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Diario 2017: Israel - Jerusalem - dia 8

Al día siguiente nos toca regresar a casa pero antes madrugamos y salimos del hotel, vamos sin planos ni guías pero nuestro hotel está casi al lado del famoso hotel Rey David y por tanto cerca de las murallas de la ciudad vieja. Empezamos el recorrido en la puerta de Jaffa y vamos recorriendo la muralla pasando por la puerta nueva, la puerta judía (no aparece en los mapas que miré) y la puerta de damasco. Aquí en el puerta de Damasco nos entretuvimos indecisas de si meternos en las estrechas callejuelas o no, pero sin un plano en condiciones nos parecía un poco arriesgado siendo que a cierta hora teníamos que estar de vuelta en el hotel para ir al aeropuerto. Así que finalmente volvimos a cruzar la puerta (no sé si a los soldados que custodiaban esa puerta les pareció sospechoso nuestro entrar y salir) y continuamos la muralla pasando la puerta de Herodes y finalmente llegamos al cementerio musulmán, como la cuestión era que no íbamos a atravesar el cementerio musulmán, el bajar el monte para luego subir hasta la puerta de los leones no me atraía así que dimos vuelta atrás. 

 
  

Fue una suerte madrugar porque a medida que avanzó el día comenzó a nublarse y más afortunado decidir pasar del recorrido por el cementerio porque antes de llegar a la puerta de Jaffa empezó a llover, y aunque llevábamos paraguas llovía fuerte y con viento, así que como el resto de turistas nos refugiamos dentro de la puerta hasta que nos cansamos de esperar que amainara y, por qué no decirlo, también nos cansamos de pasar frío, y nos dirigimos de vuelta al hotel para entrar en calor y ahí esperar a que nos recogieran para ir al aeropuerto de Tel Aviv y salir del país. En el hotel vi folletos sobre recorrido por el subsuelo de Jerusalén, pero no teníamos tiempo para hacerlos. Tuve la impresión que para poder ver y disfrutar de toda la ciudad necesitábamos una semana y no solo un día y medio (también hay que tener en cuenta que había mucha gente, y que no esperaba que hubiera tantas filas y gente en todos los lugares). Y así dije adiós a Jerusalén, sé que me quedaron cosas por ver de la ciudad pero disfruté de cada rincón que visité.

 
  

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