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Diario 2018: China - Honh Kong dia 1

Salimos de Singapur a las seis de la mañana, esperábamos dormir algo en el aeropuerto pero por desgracia la temperatura era polar, hacía tanto frío que nadie de los que estábamos ahí podíamos ni dormir ni estar cómodos, yo llevaba manga larga, manga corta, una chaqueta, el polar y el impermeable corta vientos, y un pañuelo y aun así pasé frío. La maleta de una de mis amigas salió la última así que salimos bastante tarde. Llegamos al hotel en Tsim Sha Tsui, dejamos las maletas y fuimos a un centro comercial que hay cerca a desayunar. Después salimos a recorrer este barrio lleno de hoteles y altos edificios y mucho tráfico y vendedores ambulantes de relojes (un poco pesados), me recordó a Nueva York. Aquí muchos de los edificios estaban cubiertos con andamios de bambú, cuando estuve en Shanghái ya los vi y me dijeron que es porque son más resistentes que el acero. También el paseo marítimo estaba cortado. Luego recordamos que hacía poco había habido una tormenta que provocó varios daños en la isla de Hong Kong. 

 

En cualquier caso nos acercamos al embarcadero del Star Ferry, aquí comenzando en la Torre del Reloj de la época colonial y seguimos el Paseo Tsim Sha Tsui donde hay unas colas de ballena como adornos del paseo, aunque lo importante de este paseo son las espectaculares vistas de la bahía, luego pasamos por el Hong Kong Cultural Centre y nos encontramos que donde comienza la avenida de las estrellas está cortado por obras, así que regresamos al muelle. . En la parte superior de los muelles hay un paseo mirador hacia la bahía, subimos al mismo para disfrutar de las vistas de día de la inmensa bahía Victoria con sus barcos, barquitas, ferry, sampán (veleros típicos) y los rascacielos imponentes junto a la montaña. Aquí nos preguntaron varios grupos de niños hongkoneses, estaban practicando inglés y eran preguntas en inglés sobre los osos pandas, a un grupillo no los entendimos, a otros sí que los entendimos y nos hizo mucha gracia porque leían a dúo como si estuvieran cantando dado que la daban una entonación musical. Lo cierto es que no éramos las más indicadas para el ejercicio pero no había tantos turistas extranjeros para tantos grupos de niños. Luego caminamos para ver si podíamos ir a la avenida de las Estrellas por algún otro lado pero desgraciadamente está completamente cerrada por reformas. Ciertas obras están en el Jardín de las Estrellas al que nos acercamos siguiendo a un grupo de turistas chinos, pero pudimos ver que la escultura de Bruce Lee estaba cubierta en medio de las obras, imposible acercarse. Conseguimos verla porque para ir al jardín de las estrellas hay que subir unas escaleras mecánicas y tienen una terraza a la bahía, y desde arriba se podían ver las obras de la avenida. En el jardín de las estrellas se pueden ver algunas figuras pero sobre todo las manos de artistas. A mí me sacas de Jackie Chan y no conozco a más. No conseguí encontrar nada de Jackie Chan, con la de películas que me he visto en las que actuaba. Después de la desilusión de la avenida de las estrellas y con muchísimo sueños decidimos irnos al hotel a dormir y recuperarnos de toda la noche despiertas porque por la tarde noche íbamos a hacer un paseo en velero por la bahía, así más valía que consiguiéramos tener los ojos abiertos. 

  

 

Tras recuperar algo de sueño salimos del hotel para ir hasta el muelle, disfrutamos de la bahía iluminada y luego del espectáculo de luz y sonido (Symphony of Lights) que comienza las 8 de la tarde. Lo cierto es que después de Singapur el espectáculo de luz y sonido de la bahía de Hong Kong es poca cosa y como leí en un blog “te deja frío”, lo cierto es que con lo que tiene la bahía podía ser algo mejor: muy decepcionante. Se compone de diferentes partes y según donde estés puedes escuchar la música y la historia. Lo que no nos defraudo, sino que fue una de las cosas que más nos gustaron de Hong Kong, fue el paseo en velero por la bahía. En el mismo muelle desde donde vimos el espectáculo cogimos una excursión en velero por la bahía. Durante una hora estuvimos recorriendo la bahía, y como hacía buen tiempo lo hicimos sentadas en cubierta junto a las velas del sampán, lo que nos dio la oportunidad de disfrutar aún más de las vistas. Primero navegamos de un muelle a otro además para recoger gente y luego navegamos por la bahía mientras veíamos todos los edificios iluminados y coloridos, incluso los que desde el muelle y el paseo no pudimos ver. Hay que tener en cuenta que además ver los rascacielos de Hong Kong, aún sin espectáculo, es algo muy resaltable dado que a los asiáticos les encantan las luces. El recorrido fue tan agradable que se nos hizo corto, de lo mejorcito que hicimos y muy recomendable una de las cosas que yo recomendaría hacer en Hong Kong (si no tienes problemas con navegar o el agua). Tras este recorrido fuimos a cenar (casi no podemos porque a las diez de la noche está todo cerrado, lo que nos pareció muy curioso) y a dormir hasta el día siguiente. 

 
 

 

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