Al día siguiente cogemos el vuelo de regreso a España pero todavía tenemos tiempo para ver más cosillas. En concreto decidimos coger el metro para ir a la Isla de Lantau y llegar hasta el Monasterio Po Lin y El Gran Buda con el Ngong Ping 360, el transporte que ofrece unas vistas increíbles porque sobrevuelas el paisaje montañoso de Lantau, como siempre queríamos las cabinas transparentes pero después de hacer otra fila monstruosa (es fin de semana y es lo que toca) la chica de la ventanilla nos dijo que teníamos dos horas de espera para las cabinas transparentes así que al final fuimos en una cabina normal y regresamos en una transparente. Durante el trayecto en teleférico hay unas vitas impresionantes y pudimos observar todos los caminos que hay por la montaña y a bastante gente recorriéndolos aunque parece bastante increíble. Cuando sales del teleférico te encuentras en la cima del monte Ngnong Ping y entras de lleno en Ngnogn Ping Villare que es una zona con variedad de tiendas y restaurantes ofrecen una experiencia de compras y comida. Atravesando este poblado se llega a una plaza que a un lado deja el Monasterio de Po Lin y al otro la estatua del Buda Tian Tan.
Aquí subimos las escaleras que llevan al buda Gigante, con una mano extendida y la otra en alto. Una vez arribas puedes ver las esculturas de las esculturas de las mujeres que ofrecen regalos a Buda y las vistas desde lo alto de la montaña, a un lado las montañas con el monasterio de Po Lin y al otro lado el mar con las diferentes islas. Lo mejor sin duda son las vistas. Luego bajamos para dirigirnos al monasterio, dentro de las salas no dejan hacer fotografías y la mayoría del monasterio eran salas vacías para comer y rezar, bueno, vacías no porque había mucha gente. Tras recorrer el monasterio nos planteamos hacer le sendero de la Sabiduria pero al final decidimos regresar al teleférico para hace el cambio contrario pero con cabina de cristal.
Tras regresar a la isla de Hong Kong nos acercamos al templo de Wong Tai Sin para ver la parte más supersticiosa de Hong Kong. En este templo hay mucha gente y un guarda vigilando que se recorra el templo en un solo sentido. Aquí vimos a la gente hacer fila para arrodillarse y mover la caja con palitos hasta que cae uno, y según el número que le sale en el palito o se levantaban o tiraban las piedras para ver como caían. Todo lo dejaban al azar, y había una fila continua para tomar lugar y mover los palitos. Hay gente que tenía más práctica y enseguida sacaba uno y otros que no tenían mucho arte en eso de sacudir la cajita y hasta que conseguían que cayera uno casi era un milagro.
De aquí volvimos a los jardines de Nan lin para entrar a Chi Lin Nunnery, complejo monástico de los jardines, donde hay estanques de lotos y estructuras de madera, de la dinastía Tang. Primero se accede a un precioso jardín con estanques de nenúfares, lotos, al fondo preside el conjunto un hermoso claustro de madera con columnas, en los que no se ha utilizado ni un solo clavo en su construcción. Atravesando el claustro se llega a las dependencias del monasterio, con imágenes de Buda y donde está prohibido el uso de cámaras fotográficas. La guardia del lugar nos avisó que cerraban a las cuatro y media así que nos dimos prisa por verlo todo, dentro las monjas estaban con sus cánticos de oración. Es una zona completamente distinta a la anterior, una es toda paz y tranquilidad, oración y reposo, y la otra es algarabía y movimiento. Tras ver el monasterio volvimos al jardín para hacer el recorrido del mismo pero de día, ya que lo habíamos visto de noche. La verdad es que nos gustó mucho más de noche que de día. Tenía otro par de templos más (el de los 10.000 budas por ejemplo) pero al final pasamos de ir, quizás ya estábamos un poco saturadas de templos y budas.
Comentarios
Publicar un comentario
.