pagode Street. La escalera mecánica de esa salida del metro te deja en el comienzo de la calle. Nada más salir tenemos la bulliciosa y turística Pagode Street, que con sus casas y decoración te hacen viajar de nuevo al pasado. Toda la calle está flanqueada por casas restauradas que reproducen el tradicional estilo arquitectónico de las tiendas de antaño. A mitad de calle, se encuentra el Chinatown Heritage Centre, y hacia el final de la calle aparece el muro del templo Sri Mariamman, con sus vacas vigilándonos desde lo alto. Es el único templo hindú de Singapur en el que se exige pagar para realizar fotografías dentro del mismo pero resulta diferente a otros y mucho más grande, cuando fui no había nadie, ni siquiera fieles, aunque teniendo en cuenta que se encuentra en pleno corazón de Chinatown es normal. Es curioso como en todos los barrios hay algún templo de otra cultura. Al lado contrario de este templo hindú podemos encontrar una mezquita, la de Jamae, de tonos verdes y dos torres como si fuera una iglesia más que una mezquita. Vuelvo al templo hindú para entrar en la primera calle, la Temple Street. 

 

Otra calle típica de Chinatown donde se mezclan restaurantes y tiendas en medio de un bullicio constante hasta llegar a la Smith Street que se transforma al final del día en la Chinatown Food Street. Ya están abiertos los puestos de comida así que paro a comer antes de continuar con el recorrido. Luego vuelvo a la South Bridge Road donde puedo encontrar una farmacia de medicina china tradicional, la Eu Yan Sang. Sigo por la avenida hasta llegar al majestuoso e imponente Buddha Tooth Relic Temple, que merece una visita atenta en su interior. La entrada es gratuita pero hay que tener los hombros tapados para poder entrar dado que requieren respecto. Por dentro una gran cantidad de figuras de todos los tamaños y un predominante color oro y rojo inundan el templo que es un templo imperdible si se visita Singapur . 


Tras visitar el templo cogí el metro para volver a los Jardines de la Bahia, tenía que aprovechar para verlo enteros, y además ver si podía subir a los supertree, dado que el día anterior no fue posible. Tuve bastante suerte porque este día si se podía subir a los supertree, aunque aquí no sirve ningún cupón y hay que pagar el precio, el ticket se compra frente a los supertree, y no en las taquillas de entrada de los jardines (fácil confundirse). Desde arriba se puede notar el aire fresco y las vistas son preciosas, sin contar con que el paseo por la pasarela suspendida por los supertree vale la pena la entrada aunque se acaba muy rápido. Ccreo que no he comentado que los supertree son árboles filogenéticos montados a partir de una combinación de pequeños árboles filogenéticos (y ahora os habréis quedado como yo, sin saber lo que es hasta que lo ves). 

  

Aprovechando que tenía los cupones del stopover decidí volver a entrar los invernaderos que tanto me gustaron y verlos de día (ya que me salía gratis), dado que cuando entré ya era bastante tarde. Creo que prefiero los invernaderos de noche todos iluminados. Terminando de ver el jardín quedaba poco para que comenzara el espectáculo nocturno de los supertree, que se hace dos veces al día, así que me quedé a disfrutar del espectáculo de luz y sonido.


Los supertree que de noche están todos iluminados no son ningún derroche energético dado que están equipados con tecnologías ambientales que imitan la función ecológica de los árboles: las células fotovoltaicas aprovechan la energía solar que es utilizada para la iluminación que tienen luego por la noche. El espectáculo de luces y sonido es muy recomendable y es como estar en el futuro. Una vez terminado el espectáculo tomé el camino hacia el hotel para esperar que los del Stopover me recogieran para ir al aeropuerto y despedirme de Singapur, un país del que me quedan muchas cosas que ver y sé que volveré. 




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